Culiacán, Sinaloa.- En Culiacán hay un Club de Jardinería. Es una organización que está creando comunidad alrededor de conocimiento sobre la flora local y su importancia para la salud de nuestros ecosistemas y sociedades.
A través de prácticas de conservación, la jardinería también es defensa del territorio, señala su promotora Erika Pagaza.
“Un jardín no es solo un espacio bonito, es un espacio de resistencia; tanto de la naturaleza, como de nuestra propia sobrevivencia”, añade la bióloga.
Desde hace tres años, Erika se reúne mensualmente con los miembros del Club de Jardinería Culiacán a enseñar sobre la flora local y sobre temas como compostaje, semillas y fertilización, creación de infusiones, hongos, plagas y enfermedades, entre otros.
“En realidad lo que nosotros hacemos se llama horticultura por la conservación que es un tema fundamental, más consciente, y dónde estamos dispuestos a seguir defendiendo a la naturaleza con todos estos asegunes que estamos enfrentando”, explica.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la agricultura para la conservación es un sistema de cultivo que, en lugar de dañar la tierra con prácticas y productos como agroquímicos, el sembrado de especies exóticas o los monocultivos, buscan la regeneración del suelo degradado, al fomentar la diversificación de especies vegetales locales.
Con está intención, añade la bióloga, el Club de Jardinería Culiacán ha creado una amplia comunidad, con personas de muy distintas profesiones y edades, que también se organiza para realizar actividades como monitoreo, riego y plantado de especies nativas en los espacios públicos. En el Centro de Atención Múltiple #54, donde le prestan un espacio para realizar los talleres, también tienen un pequeño vivero en el cual reproducen especies locales.
Creado a partir del cierre del Club de Bonsai del Jardín Botánico de Culiacán durante la pandemia de Covid-19, el Club de Jardinería ha logrado funcionar ya durante tres años mediante un esquema de suscripción de 250 pesos mensuales, el cual ya incluye los talleres que, mes con mes, se brindan para está comunidad. Sin embargo, el club mantiene las puertas abiertas para quien tenga interés.
“Yo me siento muy contenta de que todos los talleres han estado prácticamente llenos y ahorita, justo por esa buena recepción, ahora el Club también ofrece talleres en otros lugares. Hace unas semanas dimos un taller para los jóvenes de los primeros semestres en la Facultad de Arquitectura y la verdad me he sentido muy contenta de que a la gente le guste”, expresa Pagaza.
La visión, prosigue, siempre ha sido “estimular a las personas a sensibilizarse a esta parte terapéutica de los jardines”.
En este sentido, la bióloga llama a los culichis a luchar a no perder los espacios naturales dentro del entorno con vegetación nativa.
“Si tú no conoces, si tú no estás familiarizado con las plantas que tienes a tu alrededor, pues fácilmente aceptas que cualquier proyecto disfrazado de ambientalista te siembre neems, olivos negros, o más palmas”, ejemplifica.
“Yo creo firmemente que la lucha por los espacios públicos, por un ambiente más amable, más armónico, también tiene un impacto bien directo en este fenómeno de la violencia”, añade.
Quien tenga interés en sumarse al Club de Jardinería Culiacán debe comunicarse al teléfono 6673 30 60 52, o a la cuenta de Facebook Club de Jardinería Culiacán.
“Cada mes es un taller distinto, si quieren organizar algún taller específico o si quieren organizar alguna actividad en sus escuelas, también lo podemos armar; y como el club pertenece al Colectivo Rescate Silvestre, pues también podemos dar talleres de fauna y de conservación”, invita Erika.
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