Culiacán.- En Sinaloa, desde hace 13 años, se lleva a cabo el programa de reparto de uniformes y útiles escolares gratuitos para los estudiantes de nivel preescolar, primaria y secundaria. La iniciativa, ya parte de la ley estatal desde agosto de 2020, tiene un impacto positivo en la economía de cientos de miles de familias, aligerando el costo del regreso a clases.
De acuerdo con los datos de inversión pública obtenidos de la Secretaría de Administración y Finanzas, a través de una solicitud de información, el desembolso anual necesario para financiar el programa fue de 337 millones 263 mil pesos en el 2023. El nivel primaria se lleva el 48.4% del presupuesto, seguido por secundaria con el 29.6% y preescolar con 21.9%.
La Secretaría de Educación Pública y Cultura administra el programa de uniformes y útiles junto con la Secretaría de Economía. El programa tiene una cobertura de alrededor de 500 mil estudiantes que reciben un paquete básico de útiles y dos pares de uniformes. Los preescolares reciben, además, un par de tenis deportivos.
Tomando como base una cobertura de 500 mil estudiantes, la inversión del estado por estudiante se calcula en 628.2 pesos, sin contar el calzado.
El total del costo del programa es superior al monto destinado al Aporte para la Infraestructura Social Municipal de las localidades de Concordia, Navolato, Ahome, Mazatlán y Mocorito juntos del mismo año.
Programa de uniformes y útiles escolares, un respiro para comerciantes en Culiacán
La cantidad invertida tuvo un crecimiento anual de 10.42% entre 2022 y 2023, igual a 31 millones 830 mil pesos extras. El incremento es de 1.52% en términos reales, es decir, descontando la inflación.
De acuerdo con la presidenta de la Cámara Nacional de Comercio de Culiacán (Canaco), Lupita Zavala, para este 2024 se espera que la inversión estatal para el programa de reparto de uniformes y útiles escolares alcance los 400 millones de pesos. Esto supondría un incremento real anual de alrededor de 5%.
Comentó, además, que se espera que dicha derrama económica, aunado al consumo relacionado con el regreso a las aulas, incentive positivamente la actividad comercial en el estado en un nivel considerable.
“Con el regreso a clases sí se ve un beneficio a papelerías, tiendas departamentales, de vestido, uniformes. Sí, se tiene mayor movimiento” dijo la presidenta.
Por su parte, Leticia Castillo Avendaño, presidenta del Grupo Textil Sinaloense, dijo que hay un beneficio que su gremio percibe gracias al reparto. Este no solo significa rédito económico para las empresas, sino que también genera empleos. En nuestro estado, la mano de obra de esta industria está compuesta, en buena medida, por mujeres trabajadoras que prestan su fuerza de trabajo desde sus hogares.
“La derrama es bastante grande, gracias a ella generamos muchos empleos estatales. Hizo que la textil llegara a ser una nueva industria en nuestro estado y que muchos adoptaran este oficio. Ha habido muchos nuevos talleres, porque nosotros les podemos llevar el trabajo a sus casas, a sus comunidades. Gente que cuida, por ejemplo, un familiar discapacitado, nosotros les llevamos la máquina ý ahí se genera un empleo. Es un programa muy noble”, explica.
Sin embargo, estos beneficios no se extienden de manera homogénea entre todos los actores involucrados. Los subdistribuidores, es decir, las papelerías pequeñas a los que los padres de familia van a recoger sus paquetes de útiles, reciben mucho menos de lo que podría esperarse por su trabajo.
Para conocer los efectos del programa para los pequeños comercios, acudimos a una de las papelerías más longevas del centro de Culiacán, la Papelería Baysac. La encargada, Alejandra Vega, comentó para Revista Espejo que por cada paquete de útiles gratuitos que ella entrega se le comisionan solo 10 pesos.
No cree que esos 10 pesos desquiten el tiempo, inconvenientes con los beneficiarios y el sistema digital estatal, o el espacio en bodega; por lo tanto, ve el programa como un servicio más para el cliente.
Más allá del reparto de útiles, Alejandra afirma que, si bien existe un crecimiento innegable en la venta con el arranque de clases, esta es mucho menor de lo que podía esperarse y ha ido en decremento. Calcula el salto en las ventas en un 20 o 30 por ciento.
“La gente prefiere ir al Officemax, aunque esté más caro. A los plebes les gusta ver, sentir las cosas. Es lo que tiene el autoservicio” señala.
Con todo, parece ser que la desaceleración del negocio se extiende más allá de los pequeños comercios, y podría estar comenzando a preocupar a los negocios de mayor magnitud. Un encargado de piso anónimo de Papelería del Norte, igualmente en el centro de Culiacán, coincide con Alejandra sobre la caída en las ventas año con año.
“Ahorita hemos visto menos gente que la temporada pasada. Sí se ha visto una disminución. En comparación con el año pasado, es mucha menos gente”
No han sido pocos los negocios que, después de décadas de existencia, han decidido cerrar sus puertas en el último año debido a los mismos motivos. Según Lupita Zavala, el número asciende a 163 establecimientos clausurados tan solo en la colonia centro.
Los motivos que originan este fenómeno son variados y complejos de determinar. Desde la Canaco Culiacán, se ha culpado a las tiendas chinas y al comercio digital como una de las principales causas, sin que haya aún ningún plan de acción para contrarrestarlo y reforzar la actividad comercial local.
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