Pese a no estar entre los principales estados exportadores del país, Sinaloa debe alrededor del 13% de su Producto Interno Bruto a las mercancías que vende a Estados Unidos. Hoy, frente a la amenaza que supone la imposición de aranceles, el sector privado de la región ve con incertidumbre el futuro de su operación.

Todos estamos muy inquietos debido a la inestabilidad de la relación que sentimos. En mis gremios sí hay gente que exporta, y en las fronteras han tenido problemas para cruzar debido a estos constantes cambios que provocan un desequilibrio”, dice Martha Reyes, presidenta de Coparmex Culiacán y directiva de Forrajes El Barrio, en entrevista para Revista Espejo

 

En México, la discusión económica de las últimas semanas ha estado marcada por las implicaciones que podría tener en el desempeño de nuestra economía la imposición de aranceles por parte del vecino del norte a las compras internacionales provenientes de territorio nacional.

La pérdida de competitividad de las mercancías mexicanas en el mercado estadounidense, así como del atractivo de México como destino para la inversión extranjera, se encuentran entre las más preocupantes.

“Mientras EE. UU. evalúa ajustes a su política arancelaria y México define su estrategia de respuesta, los productores y ganaderos en ambos países enfrentan un escenario de incertidumbre que podría traducirse en mayores costos, menor competitividad y ajustes en los mercados agropecuarios” comunica el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).

En el caso de Sinaloa, las exportaciones hacia Estados Unidos se componen mayoritariamente por granos y hortalizas, aunque hay otras industrias aportan en menor medida al total, como el ganadero y de manufactura. Son las empresas que comercializan productos en el mercado americano las que verían el impacto de forma más pronunciada en caso de establecerse las tarifas.

“Es preocupante porque estamos a merced, no de la estrategia del Gobierno Federal, sino de lo que otro país diga. Estamos viendo que es momento de aprender, con una medicina muy amarga, a voltear a otros mercados”, explica Reyes.

 

Genera inquietud, además, los posicionamientos y aparente volatilidad en las posturas de la Casa Blanca desde que Trump ascendió al poder por segunda ocasión, no dudando en amagar con severas sanciones comerciales como método de coerción contra otros países.

Estados Unidos es hoy el principal cliente de México, y también de Sinaloa, con hasta el 80% de las exportaciones estatales teniendo como destino dicho país. De ahí que la empresaria recalque la importancia de diversificar los mercados a los que se distribuyen las mercancías regionales. Sin embargo, esto ha sido reconocido como una tarea ardua por parte de la academia, pues se trata principalmente de productos frescos y perecederos que necesitan unas condiciones de transporte específicas.

“La comodidad en la que vivíamos, de tener al vecino que era nuestro principal consumidor, se acaba hoy que se convierte en un país inestable que nos puede sorprender cada mes. Eso es una incertidumbre, y las incertidumbres a la larga traen más problemas

Empresas exportadoras no son las únicas afectadas

 

Los riesgos e inquietudes asociados a la posible entrada en vigor de los aranceles no son exclusivos de las empresas que venden sus productos al consumidor estadounidense. Si estas empresas ven golpeada su operación, todas las empresas locales que funcionan como proveedores para las mismas también lo harán.

Arturo Félix, fundador de la empresa sinaloense de metalurgia Metales Félix, comenta sobre las implicaciones que observa a raíz de la situación. Explica que la incertidumbre ha llevado a muchos proyectos a quedarse a medias.

Indirectamente nos va a afectar porque le trabajamos a los agricultores. Le trabajamos a la agroindustria y, si a ellos les afecta, a todos nos afecta. En qué porcentaje es lo que no sabemos”, comenta el empresario.

 

Guadalupe Zavala Yamaguchi, presidenta de la Canaco Culiacán, declara percibir una gran inquietud entre quienes componen la iniciativa privada local, y prevé posibles afectaciones para la economía regional.

“Sí estamos muy preocupados por el impacto que esto origina. Viene a reducir utilidades y flujo de efectivo. En un momento va a afectar en la agricultura y todo lo que se exporte”.

 

Martha Reyes encuentra que, frente al panorama de inquietud, los participantes del sector privado no tienen un gran margen de acción.

“Desgraciadamente no está en nuestras manos directamente el tomar una acción, más que exigirle al gobierno federal que haga la negociación correcta”.

 

Teniendo en cuenta el tipo de cambio actual, junto con los últimos datos oficiales disponibles de comercio exterior y producto interno bruto, correspondientes al 2023, las exportaciones de Sinaloa con destino a los Estados Unidos representan el 13% del PIB del estado.

 

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