Ciudad de México (SinEmbargo).- El Presidente estadounidense Joe Biden y su rival republicano, Donald Trump , subieron al escenario para el primer debate electoral general de la temporada 2024, una oportunidad para que ambos candidatos intenten remodelar la narrativa política y persuadir a los votantes indecisos.

Luego de que ambos candidatos llegaran al podio sin darse la mano, el Presidente Joe Biden comenzó el debate con una metedura de pata, al afirmar que había creado 15 mil puestos de trabajo. La cifra correcta es más de 15 millones, un recuento muy por debajo de la realidad por parte de alguien que intenta renovar la confianza de los votantes en su liderazgo económico.

debate-biden-trump-usa

Primer debate presidencial entre Jose Biden y Donald Trump

“Tenemos una economía que iba en caída libre, la pandemia se había manejado mu mal, había mucha gente que estaba muriendo, la economía estaba en caída libre la tasa de desempleo estaba en 15 por ciento. Tuvimos que volver a armar todo”, dijo Biden sobre el legado de Trump en la Presidencia.

 

Trump abrió el debate alardeando del estado de la economía mientras estuvo en el cargo, así como de su manejo de la pandemia de COVID-19. Dijo: “Todo iba bien”.

Fotografía general donde se observa a migrantes en un campamento junto al muro fronterizo, el 9 de mayo de 2023, en Tijuana, Baja California (México). EFE/Joebeth Terriquez

Biden tenía una voz áspera, luchando repetidamente para aclararse la garganta, y se mostró vacilante al tratar de defender su historial económico y criticar a Trump. Biden pareció perder el hilo mientras daba una respuesta, desviándose de una respuesta sobre la política fiscal a la política de salud, en un momento dado utilizando la palabra “COVID”, y luego diciendo: “perdón, con, tratando con”, y se desvió de nuevo.

El exmandatario después dijo que heredó una inflación casi nula y acusó al actual Presidente de haberla disparado durante su administración. Biden negó con la cabeza. Con respecto a la retirada de EU en Afganistán, el expresidente republicano la calificó como “el día más vergonzoso en la historia de nuestro país”.

“Hizo un trabajo pésimo, ya nadie nos retaba en el mundo ni respetaba nuestro liderazgo, somos como un país de tercer mundo. Con esta armamentización, persiguiendo a su oponente político, son las cosas que hace un país de tercer mundo”, añadió Donald Trump.

 

Donald Trump tampoco se quedó callado con el tema migratorio, algo que el economista Kimberly Clausing, uno de los moderadores del debate le dijo que se limitara a hablar pues sería un tema para dirigirse posteriormente.

“Quiso abrir el país que viene de cárceles, de prisiones, centros de salud mental, terroristas. Tenemos más terroristas entrando al país ahora de todo el mundo, no sólo de Sudamérica, de todas partes. ‘Este tipo’ lo dejó abierto y no necesitaba legislación porque yo dije ‘cerremos la frontera’ y fue la frontera más segura”, apuntó.

El derecho al aborto ocupó un lugar central durante el debate del jueves, el mismo día en que la Corte Suprema desestimó una apelación en una demanda sobre la prohibición del aborto en Idaho.

La medida permite los abortos de emergencia en Idaho al dejar la cuestión en manos de un tribunal inferior. La batalla legal continúa para elevar el derecho al aborto, que ha sido un tema ganador para los demócratas pero una vulnerabilidad para los candidatos republicanos.

Trump dijo que apoyó la decisión de la Corte Suprema de preservar el acceso a la mifepristona. “Puse a tres grandes jueces de la Corte Suprema en la corte y votaron a favor de anular Roe v. Wade y devolvérselo a los estados”, dijo Trump.

Activistas por el derecho al aborto protestan frente a la Corte Suprema de EU en Washington, el 4 de julio de 2022. Foto: José Luis Magaña

Biden contrargumentó que la idea de devolver las leyes sobre el aborto a los estados “es como decir que vamos a devolver los derechos civiles a los estados”.

“Apoyo el fallo Roe v. Wade”, dijo Biden cuando se le preguntó si apoya restricciones al aborto en cualquier momento del embarazo. “No estamos a favor del aborto tardío. Punto.”

