La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) determinó que, de todos los países que comprenden la región, México tuvo el segundo menor crecimiento en términos de Producto Interno Bruto durante el periodo 2019-2024. La doctora en economía y presidenta del Colegio de Economistas de Sinaloa, Cristina Ibarra, explica que la incapacidad de la economía mexicana de generar crecimiento no es nueva, y expone los principales factores que la determinan.
De acuerdo con datos y proyecciones de la Cepal, en los últimos 6 años México viene mostrando el segundo peor desempeño en crecimiento económico de toda América Latina, solo por encima de la Argentina. El crecimiento promedio anual del PIB mexicano es de apenas un 0.98%, que en dicho periodo acumula solamente 5.9%. En comparación, el crecimiento acumulado promedio de la región es de 8.4%.
En palabras de Cristina Ibarra, “ya van varias décadas en las que México ha mostrado una dificultad crónica para tener un crecimiento económico elevado“.
La verdad es que, desde el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado, el promedio anual de crecimiento viene mostrando un descenso casi ininterrumpido periodo tras periodo.
¿Por qué México, a pesar de estar entre las veinte economías más grandes del mundo y ser la segunda de mayor tamaño en la región, tiene tan malos resultados de crecimiento? Ibarra arroja luz sobre esta cuestión.
¿Qué lleva a este crecimiento promedio tan bajo de México? Una es que el crecimiento de la productividad laboral está muy limitado en México. Si lo analizamos para este sexenio, las medianas, pequeñas y microempresas continúan teniendo muy poca capacidad de crecimiento y de incrementar la productividad.
Se habla mucho de la Inversión Extranjera Directa, el turismo, nearshoring; sin embargo, todas las empresas que logran incrementar su producción en México siguen siendo extranjeras y enfocadas a mercados externos. Lo que le ha faltado a la economía mexicana es lograr que las empresas nacionales mejoren su productividad, que sean estas las que exporten y se encadenen localmente.
La economista señala que, contrario a los señalamientos anti neoliberales de la actual administración, las prácticas mostradas han sido, por demás, propias del neoliberalismo. Esto se debe a que se ha priorizado la inversión extranjera directa por encima del apoyo a la industria nacional, fenómeno especialmente notorio durante la crisis por la pandemia global del 2020.
“La industria nacional es muy débil, con muy poca capacidad competitiva y que ha perdido mucho durante este sexenio”, explica. “Hay que dejar de pensar que el nearshoring va a venir a resolver necesidades nacionales de expansión productiva“.
También se debe tomar en cuenta, dice Ibarra, el impacto que la apreciación del peso mexicano frente al dólar durante los últimos meses tuvo en el comercio interno. Al subir de valor, aumenta la demanda de productos del exterior, desincentivando la producción nacional.
Otros factores que vienen frenando a la economía mexicana de crecer a su máximo potencial son el descuido que ha sufrido la capacitación técnica para satisfacer la demanda de las empresas, la inseguridad que se vive en México y que dificulta la actividad empresarial. El lavado de dinero, también, incrementa los precios de los bienes y obstaculiza el crecimiento de los negocios nacionales legítimos.
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