Olegario Beltrán Bueno es docente y tiene 43 años. Es homosexual y por un accidente en moto le amputaron una pierna, el proceso para llegar a tener una prótesis fue largo, pero envía el mensaje de que nunca hay que rendirse por más grandes que sean las adversidades. Se siente orgulloso de todo lo que es Sensa, como le dicen sus amistades.
Nació prematuro de 700 gramos y estar vivo es una bendición. Su economía no le permitió terminar la Licenciatura en Derecho por tener que trasladarse todos los días a Culiacán, pero aprovechó el tiempo y estudió cultura de belleza en su comunidad, que no ejerce.
Ha sido tres veces parte del comité de vecinos. En la primera administración fue Presidente, en la segunda tesorero y en la tercera encargado de cultura. En las fiestas tradicionales y momentos en los que se ha requerido apoyo para las y los vecinos o de la comunidad, ha estado presente.
Trabajó como docente en Yameto, la comunidad vecina, un día que regresaba de la jornada laboral accidentalmente puso el pie en el escape de la moto y se quemó la planta del pie, la solución fue amputarlo. En un proceso difícil, siempre pensó que si esa era la única forma que tenía para seguir viviendo, la aceptaba. Eligieron la operación más indicada para que en un futuro pudiera tener una prótesis.
En el Centro de Rehabilitación del Estado, CREE, no quisieron darle terapia; gracias a la gestión del Síndico le dieron cita, pero tampoco le pudieron ayudar porque ya no había presupuesto de apoyo. La siguiente puerta que se abrió fue la de un amigo que trabajaba en el DIF Sinaloa, que hizo que se movió para que le autorizaran la prótesis.
La institución en la que laboraba, Conafe, le dio la espalda al despedirlo. Fue cuando decidió terminar sus estudios y buscó la oportunidad de, en silla de ruedas, conseguir raites o dinero prestado para los camiones y continuar su carrera, ahora es Licenciado en Educación por la UPES.
“Que le echen ganas, que cumplan sus sueños, que sí se puede”. Su padre era pescador, por lo que conoce el oficio; descabezar, limpiar chinchorros y entregar su producto lo entiende bien. Desde pequeño le gustaba andar en la orilla del mar.
Gracias a la cooperativa a la que pertenece su mamá, Las Banas Guerreras, logró tener la documentación para conseguir el apoyo de Bienpesca. Son puras mujeres que se dedican a la almeja y al ostión que le tendieron la mano. De pequeño les ayudaba a arrastrar el producto y otras actividades, en lo que esperaba a su mamá.
Antes había reglamentos en las cooperativas que no podían trabajar al menos que fueran hijos de socios. Un tío político necesitaba quien trabajara con él y Olegario se ofreció y los comentarios minimizando el trabajo que podría hacer en la pesca y sobre su orientación sexual, con comentarios morbosos.
Yameto es una comunidad que no cuenta con una ruta de transporte público y cuando daba clases conseguía raites para moverse, en algunas ocasiones le pidieron favores sexuales y se querían aprovechar de que pedía el favor; le incomodaba, pero lo soportaba porque era la única manera de moverse.
De pequeño en los eventos escolares le gustaba usar los atuendos de sus compañeras y le gustaba. En la etapa de adolescente los comentarios respecto a sus expresiones de género se convirtieron en agresiones, pero no fueron mayor problema para él.
Como maestro siempre fue responsable y la ciudadanía, como las madres de familia, se lo reconocían. Solo había un aula multigrado y solicitó cambios para que hubiera otro salón para separar primaria baja y primaria alta. Por lo que le dio gusto que hicieran remodelaciones, gracias a él hay dos aulas, baños, cerca perimetral y plaza cívica.
“La pesca ya no es redituable porque cada vez hay menos producto y cada vez son más los pescadores que se van al mar”. Él es pescador libre y son las cooperativas las que terminan con las ganancias, pues los padrones al interior pueden ser 100 personas asociadas, pero al final de cuenta todo producto tiene que salir por ahí.
También los apoyos económicos o en especie no le han tocado, sin embargo hay quienes no están en la comunidad, pero reciben los apoyos por ser parte de cooperativas. El crimen organizado también ha modificado las dinámicas de la comunidad, es este grupo el que cuida el mar y a Olegario le preocupa que se les dé tanto poder.
“Si a ellos se les pone las ganas pueden salir a trabajar los pescadores, si no no”. Actualmente se ve que si una persona quiere ir a tirar la tarraya para sacar para comer tiene que pedir permiso y si no quieren, no lo dejan, lo que no se había visto antes. Esto es un reto para la comunidad porque antes el oficio de pescador era tan bonito que podían ir a trabajar con todo y familia al mar y pasar tiempo ahí; ya no se puede y hay ausencia del Gobierno, solo poderes fácticos al mando que no respetan ni las vedas de productos.
Le gustaba la política y tiene poder de convocatoria, por lo que candidatas y candidatos lo contrataban. Se considera una persona gestora y aunque no ha estado en una posición de poder desde donde pueda ayudar, ha hecho lo que ha podido a su manera, como con rifas, eventos y demás. Conseguir medicamentos o recursos para la salud de vecinas y vecinos, lo ha hecho.
Por otro lado, pide que cuiden las bahías y protejan el medio ambiente, ya que de eso depende la producción del mar. Cuidar las playas, no contaminar y no cortar mangle son llamados directos a la ciudadanía.
El mensaje es reiterado, su discapacidad o preferencia sexual no le han impedido salir adelante y quiere que todo el mundo lo sepa. En su familia, con sus excepciones, lo han aceptado y apoyado.
***
Este es un trabajo de Memoria y Verdad: Historias desde la pesca, que rescata historias de resiliencia en comunidades costeras de Sinaloa, destacando ejemplos de vida digna frente al crimen y la marginalidad.
Comentarios
Antes de dejar un comentario pregúntate si beneficia a alguien y debes estar consciente en que al hacer uso de esta función te adíeles a nuestros términos y condiciones de uso.