 

Al hablar sobre política exterior, donde salieron a relucir los “elefantes incómodos”, la guerra ruso-ucraniana y la invasión de Israel contra Palestina, Trump aprovechó el cuestionamiento en dicho tema para responder a Biden sobre el tema de los veteranos: “En primer lugar, nuestros veteranos y nuestros soldados no pueden soportar a este tipo. No lo soportan. Piensan que es el peor comandante en jefe, si así se le puede llamar, que hemos tenido jamás”.

“El mundo entero está explotando bajo su mando”, dijo Trump. “Si tuviéramos un verdadero Presidente, un Presidente que supiera y fuera respetado por Putin, nunca habría invadido Ucrania”, añadió.

Biden respondió a las alardes de Trump sobre presionar a los aliados europeos para que destinen más dinero a la defensa. “Este es un tipo que quiere retirarse de la OTAN”, dijo el Presidente, y agregó que “consiguió que otras 50 naciones” apoyaran a Ucrania contra la invasión de Rusia.

“No tiene idea de qué diablos está hablando”, contestó enérgicamente.

 

Si bien Donald Trump negó con la cabeza y frunció los labios mientras Biden decía que EU salvó a Israel, cuando el candidato republicano evadió la pregunta que los moderadores le hicieron sobre su postura con respecto a la creación de un estado palestino. “Tendría que ver”, dijo.

Casi 45 minutos después del debate, Biden finalmente hizo referencia a la reciente condena por delito grave de Trump en Nueva York.

Durante una discusión sobre la insurrección del 6 de enero de 2021, Biden dijo: “La única persona en este escenario que es un delincuente convicto es el hombre que estoy mirando en este momento”, refiriéndose a Trump.

Trump intentó evadirse de sus propios problemas legales al referirse al hijo de Biden, Hunter, como un “delincuente convicto”. También repitió afirmaciones de larga data relacionadas con los Biden y Ucrania, un punto de ataque frecuente para los republicanos.

Biden trató de enfatizar los problemas legales de Trump diciendo que tiene “muchos casos por delante”. Pero la realidad es más complicada. Tiene otras tres acusaciones por delitos graves, pero todas se han visto retrasadas por apelaciones y otras disputas legales, y parece cada vez más improbable que ninguno de los casos llegue a juicio antes de las elecciones de noviembre.

Después de una pausa comercial, el cuestionamiento giró en torno a la disparidad económica entre los afroamericanos.

El expresidente estadounidense Donald Trump comparece ante un tribunal penal de Manhattan antes de su juicio en Nueva York, el viernes 26 de abril de 2024

“¿Qué les diría a los votantes negros que están decepcionados de que no hayan logrado más avances?” preguntó la copresentadora Dana Bash.

“No los culpo por estar decepcionados. La inflación todavía los está perjudicando gravemente”, dice Biden.

 

“Él causó inflación”, contestó Trump mientras los dos hombres discutían sobre la economía. Biden replicó que “no había inflación” cuando asumió el cargo “porque la economía estaba plana”.

El mandatario demócrata tiene la oportunidad de asegurar a los votantes que a sus 81 años es capaz de guiar a Estados Unidos. Mientras tanto, Trump, de 78, podría aprovechar el momento para dejar atrás su sentencia de culpabilidad en Nueva York y convencer a millones de que su temperamento es apto para regresar a la Oficina Oval.

A poco más de cuatro meses del día de las elecciones, sus actuaciones tienen el potencial de alterar la trayectoria de la contienda. Cada palabra y gesto se analizará no solamente por lo que dicen, sino también por cómo interactúan entre sí y cómo resisten la presión.

Trump y Biden enfrentan fuertes vientos en contra, incluyendo un público cansado del tumulto de la política partidista y ampliamente insatisfecho con ambos, según las encuestas. Pero el debate puso de relieve que ambos tienen visiones muy diferentes en prácticamente todos los temas centrales —aborto, economía y política exterior— y una profunda hostilidad mutua.

REGLAS DEL DEBATE

 

Con el objetivo de evitar una repetición de sus caóticos enfrentamientos de 2020, Biden insistió —y Trump estuvo de acuerdo— en celebrar el debate sin audiencia y permitir que la cadena silenciara los micrófonos de los candidatos cuando no fuera su turno de hablar. Habrá dos pausas comerciales. Los candidatos han acordado no consultar al personal ni a otras personas mientras las cámaras estén apagadas.

