El Rosario, Sinaloa – Mientras Andrés Manuel López Obrador hablaba en Sinaloa de haber logrado instaurar el inicio de una transformación pacífica en el País, un militar moría en el Hospital del ISSSTE en Culiacán.
El reporte de la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa indicaba que se registró un enfrentamiento en Barras de Piaxtla, San Ignacio. Dos militares heridos. Uno murió más tarde, justo cuando el Presidente daba su discurso.
“No se vayan a confundir, porque va a seguir habiendo orden, va a seguir promoviéndose la paz, desde luego, atendiendo las causas que originan la violencia”, decía el Presidente en su mensaje de despedida de Sinaloa luego de seis años de gobierno.
“La paz es fruto de la justicia. Se va a continuar con esa política, porque no se puede enfrentar violencia con violencia”.
El viernes 27 de septiembre, mientras AMLO encabezaba la inauguración del distrito de riego en la presa Santa María, al sur de Sinaloa, en Culiacán abandonaban esta camioneta con personas asesinadas dentro.
Vino a Sinaloa para inaugurar la zona de riego de la Presa Santa María, cuya capacidad es para irrigar agua en 45 mil hectáreas, pero también, dijo, para demostrar que no hay problema para viajar a este Estado, como lo boletinó la Embajada de Estados Unidos tras una serie de eventos violentos que se desataron desde el 9 de septiembre a la fecha.
El origen, ha asegurado el Presidente anteriormente, es la detención de Ismael Zambada García, “El Mayo”, en aquel país, luego de que Joaquín Guzmán López lo entregó en el aeropuerto de Santa Teresa, Nuevo México.
“Yo confío en que pronto las cosas vuelvan a la calma, porque durante todo el gobierno no tuvimos nada, fue en los últimos días, por una decisión que tomaron que no fue correcta, que se tomó en el extranjero, por eso no aceptamos el injerencismo. No somos colonia”, señaló el Mandatario.
Insistió en volver a la paz en Sinaloa, porque en los últimos 19 días se han registrado al menos 118 asesinatos, incluyendo el del militar que falleció en el ISSSTE.
Han sido días aciagos, llenos de horror. Hombres decapitados, enterrados en fosas clandestinas, con mensajes en sus pechos y sus bocas, desvestidos. Mujeres golpeadas, mutiladas.
El Presidente recordó que en su administración se llevó a cabo una política de promoción de paz, “sin usar la violencia contra la violencia”.
Y al hablar el Presidente de su estrategia, un grupo de mujeres levantaban una lona con el rostro de Alejandro Trujillo Cruz, joven de 30 años que se encuentra desaparecido desde el 22 de septiembre, cuando fue sacado a la fuerza de un centro de rehabilitación de Mazatlán.
“Exigimos justicia a las autoridades para localizar a Alejandro Trujillo Cruz ¡Este caso no puede quedar impune!”, se leía en la pancarta.
Hasta antes de la última presentación de López Obrador en Sinaloa, ya sumaban 135 desapariciones de personas en los últimos 19 días.
Pero el Presidente también dijo que ya se va y en su lugar quedará Claudia Sheinbaum Pardo.
“Dicen los conservadores que soy radical, no, soy moderado, soy hasta fresa en comparación con la Presidenta”, mencionó.
Pero luego endureció su discurso, afirmando que de continuar los enfrentamientos, asesinatos y desapariciones se utilizará la fuerza.
“Al mal hay que enfrentarlo haciendo el bien, pero si no se entiende que ante todo está el interés del pueblo, el interés popular, entonces sí se va a sentir el poder del Estado”, dijo.
Su intención principal, prosiguió, es la de lograr la paz, pero ante eso hay un ingrediente político más, el de evitar que el gobierno de Estados Unidos busque enviar tropas a México con declaratorias de terrorismo.
“Queremos garantía, porque a cualquiera puedan calificar como terrorista y quieran meter sus ejércitos. Nosotros somos un País libre y soberano”, expresó.
El presidente se despedía así de Sinaloa, sin atender a nadie. Se fue a descansar junto con la Presidenta electa, quien prometía volver para hablar de obras y proyectos.
Ahí se quedaron unas 300 personas con lonas, pancartas y peticiones, se combinaban entre los funcionarios y funcionarias del gabinete del Gobierno de Sinaloa mientras se ponían de acuerdo con sus equipos que los acompañaban, porque esta noche no volverían a sus casas en Culiacán ante la falta garantías de seguridad.
Y es verdad, el viaje de Andrés Manuel López Obrador terminó en Sinaloa advirtiendo del posible fin a los abrazos si continuaba la violencia. En modo de respuesta, una camioneta fue abandonada al sur de la ciudad de Culiacán, se encontraron al menos seis cuerpos.
En uno de los costados de la camioneta se dejó un mensaje: “Bienvenidos a Culiacán”.
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