Culiacán, Sinaloa.- Luego de una semana de violencia de alto impacto en que las condiciones para realizar actividades cotidianas han sido riesgosas para la población de Culiacán y sus sindicaturas, negocios y emprendedores han empezado a hacer ajustes a sus actividades con el fin de seguir ofreciendo sus productos y servicios a la población.

“Tomamos la decisión de hacer lo que podamos hacer y trabajar con lo que podemos trabajar”, dijo a este respecto Emmanuel Hernández, socio del restaurante Green Bike.

Poniendo en primer lugar la seguridad de empleados y clientes, la popular pizzería Green Bike ha decidido abrir sus puertas, pero solo promocionando el servicio de ordena y recoge, trabajar con empleados que vivan cerca del restaurante y reducir horarios de atención para abrir más temprano y cerrar antes.

“Primeramente evitar poner en riesgo a nuestro personal. Solo estamos trabajando ordena y recoge con mucho menos personal, sobre todo con los que están aquí muy a la mano, incluso a unas cuadras, y vamos y los acompañamos”, explicó Cynthia Torres, también socia de Green Bike con Emmanuel.

“También ajustamos nuestro horario de servicio abriendo un poco más temprano entendiendo que las personas están en su casa, y reducir el horario en que nos exponemos en la noche”, añadió.

 

Si algún cliente quiere comer en el restaurante, con gusto también le dan servicio.

Pero además de estas medidas de corte operativo, Green Bike ha hecho un ajuste a su oferta de productos ampliándose de momento a pan de panadería, un producto que, comentó Cynthia, se va a necesitar en casa y pensado sobre todo para su comunidad más cercana.

Algunos empresarios de la Comunidad de Pizzeros Artesanos de Sinaloa (COMPAS), han tomado medidas similares a Green Bike, cuenta Emmanuel. Otros han decidido no abrir mientras no existan garantías de seguridad. Es que ante la incertidumbre, “el cliente no llega porque hay miedo en la calle”, reconoce.

Es evaluar todos los días si vale la pena hacer el gasto operativo de abrir las puertas, porque generalmente eso representa un gasto más que una ganancia, dijeron.

La representante del gremio restaurantero en Culiacán, Laura Guzmán, dimensiona el nivel de afectación al sector en una reducción del 90 por ciento de las ventas; la empresaria observa que está cifra obedece tanto a la inseguridad como al miedo generalizado y la falta de transporte público. Afortunadamente, añadió, las cadenas de suministros de ingredientes y demás insumos no han fallado.

Con una semana en la que en Culiacán y sus alrededores han ocurrido por lo menos 13 enfrentamientos, más de una docena de personas asesinadas, cerca de 30 desapariciones forzadas y al menos 36 vehículos robados, la presidenta de la Canirac evalúa que en Culiacán existen condiciones para la apertura de restaurantes y otros negocios. Esto debido a que durante la semana ha habido amplias zonas que han estado alejadas de ‘los encontronazos’ o enfrentamientos.

“Prácticamente todos los restaurantes de la Canirac han tratado de ofrecer sus servicios, pero con un horario limitado”, comentó.

 

Además de la seguridad, otra razón para el cambio de horarios es la dificultad que han tenido para abrir y cerrar sus negocios debido al poco transporte público operando durante estos días. Los empleados, por su parte, se han mostrado indispuestos para trabajar. Las redes sociales, evaluó, terminan paralizando a la gente.

Un punto que, hasta este viernes 13 de septiembre no ha fallado, es el abasto de insumos; no han fallado ni el gas, ni las rutas del Mercado de Abastos u otras bodegas.

Todos estamos buscando cómo avanzar y ahorita nos sirve mucho la experiencia que tuvimos durante la pandemia. Hay que ponerse creativo, hay que buscar promover los platillos que ya sabemos que se venden para llevar, tenemos que ser conscientes, esperar y apechugar estos días que han sido muy complicados. Pero no hemos tenido ciertamente una balacera en la Ciudad”, invitó Guzmán en suma a la explicación del Gobernador Rubén Rocha Moya respecto a que la violencia de la última semana se ha concentrado en la zona rural.

Nadie quiere hacer fiestas

 

La cancelación del concierto de la Familia Aguilar por el Grito de Independencia fue una señal de lo que ya venía pasando desde inicios de semana: En Culiacán nadie quiere hacer fiestas.

Con emoción por el inicio de la temporada alta de eventos sociales desde este mes de septiembre, el empresario Isaac Gálvez ha vivido por doble el trago amargo de la cancelación de la vida cotidiana por la guerra interna del crimen organizado.

No solo vio como los eventos programados de su negocio de renta de brincolines se fueron cancelando; también ha dejado de agendar nuevos eventos ante un escenario que valora incierto. Lo único que ha podido hacer es dar mantenimiento a sus equipos.

“Lamentablemente tuvimos que cancelar todas las fechas y regresar el dinero y me voy a ver en la penosa necesidad de hacer un comunicado anunciando que las fechas están suspendidas hasta nuevo aviso porque no podemos nosotros instalar, y ni ganas de festejar”, contó.

“La situación está muy mal y esto nos ha afectado mucho, apenas estábamos empezando a agarrar vuelo en esta temporada”, lamentó sobre un sector que, además de renta de brincolines, demanda también una serie de productos y servicios como comida, snacks, mobiliario, servicios de música y entretenimiento, decoración y renta de salones, entre otros.

“Nosotros tenemos algunos convenios con decoradores y salones de fiesta y la mayoría nos han dicho que por el momento no están trabajando”, puntualizó.

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