Se prevé que en el enfrentamiento estén presentes las contrastadas opiniones de los candidatos en temas como la inmigración, la seguridad en la frontera, las guerras en Ucrania y Gaza, el papel de Estados Unidos en el mundo y sus alianzas; así como la inflación, la política fiscal, inversión gubernamental y el cambio climático.

Al salir del debate, tanto Biden como Trump viajarán a estados competidos. Trump se dirigirá a Virginia, que en los últimos años se ha inclinado hacia los demócratas; y Biden tiene previsto viajar a Carolina del Norte, donde se espera que celebre el mitin más grande de su campaña hasta la fecha en un estado que Trump ganó por poco margen en 2020.

LA PREVIA DEL ENFRENTAMIENTO

 

El republicano Donald Trump ha sido declarado culpable de 34 delitos graves y aún están pendientes imputaciones serias en otras tres causas. Como Presidente, Trump nominó a tres de los jueces que votaron para revocar Roe vs. Wade y erosionó el acceso al aborto en Estados Unidos, lo que ha generado repulsión incluso en estados liderados por conservadores. Y sus planes arrolladores para un segundo mandato incluyen promesas de represalias contra sus enemigos políticos en los dos partidos principales.

No obstante, la gran pregunta para el Presidente Joe Biden, sea justa o no, es si podrá eficazmente exhibir los defectos de Trump. Tal vez nada importe tanto como el nivel de energía y fuerza que el demócrata en funciones proyecte en el escenario.

Ambos hombres tienen defectos evidentes que presentan a su oponente tremendas oportunidades y riesgos. Se enfrentarán a una audiencia nacional enorme que incluirá a muchas personas que por primera vez sintonizarán para ver su revancha de 2020 y que no mirarán otro debate hasta septiembre, lo que agrandará cada éxito o error.

Estas son algunas preguntas clave de las que estaremos pendientes:

¿PODRÁ RENDIR BIDEN?

 

El umbral de éxito aparentemente bajo de Biden fue establecido, al menos en parte, por Trump y sus aliados republicanos, quienes durante años se han burlado implacablemente del Presidente demócrata por aparentes tropiezos relacionados con su edad. Los aliados de Trump han cuestionado si Biden, de 81 años, puede siquiera permanecer despierto y de pie durante los 90 minutos completos, incluso cuando Trump, de 78 años, ha cometido también errores torpes en sus propios discursos.

Trump se defendió el sábado de un momento durante las primarias republicanas en el que aparentemente confundió a Nikki Haley, exembajadora de Estados Unidos en la ONU, con Nancy Pelosi, expresidenta de la Cámara de Representantes. El sábado dijo a una multitud que los liberales habían malinterpretado, lo que llamó un momento de “genialidad pura”.

Joe Biden

Los demócratas tienen la esperanza de que Biden pueda aportar la misma energía que mostró a principios de año en su discurso sobre el Estado de la Unión, el discurso anual del Presidente ante una sesión conjunta del Congreso. Pero un enfrentamiento televisivo en vivo contra un oponente que disfruta del combate verbal es muy diferente de un discurso escrito ante el Congreso.

El equipo de Biden es consciente de que no puede permitirse el lujo de tener una mala noche con la nación mirando.

¿PUEDE TRUMP BAJAR EL TONO?

 

Ahora que ya aseguró su base, Trump tiene una oportunidad con los votantes indecisos y moderados que podrían ser persuadidos y que impulsaron la victoria de Biden hace cuatro años, pero que ahora expresan preocupaciones sobre ambos candidatos.

Pero para ganarse a los llamados “odiadores dobles” —a quienes ninguno convence—, Trump no puede simplemente apoyarse en los temas álgidos, los insultos personales y las teorías de conspiración que normalmente dominan sus apariciones públicas. En lugar de hablar más de represalias o mentiras sobre el sistema electoral estadounidense, tendrá que ofrecer una visión optimista para el futuro y un claro contraste con Biden en temas tradicionales y cotidianos como la atención médica y la educación.

Fue ampliamente criticado por sus arrebatos en el primer debate de 2020 con Biden, en el que atosigó al entonces candidato demócrata y lo interrumpió repetidamente. Su segundo debate adoptó un tono más moderado y se centró en sus visiones de Gobierno marcadamente diferentes.

