Texto: Alejandro Ruiz y Camilo Ocampo

CIUDAD DE MÉXICO.- El huracán Beryl tocará tierras mexicanas en las próximas horas. Lo hará, primero, en las costas de Quintana Roo, entre los municipios de Tulum y Felipe Carrillo Puerto, según el reporte más reciente del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

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Apenas este miércoles, Beryl pasó por las costas de Jamaica como un huracán de categoría 4, cruzando el mar Caribe con una velocidad de 35 kilómetros por hora. Aunque en México, se espera que se degrade antes de tocar tierra, y que, cuando esto pase, el huracán sea categoría 2. Dos días después de que toque tierra, Beryl podría convertirse en tormenta tropical e impactar en el límite entre los Estados de Tamaulipas y Veracruz. Esto puede ser entre el domingo o lunes.

Aunque esta probable disminución de intensidad es alentadora, científicos e investigadores recomiendan no dejar de extremar precauciones, pues tal y como pasó con Otis, Beryl podría aumentar o disminuir su intensidad si las condiciones físicas lo posibilitan.

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¿De qué depende esto? Para explicar, en Pie de Página dialogamos con la meteoróloga aeronáutica de la Universidad Nacional Autónoma de México, Idalia Ledesma, quien adelanta que, aunque de acuerdo al último pronóstico emitido se prevé que Beryl ingrese a territorio nacional como categoría 2, «no se descarta que pueda ser incluso con categoría 3, o superior».

¿Qué factores propician la intensidad de un huracán?

Idalia Ledesma precisa que, para saber si Beryl puede intensificar su categoría cuando llegue a México, se necesitan examinar cuatro factores: la temperatura de los océanos y el aire, la humedad en el ambiente, y la velocidad del viento.

Sobre la temperatura del mar y del ambiente, la especialista explica que, para que aumente la intensidad de Beryl, se necesita que ambas rebasen los 26 o 27 grados Celsius.

Al ser un ciclón tropical que se formó en las aguas del océano Atlántico cercanas al Caribe, Beryl encontró las condiciones necesarias para aumentar su intensidad, pues según el último diagnóstico elaborado por la Universidad de Maine, éstas aguas tienen temperaturas que van desde los 28 grados Celsius, hasta los 30, en el Golfo de México.

A esta temperatura, explica la meteoróloga, «el agua del océano se está evaporando al nivel acelerado requerido para que se forme el ciclón tropical». Esta temperatura, añade la especialista, facilita procesos de evaporación y condensación del vapor de agua en forma de nubes, y esto «libera energía que le da fuerza al ciclón tropical para generar vientos fuertes y lluvia».

En ese sentido, si el mar Caribe tiene aguas frías, entonces la tendencia de Beryl seria a debilitarse, pero si tiene aguas cálidas, incluso por arriba de los 26 o 27 grados (como las que mantiene actualmente), esto beneficiaría a la intensificación del huracán.

Además de la temperatura en los océanos, la humedad es otro factor a considerar, porque, como el huracán «necesita la energía de evaporación como combustible, tiene que haber mucha humedad».

Pese a esto, añade la meteoróloga, las condiciones de humedad ocurren con mayor facilidad en el mar, pero se debilitan en tierra firme.

Sobre el viento, la meteoróloga explica que, además de un viento cálido cerca de la superficie del mar que permita que haya mucha evaporación, también se necesita «un viento con poca cizalla vertical».

La cizalla vertical es la variación de la velocidad o dirección del viento en una corta distancia dentro de la atmósfera., «es como si nos imagináramos cortes horizontales en la atmósfera y viéramos a qué velocidad y dirección va ese viento».

Justamente, explica Idalia Ledesma, lo que podría hacer que Beryl aumente da un ejemplo:

«Si el viento, en niveles más bajos, va más rápido que el de niveles más arriba, se genera cierta vorticidad, o cierta cizalla. Lo que necesitamos es que los vientos a lo largo de una columna en la atmósfera se desplacen a una velocidad y dirección similar para que el embudo que forma el ciclón, o el huracán, se pueda mantener y avanzar».

Bajo esa lógica, debería  de haber poca cizalla vertical del viento para que así pueda seguir favoreciendo la intensificación del ciclón.

Sin embargo, justamente ese ingrediente es el que se tiene en contra en las costas de Quintana Roo, y por eso se estima que el ciclón tropical pudiera debiitarse. Esto, porque de acuerdo con la investigadora, las condiciones actuales del mar Caribe y Centroamérica son de mucha cizalla, lo que debilitaría el embudo de viento que forma el ciclón.

«Este es el factor clave en el que se están basando los pronósticos para pronosticar un debilitamiento, tomando en cuenta que ahorita Beryl todavía es categoría 4».

Pese a esto, y aunque esto es un buen augurio, Idalia Ledesma advierte que debemos estar prevenidos, pues según los análisis, debajo de las condiciones de mucha cizalla, hay condiciones de poca cizalla que, si algo hiciera que esos vientos suban hacia el norte, podrían intensificar el huracán, o que mantenga la intensidad que tiene ahorita.

«No debemos descartar que Beryl pudiera llegar a ser categoría 3, o incluso mantener su categoría 4, si esta cizalla no es tan fuerte en comparación a la temperatura del mar».

