Culiacán, Sin.- En una de las zonas comerciales de más tradición en Culiacán se encuentra un rinconcito de sabor a café que para muchos transeúntes todavía pasa desapercibido. Sin embargo, esta barra de casi dos metros de largo ha logrado crear una pequeña comunidad entre los locatarios y habitantes de rancherías que todavía acuden a surtirse al mercadito de la Juárez.
Ana Zaragoza y Nacho Rodríguez empezaron este proyecto con la idea de resignificar el elitismo que ha rodeado a las cafeterías en los últimos años en zonas en vías de gentrificación.
Caramba café independientemente de ser un emprendimiento redituable nació para hacer comunidad, hacerse amigos de los clientes y de paso difundir la cultura del café y sus distintas preparaciones.
“La mayoría de la gente nos preocupa por qué estamos aquí. Eso les causa mucha curiosidad, es la primera pregunta que nos hacen. Yo siempre digo por qué aquí no. Es una zona comercial”, comentan.
Ana considera que el café está creciendo en Culiacán cada vez más y la zona del mercadito les pareció algo olvidada por las autoridades municipales; dijo sentir que mucha gente piensa que si no pones un negocio del tipo que prolifera en esta zona no va funcionar, pero sostiene que justo hay que salirse de ese contexto ya que vieron una necesidad que cubrir.
“Creo que se está creando una imagen elitista en torno al café y las cafeterías, cuando realmente los orígenes del café no son por ese lado. Entonces, a nosotros desde el principio nos interesó crear una comunidad en torno al café, los alimentos, y precisamente ser honesto con nuestros clientes”, defendieron.
“Algo que nos precisa es que somos amigos de todos nuestros clientes, es crear realmente una comunidad. Y eso no se da en todos los lugares, como en una plaza comercial, o en otras zonas: no puedes hacer tanta conexión”, resaltaron.
Eso es precisamente el concepto de una barra de café, explicaron, un gusto que comenzó por consumir café, luego tomaron algunos cursos, fueron comprando equipo, se hicieron de proveedores, granos de calidad, sin pretender ser una barra de especialidad.
“Queríamos hacer lo que hacen las barras de café en otros lugares. La barra de café es más rápido y una cafetería es casi como un restaurante. La barra de café siempre fue la idea original. Veíamos que en Culiacán son contadas las barras de café, casi todos son lugares para desayunar, pasar un rato y aquí solo es servicio para llevar”, precisa.
Tras un año y medio, Caramba café está teniendo buena aceptación, comentan que algunos clientes que acuden al mercadito a hacer su mandado ya vienen con la idea de comprar su café o panes horneados por ellos mismos.
Aunque muchos otros asiduos todavía no han detectado este rinconcito. Ana y Nacho bromean que hay personas que se acercan pensando que su Caramba es un lugar de reparación de cosas electrónicas o de fotocopias, aunque rápidamente el olor de los granos de café que se desprende de este localito los hace reconocer el negocio.
Esta pareja de emprendedores comparte que todavía están en vías de crecimiento y por lo pronto no piensan en la expansión, destacando que se encuentran muy a gusto con lo que han podido crear en este tiempo.
“Cuando empezamos a vender nuestras bebidas sí recibimos muchos comentarios, pero poco a poco les decíamos que probaran está receta y poco a poco el paladar de algunos clientes sí se les ha ido modificando. Ya se animan a probar diferentes tuestes, preparaciones y les gusta. Las variedades del café son muy amplias”, exponen.
Este camino no ha sido fácil, destacan Ana y Nacho, resaltando que no romantizan para nada este proyecto o el emprendimiento mismo, ya que también es cansado, se invierte mucha energía y no solo es preparar café, pero la experiencia ha sido satisfactoria.
Comentarios
Antes de dejar un comentario pregúntate si beneficia a alguien y debes estar consciente en que al hacer uso de esta función te adíeles a nuestros términos y condiciones de uso.