Culiacán, Sin.- En Culiacán, una ola de violencia ha hecho que las personas dejen de salir de noche. Los restaurantes, que solían beneficiarse del consumo nocturno, ven una caída en sus ingresos que les orilla a tomar decisiones para intentar salvar sus negocios. El director de Grupo Panamá, a cargo de uno de los negocios restauranteros más prósperos del Estado, habla de los estragos que la situación presente ha significado, y de las formas en que intentan sortear la adversidad.
“Para Grupo Panamá la noche es muy importante porque, a pesar de que baja el flujo de personas, los tickets son más altos. Es prácticamente la mitad del negocio de Panamá: la noche”, dice Luis Osuna Vidaurri, director de Grupo Panamá, en entrevista para Revista Espejo.
Desde el comienzo del estallido de violencia en Sinaloa el 9 de septiembre de 2024, con epicentro en Culiacán y sus sindicaturas, la vida nocturna junto con los negocios asociados a esta se han visto reducidos en gran medida. Ante el miedo desatado por la amenaza que suponen los constantes enfrentamientos entre grupos del crimen organizado y otros hechos delictivos, las calles de Culiacán comienzan a vaciarse desde antes de las 9 de la noche.
Uno de los sectores donde la afectación ha sido más notoria, dado el tamaño e importancia del mismo para la economía local, es la industria restaurantera.
Industria restaurantera es clave para la economía Sinaloense
De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, al tercer trimestre de 2024 este empleaba, por lo menos, 88 mil personas en todo el estado, entre cocineros, meseros y otros trabajadores. Cabe destacar que mucha de esta industria se encuentra en la informalidad, por lo que el número podría ser mucho mayor.
De acuerdo con datos de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados en Culiacán (Canirac), establecen que en la capital sinaloense existen 5, 380 unidades de negocio pertenecientes al giro de producción de alimentos.
Al 22 de enero se contabilizaron 34 establecimientos formales agremiados a la Cámara que habían tenido que suspender actividades en la ciudad. Para el 21 de febrero, la cifra había escalado hasta al menos 38 cierres constatados.
Frente a la adversidad, el sector ha tenido que tomar medidas extraordinarias para intentar salvar su operación. Entre estas se han documentado desde las cámaras empresariales la migración de locales y plazas hacia otras más austeras, el recorte o cambio completo de sus horarios de atención, el endeudamiento, agotamiento de las reservas de capital y, en última instancia, el cierre temporal.
A Grupo Panamá se le agota su fondo de emergencias
Grupo Panamá, una de las más grandes empresas sinaloenses y con negocios en un amplio abanico de industrias, se vio en la necesidad de recortar los horarios de algunos de sus restaurantes en Culiacán y Mazatlán, como medida de contingencia frente a la caída en las ventas nocturnas y luego de haber agotado sus recursos de emergencia. Así lo relata su director, Luis Osuna Vidaurri.
Desde el mes de diciembre, el directivo expresaba la preocupación que les causaba la situación de seguridad y sus efectos con relación al negocio restaurantero. Comentaba que, a raíz de la pandemia del 2020, habían tomado la resolución de crear un fondo de contingencia del cual echar mano en caso de cualquier tipo de crisis similar.
Hasta ese momento, dicho fondo les había ayudado a sortear la caída del consumo, derivada de la ola de violencia en Sinaloa. Hoy, 2 meses después, declara que este recurso ha sido agotado, orillándoles a tomar medidas más drásticas.
“Nosotros tenemos un fondo de emergencia que se creó después de la pandemia. Le estuvimos echando mano a este fondo durante estos meses para poder salvaguardar el empleo, creyendo que esto iba a cambiar. No cambió, y el fondo se terminó”, señala.
La decisión del recorte de horarios viene a ser un intento de la empresa para sortear la caída en la afluencia de clientes haciéndole el menor daño posible a las finanzas de la organización y evitando hacer recortes a su personal, más allá de una parte de sus trabajadores eventuales, a quienes se les decidió no renovar la relación laboral. Actualmente, Grupo Panamá emplea más de 4 mil personas en total.
De acuerdo con el empresario, no esperaban que su operación en Mazatlán también viera afectaciones. Sin embargo, la percepción de inseguridad ha afectado la afluencia de turistas en el puerto, a pesar de que, en palabras de Vidaurri, “Mazatlán sigue siendo una ciudad muy disfrutable”.
“La empresa tiene una carga financiera tremenda. […] Si no tomamos estas medidas, obviamente no vamos a poder, y la empresa se va a ir a pique. Hemos estado trabajando para no llegar al recorte de horario eficientando los gastos, apretando el cinturón en muchas cosas, y nos hemos puesto muy creativos también, pero no ha sido suficiente”.
Como un exponente del sector empresarial sinaloense, Luis Osuna Vidaurri declara ver como cada empleador hace lo que puede frente a esta situación, misma que ha afectado a organizaciones de todos los tamaños y giros, lo que ha derivado en múltiples cierres de negocios en el estado.
“Es lamentable ver esa parte, porque no han aguantado”, dice.
No solamente es el sector restaurantero
Reconoce los esfuerzos de las instituciones federales que han estado presentes en el estado realizando labores de seguridad “sí están dando resultados, pero necesitamos que se vean más rápido”. Remarca, además, que resolver la inseguridad debe ser la principal encomienda del aparato estatal.
“Si se da con bola en el tema de seguridad, que lo demás nos lo dejen a los empresarios, para que fluya la economía y vuelvan a brillar las ciudades. […] Yo prefiero que se arregle la seguridad y el resto lo haremos nosotros”, menciona.
Desde los otros negocios del Grupo Panamá, el directivo comenta percibir afectaciones en el sector inmobiliario, que hoy se encuentra “parado” tanto en Mazatlán como en Culiacán, con todas las inversiones en pausa.
Frente al cuestionamiento de cuánto podría tardar el sector empresarial de Culiacán en llegar a un colapso, o a un quiebre, frente a la caída en el consumo e inseguridad, Luis Osuna Vidaurri responde:
“No sé, yo veo que esto va a durar un tiempo más, y cada vez veo la economía más mermada. No sé cuánto podamos aguantar más. Cada quién tendrá sus problemas internos para poder sobrevivir […] Nosotros vamos a seguir operando hasta donde nos dé. Nosotros creemos en nuestro estado. Es uno de muchas posibilidades, es fuerte en esto y estamos apostándole”
El anuncio de recorte de horarios por parte de Grupo Panamá se esparció rápidamente en medios de comunicación y redes sociales hasta llegar a la vocería del estado de Sinaloa, en donde frente el planteamiento, el Secretario de Gobierno, Feliciano Castro Meléndrez, declaró que se retomarían medidas de resguardo hacia el sector comercial.
Sobre este anuncio, la representante de la Canirac responde que lo más importante es la estabilización de la seguridad en la ciudad y después se podrían tomar otras medidas con miras en la recuperación de la industria.
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