Culiacán, Sin.- Poco se habla de las implicaciones emocionales que conlleva para los niños y niñas de madres buscadoras ser parte de esa dinámica en el hogar.  Ver partir a sus mamás a una búsqueda del padre o del hermano mayor que puede durar todo el día, implica una doble ausencia para esos menores.

Por tal motivo, los colectivos de rastreadores de Culiacán organizaron un campamento de verano para ellos, de la mano de organizaciones civiles en el parque La Amistad, en la colonia del mismo nombre durante los días 18 y 19 de julio.

En entrevista para Espejo, Martha  Vega, integrante de unos de los 9 colectivos que se unieron para estas actividades, explicó que la idea surgió de una de las compañeras, Rosa Neris, cuando se encontraban en un grupo de construcción de paz.

Comentaron que de alguna manera ellas han tenido mucha atención, con talleres, conferencias, asisten a cursos forenses, de criminología, cursos para búsquedas más efectivas y de pronto se cuestionaron: “¿Y los niños?”.

“No hemos pensado en los niños. Ellos sufren mucho también, la ausencia inexplicable del papá, del hermano, de aquella persona que veía por ellos y pronto nadie les dice nada”, señaló.

 

“Simplemente ven a la madre llorar, saben que se va la mamá, no les dice nada, se van desde la mañana y están fuera todo el día y los niños están en situación de abandono también porque priorizan lo urgente, y lo urgente es la búsqueda y encontrar a la persona que nos hace falta, ese ser amado que nos fue rebatado por manos criminales”, mencionó.

Martha  Vega comentó que esos menores, en ocasiones, nadie les explica nada y nadie les dice qué pasó; sin embargo, ellos sacan conjeturas porque son seres inteligentes.

“Los niños sufren una doble desaparición, la del primero que fue el padre o el hermano y la de la madre que de pronto se ausenta y no sabe de ella. Entonces, ese niño se encuentra desconcertado, triste, preocupado porque también se preocupan y puede que hasta enojado”, explicó.

Estas consecuencias pueden volver a los niños o niñas irascibles o hasta agresivos, tal y como se los han explicado psicólogos que han apoyado a las madres buscadoras, donde han detectado que algunos menores sí han reflejado esa frustración.

También hay quienes se aíslan o no se abren fácilmente por no saber cómo verbalizar lo que sienten.

Por tal motivo, con el apoyo de la asociación civil Construyendo Espacios para la Paz, Parques Alegres y los propios colectivos, organizaron un programa con actividades didácticas para que puedan volver a ser niños.

“Con Creando Espacios para la Paz surgió la idea, porque estábamos tratando de hacer una reunión con talleres con familias, fue cuando Rosa Neris dijo ¿Y los niños? Ella fue la de la idea principalmente, que la secundamos todas por tener razón”, expuso.

Martha menciona que esta experiencia les ha servido mucho a estos niños y niñas hijos de madres buscadoras, ya que les permite integrarse y socializar con personas de su edad, reír y expresar sus emociones en un ambiente de confianza.

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