Ángela López Castaños, tiene 61 años y vive en El Castillo. Su papá fue agricultor y su mamá ama de casa. Tenían un corral con vacas, desde pequeña vendió asaderas. Sus hermanos mayores ayudaron en la casa, su papá enviudó con 10 hijos desde joven, cuando se casó de nuevo tuvo 7 hijos e hijas más.
Trabajó en una planta empacadora de camarón, también le ayudó a su hermano en Las Arenitas en un abarrote. En El Castillo conoció a su esposo, José Eladio, en los bailes; él pertenecía a la Cooperativa Ángel Flores de la comunidad. Tuvieron dos hijas.
El 8 de enero del 1992 con el fenómeno natural El Niño decidieron subirse a la panga para regresar a su comunidad, eran como las 7 de la tarde y oscurecía; ya no recuerda más que abrió los ojos y los troncos pasaban junto a ella, una panga daba vuelta y con los relámpagos se iluminaba, pero no suficiente para darle respuestas.
Su esposo murió en el accidente, para encontrar su cuerpo se organizaron para buscarlo desde la cooperativa. Ella tiene un problema para escuchar desde aquel evento.
Al quedar viuda trabajó en una tortillería y pudo sacar adelante a sus hijas que estaban pequeñas; ahora son Abogada y Psicóloga. Tiene 4 nietos, cuando nació el primero lloró mucho, porque se parece mucho a su esposo, se corrió el rumor en El Castillo del parecido e iban a verlo.
Desea un mejor campo pesquero para sus nietos, uno de ellos enfermo con una condición de la sangre desde que nació, para lo que necesita tratamiento. Tiene miedo de que les ofrezcan drogas a sus nietos, por eso a veces va al parque con ellos. Le gustaría que hubiera clases de música cerca para que ellos asistan.
Su actual esposo a veces se lleva a su nieto mayor al botete y al camarón, le gusta ir a la marea porque come mucho, pero él todavía es estudiante y no pasa tanto tiempo en el agua. A Ángela no le gustaría que se dedicaran a la pesca, pero si algo relacionado con el mar, como biólogo marino.
Su suegro y su hermano fueron sus pilares para que ella trabajara y sacara adelante a sus hijas, cuidándolas para que ella pudiera ir a trabajar.
Ángela cree que todavía no supera lo que pasó hace 32 años. Narra los pasajes de su vida tanto felices, como tristes, en llanto. Es una mujer agradecida y por la familia que formó con José Eladio y con su esposo actual.
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El proyecto Memoria y Verdad: Historias desde la pesca se desarrolló en colaboración con el Fondo Resiliencia, un esfuerzo conjunto para fortalecer las respuestas locales y la resiliencia comunitaria.
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