Culiacán, Sinaloa.- Ismael “El Mayo” Zambada se entregó este jueves a las autoridades de Estados Unidos, junto con Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo” y hermano de Ovidio.

La entrega en un aeropuerto privado de El Paso, Texas, confirmada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, ha desatado una serie de reacciones en medios nacionales e internacionales, y en redes sociales, donde se ha recordado la entrevista que en 2010 concedió el capo sinaloense al periodista Julio Scherer, fundador de la revista Proceso, y cuyas imágenes son las últimas que se tienen del líder del Cártel de Sinaloa.

La entrevista al Mayo Zambada

 

Fue en abril de 2010 cuando Proceso acaparó la atención nacional e internacional al publicar una entrevista que el periodista Julio Scherer realizó a Ismael “El Mayo” Zambada un mes antes, durante un encuentro secreto en un paraje en la sierra.

En la publicación, Scherer relata que El Mayo lo contactó a él mediante un mensaje en el que le manifestó su deseo de conversar.

En su crónica, el periodista habla de lugares irreconocibles y difíciles de acceder, además de reconocer sentimientos de angustia y soledad durante el traslado a la entrevista con el capo sinaloense, una travesía de dos días que recorrió durante día y noche hasta encontrarse con él.

La publicación confirma que Ismael habría saludado con cortesía a Scherer, que incluso le dijo: “Tenía mucho interés en conocerlo, lo esperaba para que almorzáramos juntos”.

En su relato controversial, el periodista describe al narcotraficante como un hombre fuerte, de poco más de 1.80 de altura. También resaltó algunos temas familiares que le  compartió El Mayo, entre ellos el orgullo por sus hijos y lo difícil que le resultaba estar alejado de varios de ellos, como el “Vicentillo”, quien se convirtiera luego en uno de los testigos estrellas del juicio contra “El Chapo” Guzmán en Estados Unidos.

La publicación reveló que hasta ese entonces Ismael Zambada había estado cerca de ser detenido en cuatro ocasiones por el Ejército Mexicano. “A mi me agarran si me estoy quieto o me descuido, como al Chapo”, dijo “El Mayo” a Julio Scherer, tras confirmarle que varias veces había huido por el monte, incluso de jactó de conocer bien los ramajes, arroyos y piedras… todo.

Zambada también admitió, cuenta el relato, de sentir pánico de que pudiera ser detenido en algún momento de su vida, al grado de sugerir que si eso sucedía podría terminar con su vida. “Quiero pensar que sí, que me mataría”, relata.

El líder del Cártel de Sinaloa, quien al momento de la entrevista tenía 60 años de edad, confirmó haber entrado al mundo del narcotráfico desde los 16 años, lo que le daba una ventaja sobre quienes lo acechaban, pues aprendió bien cómo esconderse y a dominar el arte de huir, además de afirmar que era muy querido por la gente.

Hoy llama la atención aquel escenario ficticio que describió en la entrevista con Scherer, pues dijo que “Si un día decido entregarme al gobierno para que me fusile. Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia, pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió”.

A manera de conclusión del relato, Scherer afirma que por cada narcotraficante preso, muerto o extraditado ya sus reemplazos estaban dentro de las organizaciones trabajando en ello.

“El gobierno llegó tarde a esta lucha, no hay quien pueda resolver días problemas generados por años”, concluye.

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