¿Un huracán con doble impacto?

Entre los pronósticos del impacto de Beryl en México, se estima que el huracán, además de tocar tierra en la Península de Yucatán, también tenga otro impacto en las costas del noreste mexicano, particularmente en Veracruz y Tamaulipas, que colindan con el Golfo de México.

Este pronóstico, explica Idalia Ledesma, es posible gracias a una metodología usada en la meteorología llamada «el cono de incertidumbre», que pronostica el ingreso y trayectoria de un ciclón tropical a partir de las condiciones de humedad, temperatura y velocidad que ya explicamos arriba.

En el caso de Beryl, el cono de incertidumbre dice que podría llegar como un huracán categoría 2 a Quintana Roo, y pasar Campeche y Tabasco como una tormenta tropical.

Después, entrando al Golfo de México, Beryl podría adquirir más fuerza, pues es una zona donde la cizalla vertical es poca, pero la temperatura y la humedad son altas, por lo que podría aumentar rápidamente su categoría e impactar fuerte en las zonas del norte de Veracruz, Tamaulipas y Texas.

«Este pronóstico está considerando que antes de que Beryl toque tierra en el segundo impacto, lo haga como un huracán categoría 1 o categoría 2; tal vez ya no le de tiempo suficiente de que se intensifique como un huracán categoría 3, 4 o 5».

Sin embargo, la meteoróloga explica que este cono de incertidumbre es meramente preventivo, «ahorita es muy pronto para hablar de dónde y con qué fuerza podría impactar el huracán Beryl en las costas de Veracruz o de Tamaulipas».

Prevenir para evitar catástrofes

De acuerdo con la escala Safir Simpson, los huracanes categoría 1 y 2 son considerados de bajo riesgo, así como las tormentas y depresiones tropicales.

Pese a esto, y aunque se estima que Beryl toque tierra como un huracán categoría 2, el riesgo de que aumente su intensidad es latente, como ya explicó la meteoróloga Idalia Ledesma. Por eso, advierte, se deben de seguir todos los protocolos establecidos en el Sistema de Alerta Temprana para Ciclones Tropicales. Esto, para prevenir desastres como los que ocasionó Otis las costas del Pacífico.

«Nosotros esperaríamos que cuando este ciclón tropical ingrese no deje tantos daños, principalmente pérdidas humanas. Esto, porque ya se debieron de haber instalado albergues albergues en zonas seguras», advierte Ledesma.

Y parece que tiene razón, pues desde este miércoles, el gobierno del estado de Quintana Roo anunció la suspensión de clases en todo el estado los días jueves 4 y viernes 5 de julio por la llegada del huracán. En diferentes zonas de riesgo ya se llevan a cabo recorridos para determinar alertamiento temprano e informar de las rutas de evacuación.

Según la Comisión Estatal de Protección Civil, se prepararon 120 refugios en todo el estado, mismos que se pueden identificar en este sitio de internet. En Punta Herrero y el poblado de María Elena ya se habilitaron refugios y se instó a la población a evacuar. También, se habilitó un albergue para los trabajadores del Tren Maya. En Tulum se evacuará el poblado Punta Allen.

El Aeropuerto Internacional de Tulum suspenderán operaciones 24 horas antes del impacto. En tanto, Asur, la empresa operadora del Aeropuerto de Cancún, entró en fase de alerta, por lo que pidió no acercarse al aeropuerto si no se tiene un vuelo confirmado.

Los puertos también han empezado a modificar sus actividades. El martes, los cruceros Norwegian Jade y el Norwegian Breakaway cancelaron sus atracos en el puerto de Cozumel programados para los días 4 y 5 de julio.

Los cruces de Cozumel a Playa del Carmen, de pasajeros como de mercancías, se suspenderán desde el jueves y hasta que las condiciones climáticas permitan la navegación.

Inicia temprano la temporada de huracanes

Beryl es el primer ciclón en formarse este año en el Atlántico, donde el fenómeno de La Niña podría fomentar una temporada de huracanes profusa. Hasta el momento, el meteoro dejó ya siete muertos en su paso diversas islas caribeñas, como Granadina y las Islas Caimán.

Su llegada inaugura formalmente la temporada de huracanes, algo inusual, que en el caso de la parte del Golfo de México ha iniciado muy activa.

La llegada de Beryl viene después de una sequía, lo cual es un cambio drástico que, aunque puede alegrar a muchas comunidades al ver sus presas y ríos llenos, también puede ser contraproducente.

Idalia Ledesma explica que “el ingreso de varios fenómenos consecutivos puede poner en riesgo la capacidad de almacenamiento de las presas de los ríos, e incluso la capacidad de absorción de la tierra».

Esto, añade la meteoróloga, también puede afectar cultivos y poblaciones. Y apenas es el inicio:

«Toda la zona del Golfo de México ya está una zona con el suelo saturado, con los niveles de los ríos y las presas llegando a su límite, y si se sigue acumulando agua en esas zonas, podrían generarse desbordamientos, o incluso deslaves, y apenas estamos en el inicio de la temporada».

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Esta nota fue publicada originalmente en Pie de Página, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes ver la publicación original.