¿Podrá mantenerse disciplinado el jueves por la noche? Algunos aliados esperan que sí. La historia puede sugerir lo contrario.

ANTECEDENTES PENALES

 

El sorprendente bagaje legal de Trump crea oportunidades y riesgos para ambos candidatos en el escenario.

La campaña de Biden ha mostrado una creciente disposición a apoyarse en los antecedentes penales de Trump en los últimos días. Pero aparte de algunos dardos verbales, el propio Biden se ha distanciado en gran medida de los procesamientos de Trump para evitar la apariencia de una interferencia política.

Trump, quien durante años ha alegado —sin pruebas— que Biden es responsable de procesarlo, no le hará fácil al Presidente seguir esa línea.

Donald Trump se convirtió a finales de mayo en ser el primer expresidente de los Estados Unidos en ser condenando por delitos graves cuando un jurado de Nueva York lo encontró culpable de falsificar registros comerciales en un plan para influir ilegalmente en las elecciones de 2016 mediante pagos para mantener su silencio a una actriz porno que dijo que los dos tuvieron relaciones sexuales.

Los doce miembros del jurado del primer juicio penal contra el expresidente de Estados Unidos lo han declarado culpable al magnate de 34 cargos por presunta falsificación de registros comerciales dentro de una trama en la que habría intentado ocultar el pago de 130 mil dólares a la exactriz porno Stormy Daniels para comprar su silencio.

El veredicto es un ajuste de cuentas legal sorprendente para Trump y lo expone a una posible pena de prisión en la ciudad donde sus manipulaciones de la prensa sensacionalista ayudaron a catapultarlo de un magnate inmobiliario a una estrella de televisión y, finalmente, a Presidente. Mientras busca regresar a la Casa Blanca en las elecciones de este año, la sentencia presenta a los votantes otra prueba de su voluntad de aceptar el comportamiento transgresor de Trump.

El expresidente Donald Trump en un tribunal federal de Manhattan, en Nueva York, el miércoles 29 de mayo de 2024. Foto: Jabin Botsfor

Encuestas recientes muestran que aproximadamente la mitad de los adultos estadounidenses aprueban la condena de Trump en Nueva York. Y si los votantes no creen que las condenas específicas son un problema, el intento de Trump por ocultar su supuesta aventura con una actriz porno no es algo que merezca destacarse.

Trump aseguró al poco tiempo que la condena fue producto de una “estafa” de juicio, organizado por orden de la Casa Blanca, y ha defendido que esta supuesta manipulación es un “gasto legal” sin la mayor trascendencia.

Tras dudar en numerosas ocasiones de la imparcialidad del magistrado que ha llevado el caso, Juan Merchan, el ex mandatario ha asegurado que se encuentra en el centro de un entramado orquestado desde Washington del que no podría decir todo lo que quisiera al encontrarse todavía bajo una “sucia” orden de silencio.

Durante su comparecencia en la Torre Trump de Nueva York, Trump ha asegurado que el juicio no ha afectado en lo más mínimo sus posibilidades de cara a las elecciones de noviembre, donde sigue viéndose como “principal favorito” a pesar de presiones “fascistas” de la Casa Blanca y de “gente cercana” al Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, si bien ha expresado dudas sobre el papel directo de su sucesor porque “no se entera de nada”.

Sobre la condena del jueves, Trump ha insistido en que lo único que hizo fue “pagar un gasto legal a un abogado, y como tal los expertos legales lo incluyeron así en los libros de cuentas”, y ha denunciado cómo, a lo largo del proceso, ha asistido en silencio a la “crucifixión” de varios testigos a su favor con el permiso de un magistrado que “por fuera parece un ángel, pero por dentro es un demonio”.

Los pagos a Clifford no fueron, a su juicio, “dinero para que se callara”, sino que la actriz firmó un Acuerdo de No Divulgación al respecto de sus presuntas relaciones sexuales. “Y eso es algo perfectamente legal”, ha indicado.

El mandatario ha insistido además que siempre ha querido testificar, pero no lo ha hecho por recomendación de sus abogados. “Me daba igual el perjurio. No me importa exponerme porque hay cosas que hay que hacer por este país. Esto es más grande que Trump, más grande que mi Presidencia”, ha indicado.

