Cada 15 de octubre, el santoral católico celebra a Santa Teresa de Jesús, quien fue la fundadora de la Orden del Carmelo Descalzo y fue canonizada en 1622. Esta mística española dejó una huella profunda en la tradición católica, lo que la llevó a ser la primera mujer religiosa en recibir el título de Doctora de la Iglesia.

Santa Teresa, también conocida como Santa Teresa de Ávila por su lugar de nacimiento, nació el 28 de marzo de 1515 en una familia numerosa, siendo la menor de nueve hermanos, además de tener dos hermanastros del primer matrimonio de su padre.

Sus padres, Alonso Sánchez de Cepeda y Beatriz Dávila de Ahumada, fomentaron en ella desde pequeña el hábito de la lectura, lo que influyó decisivamente en su futuro como escritora. Desde temprana edad, mostró gran interés por la vida de los santos, admirando especialmente su coraje al preferir morir antes que renunciar a su fe.

A los 20 años, Santa Teresa ingresó en el Monasterio de la Encarnación, aunque tuvo que ausentarse dos años debido a una enfermedad. Gran parte de su vida como religiosa transcurrió en esta comunidad, donde vivió experiencias místicas significativas que la llevaron a impulsar la reforma de la Orden del Carmelo.

Esta etapa estuvo marcada por su frágil salud y por los múltiples obstáculos que le impusieron las autoridades eclesiásticas. Su reforma buscaba devolver a la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo los valores esenciales de austeridad y pobreza.

Santa Teresa de Jesús fundó un total de 17 conventos en diversas regiones de España como parte de su misión reformadora. El primero de ellos fue el convento de San José en Ávila, inaugurado el 24 de agosto de 1562. Durante este tiempo, comenzó a escribir su autobiografía, alentada por su confesor, el dominico Pedro Ibáñez.

En los primeros capítulos de su obra, relata su infancia, juventud y la muerte de sus padres, mientras que el resto del texto se centra en la fundación del convento de San José y su visión personal sobre la oración.

MÁS NOTAS SOBRE RELIGIÓN: