El triunfalismo que asume el grupo de cuenistas y pasistas que mantiene el control de la Universidad Autónoma de Sinaloa, ante la posibilidad de que Jesús Madueña reasuma el cargo de rector después de haber sido vinculado a varios procesos judiciales por presuntos delitos cometidos en perjuicio de la UAS, deja en indefensión jurídica a la casa de estudios porque coloca la negociación política por encima del cumplimiento de la ley.
Pese a lo escueto del comunicado emitido ayer por la UAS, que reduce un largo conflicto al arreglo fincado en la impunidad, faltan muchos puntos por aclarar porque no basta que el Poder Judicial y la Fiscalía General del Estado perdonen con gran celeridad lo que no castigaron durante meses, pasando por alto a la comunidad universitaria, a las organizaciones que exigen justicia y a la sociedad que ve a la universidad secuestrada por un partido y una camarilla corrupta.
Madueña no explica si habrá un acto resarcitorio de alrededor de 600 millones de pesos de recursos públicos mal manejados en la Universidad pues se concrete a agradecer “a la Presidenta de la República, Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, quien atendiendo la solicitud de nuestra alma mater giró instrucciones a la Secretaria de Gobernación para que propiciara el diálogo tendiente a identificar medidas alternativas previstas por la Ley para concluir los conflictos judiciales que implican a determinados funcionarios de la institución universitaria, motivando con ello mejores condiciones para su desarrollo”.
Traducido al lenguaje llano, el “acuerdo” exhibe al llamado segundo piso de la Cuarta Transformación cuya oratoria diaria ofrece combatir la corrupción, y en los hechos provee de salidas políticas que permiten esquivar la vigencia del Estado de derecho, sentando el precedente de que a la comisión de ilícitos le corresponde la inacción de la justicia si ésta es determinada en el despacho principal de palacio nacional.
La sanción a quienes saquearon las finanzas universitarias debe ocurrir, así como debe suceder la democratización de la institución, a la cual ahora sí accede Madueña con el perdón fast track que le obsequia la justicia. ¿Y la UAS qué? ¿Es simple objeto de canje, con lo grandiosa que es, a cambio de dejar sin castigo a aquellos que la mancillan a más no poder?
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