Teresita de Jesús Camacho nació y se crió en La Reforma, Angostura, entre risas dice que no le gustaría salir de ahí. Con una infancia que recuerda entre un árbol de algodón frondoso, con más niñas y niños, como si hicieran magia.
Junto con sus compañeras fundaron la Cooperativa Leonor Cuadras Cuadras, en honor a una de las primeras mujeres pescadoras de su comunidad, se dedican a maternar ostiones que llegan chicos hasta que alcanzan el tamaño de semillón y se envía a Guerrero Negro, Baja California Sur.
“Es que tenían que ser mujeres como ustedes -dicen- del mar, ¿para qué? Para qué para que aguantaran”, le comentaron; hubo momentos desesperantes, pero que pudieron sortearlos y aprender.
Si bien, hizo del mar su mundo y ahora es una apasionada del ostión, antes no los consumía, de hacerlo, era solamente cocido; al recordar cuando probó con limón y salsa el ostión que ellas mismas criaron, se dio cuenta del gran sabor que tienen.
Su principal deseo es que las siguientes generaciones entiendan como ella el valor del mar y decidan entrarle a la pesca o cultivo de alguna especie, que sigan con la labor iniciada por ellas. Teresita tiene un hijo y una hija de 17 y 27 años, respectivamente.
En una profesión en la que históricamente los hombres tenían el control, formar una cooperativa exitosa no ha sido fácil. Los comentarios vertidos para hacerlas dudar de sus capacidades no se hicieron esperar, pero no fueron suficientes para detenerlas.
“¿Cuántos hombres han intentado y fracasan?”, les dijeron. Lejos de desistir se organizaron con rifas y venta de repostería para obtener fondos y tener un acta constitutiva como cooperativa. En un acto de fe “como cuando vas vendado de los ojos”, se aventuraron y ahora recogen los frutos de su esfuerzo.
Los moscos, el calor y la lejanía de la comunidad hacen más difícil la labor de Teresita y sus compañeras, siempre recordando que todo sirve para salir adelante y la idea con la que inició todo: formar un patrimonio.
Los problemas de la comunidad se han acentuado con el tiempo, pasó de recordar la convivencia sana de su juventud, a una niñez y adolescencia marcada por el consumo de diferentes drogas, en el marco de un clima de inseguridad en donde las autoridades, señala, dejaron de ser autoridad y hay ausencia de Estado de Derecho.
La corrupción también ha hecho su aparición cuando a quienes se dedican a la pesca furtiva y no respetan las vedas no tienen sanción alguna, pero de repente a compañeros y compañeras que tienen todo en orden, les quitan sus instrumentos de trabajo impidiendo que consigan el que muchas veces es el sustento familiar.
Ella misma mira la burocracia y la corrupción como uno de los obstáculos que se han presentado a la Cooperativa Leonor Cuadras Cuadras, al batallar en tener su polígono de crianza y que les den el permiso para poder realizar sus actividades.
Una de las ventajas para su grupo, considera, es que no es un proyecto que nació con recurso de Gobierno, sino que es ciudadano y ellas han demostrado que aprendieron sobre la marcha, a prueba y error; ahora unas profesionales de la crianza del bivalvo y tienen planes a futuro de no solamente crecer a semillón el ostión, sino buscar personas que lo compren al llegarlo a grande.
Teresita piensa en el futuro por su hija e hijo, por sus sobrinas y sobrinos y por las nietas y nietos que quiere tener; buscando aportar en lo que pueda a una comunidad en que más que vecinos y vecinas se ven como familias, espera que las cosas mejoren y los proyectos tengan continuidad.
“La gente, le digo, eso no lo valora, ese paraíso que tenemos ahí”, narra sobre quienes solo ven como un espacio lúdico el mar. Por eso desde la cooperativa han tenido la iniciativa de organizar limpiezas de playas e incentivar con ello la participación ciudadana.
Para lo que viene y por el bien de la bahía, enfatiza en la necesidad de hacer conciencia en el cuidado de lo común, que la ciudadanía entienda que todas y todos se pueden beneficiar de los esfuerzos por maternar ostión, al estar esta especie purificando el agua del lugar.
“A nosotros Dios nos echó la mano”, comenta serena, “mucho trabajo, muchas satisfacciones”, agrega. Hoy, con recuerdos placenteros y planes a futuro, se manifiesta orgullosa de sí misma y del grupo al que pertenece.
***
Este es un trabajo de Memoria y Verdad: Historias desde la pesca, que rescata historias de resiliencia en comunidades costeras de Sinaloa, destacando ejemplos de vida digna frente al crimen y la marginalidad.
Comentarios
Antes de dejar un comentario pregúntate si beneficia a alguien y debes estar consciente en que al hacer uso de esta función te adíeles a nuestros términos y condiciones de uso.