Culiacán, Sinaloa.- El no poder asistir a los planteles escolares debido a la crisis de inseguridad que se vive en Sinaloa, podría profundizar las brechas de aprendizaje y generar repercusiones a largo plazo en las y los estudiantes, advirtió Ángel Leyva, director de Investigación de Mexicanos Primero Sinaloa.

Explicó que aunque no hay estudios sobre el impacto en el sistema educativo de la actual crisis de violencia, se tienen referentes de lo ocurrido durante la pandemia del COVID-19, periodo en el que las escuelas permanecieron cerradas y las clases se movieron a la modalidad virtual, lo cual provocó una pérdida de 1.5 años de aprendizaje.

“Es muy similar a lo que estaba sucediendo la pandemia porque aunque las causas del problema son distintas, los síntomas son similares, es decir, no poder asistir a la escuela debido a este riesgo, pues lo que va a hacer es que va a profundizar las brechas las brechas de aprendizaje de los de los estudiantes, especialmente los que enfrentan mayor grado de marginación, prácticamente muy similar, repito, como pasó en la pandemia”, dijo.

 

De acuerdo con el investigador, estudios como el de “Equidad y Regreso” realizado por Mexicanos Primero, los resultados de la prueba PISA y el análisis de Mejoredu, señalan que la ausencia de presencialidad afecta de diferentes maneras a las y los estudiantes. Por ejemplo, de acuerdo con el estudio de Mexicanos Primero realizado en 2021, se encontró que casi el 90% de estudiantes de 10 a 15 años de edad, no podían resolver un problema de tercer año de primaria.

Ángel Leyva, destacó que esta afectación al derecho de la educación de niñas, niños y adolescentes debe ser motivo de alarma, pues se le suma que en Sinaloa también se han presentado momentos de ausentismo en las escuelas debido a fenómenos meteorológicos y las deficiencias en la infraestructura de los planteles escolares.

“Prácticamente estamos hablando de que el tiempo que los estudiantes le destinan a al aprendizaje realmente es muy poco, y de por sí, si incluso si cumpliera con todos los días lectivos que tiene, México es uno de los países que menos tiempo destina a las actividades de enseñanza-aprendizaje en promedio con la OCDE”, dijo.

 

Ante esta situación, mencionó que es necesario que las autoridades de gobierno y educativas actúen con empatía, pues lo que está ocurriendo en Sinaloa no es normal y todas y todos están sufriendo las consecuencias.

Añadió que se requiere abrir un diálogo transparente y honesto con la comunidad escolar, así como otorgarles autonomía en la toma de decisiones.

“La comunicación por parte de la autoridad que sea transparente, honesta, porque no pueden minimizar la situación, o sea, realmente la comunicación tiene que ser lo que es para saber si las familias y los docentes asisten o no asisten y además de que les den la facilidad de la autonomía de las escuelas, porque ellas son las que conocen el contexto. Claro, todo esto justificándolo”, mencionó.

 

La situación amerita también protocolos de actuación, agregó, porque no todos los docentes y directivos saben cómo actuar en situaciones de emergencia.

“Yo diría que con medidas de prevención adecuadas, estrategias contextualizadas, comunicación efectiva y sobre todo una exigencia constante, se va a poder gradualmente avanzar en la recuperación de las escuelas y los espacios que nos corresponden como sociedad”, destacó.

Cabe mencionar que en Sinaloa, aunque las autoridades educativas han hecho un llamado a regresar a la presencialidad en las escuelas, padres de familia han decidido no enviar a sus hijos a las escuelas por miedo a quedar en medio de una situación de riesgo.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Educación Pública y Cultura (SEPyC) de Sinaloa, al 8 de octubre del 2024, de un total de 989 planteles, 638 se encontraban abiertos y 351 cerrados, con una asistencia del 36.66 por ciento.

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