Sin embargo, el lado demócrata tampoco queda “bien parado”. Biden es consciente de que Trump puede ir tras su hijo, Hunter, como hizo el entonces Presidente en el debate hace cuatro años. Hunter Biden fue condenado recientemente por tres delitos graves relacionados con la compra de un arma cuando supuestamente era adicto a las drogas. Trump también ha planteado dudas sobre los tratos de negocios extranjeros de Hunter Biden cuando su padre era Vicepresidente.

Hunter Biden, hijo del Presidente Jose Biden

Los miembros del jurado declararon culpable a Hunter Biden de haber mentido a un vendedor de armas con licencia federal, de hacer una declaración falsa en la solicitud al decir que no consumía drogas y de tener ilegalmente el arma durante 11 días.

El hijo del Presidente tenía la vista clavada al frente y mostró pocas emociones cuando se leyó el veredicto. Posteriormente, le dio unas palmadas en el hombro a su abogado.

Enfrenta hasta 25 años en prisión cuando sea sentenciado por la Jueza Maryellen Noreika, aunque los infractores primerizos no llegan a la sentencia máxima, y de momento no está claro si la Jueza le dará tiempo tras de las rejas.

MICRÓFONOS SILENCIADOS

 

Como suele ocurrir, los moderadores y las reglas básicas probablemente afectarán el resultado del debate. Y las reglas básicas para este debate, el primero de dos programados, son inusuales.

Vale la pena señalar que los candidatos eluden la estructura tradicional determinada por la Comisión de Debates Presidenciales y, en cambio, se basarán en un conjunto de reglas y condiciones acordadas mutuamente.

Biden y Trump debatirán en un estudio de CNN en Atlanta sin audiencia. No habrá declaraciones de apertura. El micrófono de cada candidato estará silenciado, excepto cuando sea su turno de hablar. No se permitirán materiales ni notas previamente escritas en el escenario. Los candidatos recibirán únicamente una libreta, un bolígrafo y una botella de agua.

Previamente, una moneda al aire determinó que Trump pronunciaría el discurso final.

El evento será moderado por Dana Bash y Jake Tapper de CNN, dos presentadores muy respetados que no han tenido reparos en denunciar las mentiras y las teorías de conspiración de Trump.

Si bien Bash y Tapper también han liderado una cobertura crítica de Biden en ocasiones, el bando de Biden sin duda espera que rechacen las posibles falsedades de Trump en tiempo real. Si bien el micrófono de Biden estará apagado mientras hable Trump, el de los moderadores no.

ABORTO FRENTE A MIGRACIÓN

A pesar de que el estilo a veces importa más que la sustancia en un debate televisivo, ambos candidatos tienen que navegar serios desafíos sobre políticas.

Para Trump, ningún tema se cierne más peligrosamente que el aborto. Sus nombramientos en la Corte Suprema cuando fue Presidente permitieron que la corte anulara Roe vs. Wade, lo que desencadenó una avalancha de restricciones al aborto en todo el país. Trump ha dicho repetidamente que está orgulloso de su papel en la revocación de Roe vs. Wade. Y Biden estará ansioso por resaltar el papel de Trump.

Trump, por supuesto, ha declarado que no apoyará una prohibición nacional del aborto si es reelegido. Pero dado su historial respecto al tema, probablemente pasará trabajo para convencer a las mujeres de que pueden confiar en él en un asunto médico.

Por su parte, el mayor riesgo político de Biden puede ser la migración. El Gobierno demócrata ha luchado por limitar el número de migrantes que ingresan al país por la frontera entre Estados Unidos y México. Sus aliados reconocen en privado que el tema es una vulnerabilidad.

A Trump nada le gusta más que resaltar la migración irregular, así que espere que arremeta contra Biden sobre el asunto.

Al mismo tiempo, Biden enfrentará duras preguntas sobre su liderazgo en la guerra entre Israel y Hamás. El Presidente ha generado descontento en ambos lados políticos por su apoyo firme o críticas ocasionales a Israel.

Tendrá una gran oportunidad para defender su historial en este complicado tema el jueves por la noche. No será fácil.

Más información sobre Joe Biden y Donald Trump:

 

***

Esta información fue publicada por SinEmbargo. Aquí puedes ver la publicación original.