Culiacán, Sin.- Para Víctor Angulo Valdez, cofundador de Grupo Los Arcos, la fortaleza de mantener una empresa familiar por más de 47 años, como son restaurantes Los Arco, estriba en la comunicación constante para establecer las responsabilidades.
Posteriormente, es clave bajar esa comunicación hacia los empleados para prepararlos, invertir en ellos y capacitarlos. No es casualidad que todos los gerentes de los 27 restaurantes con los que cuenta este grupo empresarial en el país hayan comenzado de lavalozas o garroteros.
Durante una charla con estudiantes de la Universidad Autónoma de Occidente (UAdeO) y emprendedores, Víctor Angulo compartió los secretos de sus éxitos comerciales como familia, pero comenzando desde los errores.
Ya en retrospectiva, mencionó algunos de esos fracasos sin pena ya que asegura haber aprendido lecciones de cada uno de ellos.
En primero lugar, el empresario recomendó sin tapujos y de manera directa a los restauranteros a no emprender en plazas comerciales; al contrario, dijo desde su experiencia, mejor les ha funcionado a ellos comprar los terrenos y construir.
Contó la vez que inauguraron un restaurante Los Arcos en la Plaza Ciudadela, en Guadalajara, porque los inversionistas de dicho centro comercial les había prometido la llegada de empresas como Liverpool y otras, pero éstas nunca llegaron; finalmente aquellos dueños terminaron vendiendo el proyecto a otros.
Peor les fue en Monterrey, compartió, porque tan solo por no interpretar bien una coma del contrato para instalarse en la plaza, los dueños terminaron por quitarles la construcción del restaurante donde ellos habían invertido después de 10 años, teniendo que dejar el local.
En Santa Fe, Ciudad de México, quebraron con la llegada de la pandemia de Covid-19, ya que esa zona es mayoritariamente de oficinistas, y las ganancias se vinieron abajo con el confinamiento no pudiendo pagar más la renta del local.
San Diego, Estados Unidos, fue un caso muy particular, y así lo explicó Víctor Angulo, quien mencionó que los estadounidenses no consumen alcohol durante la comida.
“Aquí el estudio de mercado nos falló, no nos dimos cuenta que el americano no toma alcohol cuando come, no te sostiene cuando teníamos que pagar a los empleados a 7.85 dólares la hora en ese tiempo. Una renta de 18 mil dólares mensuales. Duramos 5 años, cerramos con la burbuja inmobiliario, en 2008”, recordó.
Lejos de desanimarse con esto fracasos, la familia Angulo sobrellevó esos errores con retroalimentación; comentó que una de las reglas familias más importantes que tienen como sociedad empresarial es desayunar todos los hermanos una vez a la semana, momento en que se toman los acuerdos de la semana que viene y los proyectos a mediano y largo plazo.
De esta manera, integraron a Grupo Los Arcos los restaurantes Cabanna, Lorenza y Casa Leo, esta última en Tijuana.
“Esta convivencia te aminora los grandes problemas, no tienes que esperarte al mes para ver los resultados, lo vemos semanalmente, factibilidad de proyectos, presupuestos y rentabilidad, etc.”, compartió.
Finalmente, Víctor Angulo Valdez sostuvo que en el presente restaurantes Los Arco son rentables simplemente porque la idea surgió de lo que les apasiona, la pesca, una pasión que les inculcó su abuelo cuando eran niños y los llevaba a pescar, pero también a comer lo que ellos mismos pescaban.
Ya posicionados en el país, señaló que lo que venden son “añoranzas”, refiriéndose a que los principales clientes de sus restaurantes en las distintas ciudades del país son los sinaloenses que se van a reunirse ahí a comer.
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