Culiacán.- En el kilómetro 145, sobre la Culiacán-Mazatlán, al sur de la capital sinaloense, se ubica la localidad de Higueras de Abuya. Es domingo por la mañana, la gente está congregada en la capilla del pueblo, realizando su ritual dominical, otros tantos están en sus puestos de venta de hortalizas y productos agrícolas, vigilados todos por retenes instalados por las autoridades. Esta es una comunidad que se dedica principalmente a la agricultura, silvicultura y ganadería. A pesar de este escenario, en apariencia normal, en la comisaría de El Pueblo de Abuya, el silencio reina.

En esta comunidad, de no más de 60 habitantes, fueron localizados tres inmuebles que, en apariencias, parecen casas normales; con sus arcos, rejas y arquitectura característica de los pueblos sinaloenses, pero que en su interior albergaban más de 5 toneladas de metanfetamina lista para terminar de procesarse, ser empaquetada y distribuida al mejor postor. Ello a tan solo seis casas de la iglesia, la escuela comunitaria y la cancha donde debería haber niños jugando. Están a la vista de todos y a la vez de nadie.

“En los pueblos, en los ranchos, en el interior de las casas llevan a cabo el último y más importante de las fases, donde fue que se aseguró el cristal”, relata Hamlet Toledo Chelala, General Brigador de Estado Mayor y Subjefe Operativo del Estado Mayor del Ejército.

Costales, tambos de plástico azul, bidones y herramientas se encontraban al interior de este inmueble. De algún modo tuvieron que llegar a la comunidad, pasando puestos de inspección de rutina implementados por autoridades estatales y federales, que todos los ciudadanos que alguna vez hemos viajado por carretera los hemos observado e incluso no ha tocado detenernos para que chequen que hay en la cajuela.

Pero para transportar esos materiales, se requieren camionetas, vehículos 4×4, todo terreno que aguanten el peso y trayecto accidentado, árido y complicado para llegar a este poblado.

Al lado de uno de estos domicilios se apreciaban los triciclos y juguetes de algunos menores, los cuales vivían a escasos metros del área de procesamiento para convertir el cristal en metanfetamina. El olor a químicos es evidente y, aun así, ninguna autoridad, fue capaz antes de la llegada de la SEDENA de identificar lo que sucedía ahí.

La cadena no termina ahí, para que estos domicilios tuvieran esas cantidades de droga sintética, alguien tenía que producirla. En este mismo poblado, siguiendo una brecha a la cual solo pueden acceder vehículos 4×4 o cuatrimotos, para finalmente caminar menos de un kilómetro algunos tramos adentro del monte se encuentran rastros de lo que fue un campamento.

La gente que opera estos laboratorios tiene que comer y dormir, así que, en medio del monte, improvisaron una cocina con una despensa bastante generosa, la cual fue dejada atrás con el afán de huir. También se encuentran catres y un congelador pintado de verde, con el objetivo de mimetizarlo con el ambiente y que en caso de que haya sobrevuelos en la zona, este no pueda ser detectado, así como envases de suero vacíos, de refresco, bebidas energizantes, algunos materiales usados para la creación de la droga e incluso ropa, zapatos, desodorantes vacíos y talco.

A tan solo minutos de está campamento, que se estima es para entre 15 a 20 trabajadores, se ubica el primer laboratorio, donde hay ollas realizadas de manera rustica a presión color café, toneladas de químicos, bidones vacíos y mangueras que atraviesan hectáreas con la finalidad de obtener agua para realizar los procedimientos.

Más adelante, siguiendo ese sendero a pie, se ubica otro laboratorio, el cual fue encontrado por personal de la SEDENA que recorren barrancas y brechas a pie, con el fin de detectar estos sitios.

Sosa cáustica, ácidos, acetona, agua y papel aluminio que es triturado para echarlo en la mezcla, eran algunos materiales que se alcanzaban a observar, al parecer a ninguna autoridad le pareció extraño que a esta comunidad llegarán estos productos que no tienen relación con la actividad económica principal del pueblo ¿Para que quisiese un agricultor o un ganadero costales de sosa cáustica en escamas?

El olor es detectable a kilómetros, para poder cocinar estos productos es necesario el uso de mascarillas de gas faciales, ya que el olor los humos que resultan de la mezcla de estos químicos puede provocar mareos, vómitos y otros tipos de padecimientos, incluso provocan la muerte.

“Un indicio de que hay un laboratorio cerca es el encontrar animales muertos, ellos no se preocupan por la forma en que desechan lo que utilizan, por lo que el agua de la zona queda envenenada y los animales mueren”, explicó Toledo Chelala.

Más de 1.5 billones de pesos en droga fueron encontrados

En un conteo preliminar, dentro de los domicilios ubicados al interior de los tres inmuebles utilizados para las labores de cortado, empaquetado y rastreo de la metanfetamina, se alcanzó a contabilizar más de 5 toneladas de droga sintética. De acuerdo a información emitida por la Fiscalía General de la República, un kilo de esta droga tiene un costo equivalente a 294 mil 753 pesos mexicanos, por lo que en este operativo se logró un impacto económico contra los cárteles sinaloenses de alrededor de 1.5 billones de pesos.

Estos trabajos de reconocimiento seguirán realizando por parte de elementos de la Secretaría de Defensa Nacional, con el objetivo de impedir que estos productos lleguen a las calles para su venta.