Culiacán, Sinaloa.- En los últimos 15 años, los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) han registrado un alarmante aumento, pues pasó de tener una prevalencia de 3.5% en 2000 y 2006 a casi un 8% entre 2013 y 2018, esto, debido a diversos factores, entre ellos la influencia de las redes sociales en la insatisfacción corporal, informó la doctora Paula Frieiro, especialista en Trabajo Social.
Durante la conferencia “Corporalidad y Trastornos de la Conducta Alimentaria desde un Enfoque de Género”, organizada por el Centro de Políticas de Género de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), especialista señaló la necesidad de tener más regulación internacional y a nivel estatal sobre lo que se comparte a través de redes sociales y las consecuencias que puede tener en la población.
“Debería existir regulación a nivel internacional y en cada uno de los Estados que limiten qué tipo de contenido se comparte en redes sociales, que no se comparta contenido editado, que no se comparta publicidad que haga referencia a la imagen corporal de las mujeres, etcétera”, dijo.
Explicó que los usuarios de redes sociales con muchos seguidores tienen gran influencia en las jóvenes, por lo que preocupa que exhiban sus cuerpos editados y que lleguen a afirmar que han alcanzado esos cuerpos a base de disciplinas como dieta o ejercicio, ya que crean expectativas casi imposibles de alcanzar en los seguidores, desencadenando algún trastorno alimentario.
“Aunque abiertamente no existen influencers que se dediquen a promocionar los trastornos de la conducta alimentaria, sí que existen algunos influencers que comparten dietas restrictivas o ejercicios físicos que pueden promover y pueden ser esa lanza o esa barra inicial o ese disparador inicial para iniciarse en un trastorno de la conducta alimentaria”, dijo.
Sin embargo, según la doctora Frieiro, los TCA son trastornos que se producen por diferentes causas, como una combinación de influencias biológicas, psicológicas y socioculturales.
Por ejemplo, a nivel biológico se ha observado una predisposición genética, ya que hay estudios que indican que hijas de mujeres con TCA tienen más probabilidad de desarrollarlos.
Mientras que desde un enfoque psicológico, la rigidez cognitiva, el perfeccionismo y la necesidad de mantener siempre el control, pueden ser factores que influyen en los TCA.
Por último, los factores socioculturales como el ideal de belleza promovido en redes sociales, la cosificación femenina, la comparación de cuerpos “perfectos” y problemas familiares pueden agravar la situación.
“No hay una situación única que haga desembocar los trastornos de la conducta alimentaria, son muchas patas, son trastornos multifactoriales, son trastornos que afectan o que se producen inicialmente por diferentes situaciones”, dijo.
Finalmente, reiteró la necesidad de atender a las personas con TCA desde un enfoque multidisciplinario y fomentar movimientos como el body positive para combatir el estigma social que rodea y minimiza estos trastornos.
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