Con la llegada de la temporada de lluvias a Sinaloa, aparecen también algunos retos para el sector empresarial. Riesgos asociados con daños materiales, interrupciones de las actividades, entre otros. En nuestro estado, como en el resto del país, hay un gran rezago en materia de prevención ante dichos riesgos. Carencias presentes, sobre todo, en aquellas organizaciones más vulnerables: las pequeñas y medianas empresas.

De acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones Aseguradoras, apenas un 15% de las PyMEs en Sinaloa cuentan con algún tipo de seguro que brinde protección a sus bienes ante algún desastre. El porcentaje se encuentra muy cerca del promedio nacional, dejando ver que la insuficiencia se extiende por todo el país.

Carlos Jiménez, titular de Seguros de Daños de la AMIS, comparte a Espejo datos específicos de la situación de nuestro estado, que arrojan luz sobre el gran margen de mejora que existe en el sector empresarial para con la prevención ante desastres derivados de las lluvias.

“Un poco menos del 15% de pequeñas y medianas empresas tienen una protección en sus bienes más comunes, que son el edificio y todo lo que contiene, como el mobiliario. De estas, solo una fracción, alrededor del 80%, decide ir más allá y asegurar también sus materias primas”, afirma.

 

Una de las principales causas de esta falta de previsión, menciona, sería que los pequeños empresarios suelen tener otras prioridades, tanto financieras como de tiempo, antes que invertir en la seguridad del patrimonio de la organización. El único sector que registra un buen índice de aseguramiento, es el hotelero.

Jiménez señala que es necesario estar preparado para que un fenómeno como estos no interrumpa las operaciones. La resiliencia ante desastres para las PyMEs sería una de las prioridades del sector asegurador en México.

¿Cómo pueden las empresas prepararse para la temporada de lluvias?

 

Lo primero es, dice Jiménez, identificar y hacer consciencia de que toda unidad económica está expuesta a distintos riesgos.

“Para la mayoría de las pequeñas y medianas empresas, sobre todo para aquellas que van empezando o tienen operaciones de mucho menor estructura, puede llegar a ser muy difícil hacer un ejercicio de identificación de riesgos. Por eso, el primer punto clave es motivar a que todos identifiquen que estamos expuestos a riesgos“.

 

El segundo punto es cuantificar el tamaño del problema, saber a qué se enfrentaría la empresa en caso de desastre. Esto se logra conociendo el valor de todos los bienes con los que se cuentan y se podrían ver expuestos a daños, como el edificio, maquinaria, mobiliario, materia prima o producto terminado. Después de esto, vendría la gestión del riesgo.

“Cuantificar es fundamental para llegar al tercer punto, y fundamental, que es gestionar ese riesgo. Hay diversas maneras de gestionarlo. Puedo trabajar en dos grandes momentos, el primero, prevención. Eso siempre va a ser lo más importante. Qué acciones voy a hacer yo para que un riesgo no ocurra, para intentar reducir todos los factores que puedan significar un riesgo”.

 

Hay amenazas que se pueden prevenir y otras que no, como un sismo o huracán. Para estas, es que cobra mayor relevancia contar con un seguro que proteja los activos. Una vez determinados los tres puntos anteriores, es importante que el empresario se pregunte: ¿qué quiero asegurar?, ¿frente a qué riesgos lo quiero cubrir?, y ¿por qué monto lo voy a asegurar?.

¿Qué quiero asegurar? Puede ser que a algunas empresas solo les renten el edificio en el que desempeñan sus negocios, por lo que no les interesaría asegurar el inmueble, pero sí sus equipos de cómputo, maquinaría o mercancías. Quien se dedique a la transformación, tal vez desee asegurar los traslados de su materia prima o producto terminado. Dependiendo de las circunstancias y giro de cada organización, serán sus necesidades.

¿Frente a qué riesgos lo quiero cubrir? Lo más lógico sería asegurarse frente a los riesgos más comunes de la zona, como las inundaciones, accidentes o hurtos. Sin embargo, advierte Jiménez, en ocasiones se subestiman los fenómenos a los que se está expuesto. Por ejemplo, una inundación podría provocar un cortocircuito que devenga en el incendio del inmueble. Se debe contemplar, también, que siempre existe la posibilidad de que un cliente sea víctima de un perjuicio en su integridad por descuidos de la operación del negocio.

¿Por qué monto lo voy a asegurar? Dependerá de las necesidades de protección de la empresa. Habrá quienes deseen asegurar el total del valor de sus bienes, mientras otros decidirán participar con un deducible con el que ellos se encarguen de cubrir una parte de los daños. Según qué opción se elija, cambia la tarifa del seguro, explicó.

“Estas tres grandes preguntas se deben hacer pensando siempre en lo más importante de tu negocio, que es la continuidad de tus operaciones”, señala.

¿Por qué es crucial que las pequeñas y medianas empresas estén protegidas?

 

La importancia de prevenirse ante los desastres, hablando específicamente de las pequeñas y medianas empresas, se puede abordar desde dos puntos de vista. El primero es el impacto que puede llegar a tener en estas el ser objeto de afectaciones en su patrimonio o actividades.

Que una PyME se vea afectada por un desastre puede significar la interrupción o cese de sus operaciones, en caso de que esta no contara con algún tipo de protección. El efecto en los negocios pequeños es más notable, pues por lo general no tienen los medios para mantenerse a flote una vez se interrumpe su ingreso.

“El impacto en las PyMEs es mucho mayor que en las grandes cadenas comerciales“, dice Jiménez.

El segundo enfoque, es el muy relevante papel que este sector empresarial juega en la economía. Son las PyMEs las que concentran entre el 80% y 90% de la actividad económica en México. La presidenta de la Coparmex en Sinaloa, Martha Reyes, se refiere de la siguiente forma a las pequeñas y medianas empresas de nuestro estado:

“En Coparmex Sinaloa tenemos la certeza de que las MiPyMEs (micro, pequeñas y medianas empresas) son la clave para combatir la crisis inflacionaria que vive México y el mundo, y también el canal más eficaz para preservar el ingreso de las familias sinaloenses”

 

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