Culiacán, Sin.- Después del Culiacanazo 2.0 un grupo de ciudadanos se acercaron a la asociación Construyendo Paz, preocupados por el contexto de violencia por el que pasaba Culiacán. Se dieron cuenta que los hechos de alto impacto seguían ocurriendo en la ciudad y trastocaban aún más el funcionamiento de la sociedad, por lo que se dieron a la tarea de encontrar una metodología diferente.
“Comúnmente cuando es una época de crisis como ahorita, todo mundo quiere participar, todo mundo busca una solución, pero después volvemos a una normalidad que no debería ser normal. Todo mundo se olvida”, explicó el director ejecutivo de esa asociación civil, Othón Herrera y Cairo.
Tras un largo periodo de análisis encontraron en los postulados del sociólogo noruego, Johan Galtug, y sus investigaciones sobre la paz y los conflictos sociales, el punto de partida para proponer el Gran Acuerdo.
Othón Herrara explica que el gran problema de los recientes problemas es que solo se han enfocado en atender las consecuencias de la violencia, con más policías, más armamentos y más estrategias dirigidas a contener la violencia, pero no en las causas, esto, opina, porque trabajar en ello nos lleva a un plazo más largo.
“El problema que tenemos de la narcocultura no es un problema que se haya surgido de la noche a la mañana, sino que ha llevado un proceso de mucho tiempo en el que todos hemos sido partícipes, y hemos de alguna manera justificado algunas conductas, algunas acciones, que nos han llevado a lo que hoy vivimos en Culiacán”, sostuvo.
“Trabajamos sobre las causas y también llegamos a la conclusión que no podíamos dejarle esta responsabilidad al gobierno. Si estamos esperando a que el gobierno resuelva el problema de inseguridad, pues nos vamos momificar sentados, porque no va llegar ese momento sino actuamos nosotros como ciudadanos”, exclamó.
Integrantes de Construyendo Paz con agremiados de la CANACO Culiacán.
El Gran Acuerdo
Esta iniciativa ciudadana consiste en aglutinar todas las agendas de la diversidad de la sociedad culiacanense, tales como cámaras empresariales, universidades, investigadores, con el fin de promover la cultura de la paz con proyectos a largo plazo.
En esta ocasión, los integrantes de Construyendo Paz llevaron a socializar el proyecto a los agremiados de la Cámara Nacional de Comercio de Culiacán (Canaco) e invitarlos a sumarse en una agenda común.
El director de la asociación comenzó diciendo que el problema de Culiacán es netamente cultural, y esto no se soluciona de la noche a la mañana y para ellos toda la sociedad debe abonarle a la misma estrategia.
“Generalmente trabajamos como islas, y cada quien tiene su propia agenda, pero tenemos que buscar cómo sumarnos a una agenda para que podamos colaborar más, generalmente estamos desunidos, desorganizados, en contra de los efectos que tiene la delincuencia”, señaló.
“El Gran Acuerdo: queremos impactar en una visión compartida. Le queremos abonar sobre todo a los jóvenes y a los niños hasta los 16 años. ¿Por qué ahí? Porque los más grandes ya están formados como agentes de violencia y no hemos sido capaces como sociedad y gobierno alinearlos a una cultura de paz”, comentó.
Por lo tanto, la iniciativa consiste en ir a la raíz de la violencia estructural para que el futuro sea el de una sociedad pacífica. Siguiendo con las ideas de Johan Galtug, Othón explicó que nuestra sociedad está sostenida en culturas violentas y por eso se genera más violencia directa, con el tiempo dicha cultura aculturizó a sus habitantes y se volvió un triángulo que se retroalimenta.
“Nosotros queremos hablar de paz y transformar ese triangulo. Por eso tenemos que trabajar en las estructuras de paz: una paz positiva que genera una paz permanente, pero esta paz positiva está alimentada por la cultura de paz”, teorizó.
El modelo de paz positiva
Las acciones del Gran Acuerdo, dio a conocer el expositor, van a consistir en enfocarse en mejorar la infraestructura de las escuelas más precarias de Culiacán y sus alrededores. Luego, trabajar con los alumnos para que dichos planteles estén en condiciones dignas para poder recibir la cultura de paz.
Criticó que en la gran materia de los planteles de educación básica no tengan internet, y es por donde empezarían para iniciar un proceso de polinización.
“Tenemos que trabajar a través de las tecnologías de la comunicación; becas, inducir incentivos para que los chicos construyan mensajes de paz. Vamos a condicionarles el internet a los directores para que las escuelas tengan un comité de padres, un comité de participación, a que le den las llaves de la escuela a alguna madre que pueda abrir la escuela para que se conviertan en centros de paz”, expuso.
Sin embargo, Othón Herrera reconoció que el reta será enorme, pero que ya han comenzado con sesiones de inducción con los primeros interesados, algunos de ellos grandes empresarios de la localidad. Adelantó que hasta el momento ya han levantado la mano para participar cámaras empresariales como la Coparmex, Canirac, la AARC e inclusive Codesin.
Asimismo, anunció que el 4 de diciembre se llevará a cabo un evento para firmar el Gran Acuerdo.
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