Culiacán, Sinaloa.– Desde el 9 de septiembre, la inseguridad en la que vivimos no ha dejado a nadie estar tranquilo, pues encontrar un lugar que te haga sentir seguro se ha convertido en una tarea complicada. Lugares como plazas o la calle se han percibido como inseguros para varias personas, pero ¿qué tan seguros se sienten los estudiantes en las universidades?

Los negociantes parecen ser un problema mínimo en comparación con los actos delictivos que se han presentado dentro de las instalaciones. Alumnos aseguran sentirse inseguros en su campus. Entre este sentimiento de inseguridad está la inquietud de traer sus pertenencias importantes a la escuela, debido a que ya se han presentado casos de robos en los salones.

“A mí hace poquito me robaron mi celular, igual aquí en la escuela y, pues, la neta sí me siento como que ya no puedo traer nada de valor, o al menos así al aire libre, o sea, sin guardarlo ni nada, porque cualquiera puede entrar, te lo puede arrebatar y nunca se sabe quién fue.”, Declara Fernanda, de primer año.

A la par, entre el colectivo estudiantil se tiene conocimiento de una docente quien fue asaltada durante el turno matutino, justo al momento de entrar al edificio K para impartir su clase. Cuentan los alumnos que fue alrededor de las 11 de la mañana.

“Una maestra mía, antes de dar la clase, llegó súper asustada y súper agitada al salón porque la habían asaltado. O sea, vivimos eso muy reciente, hace 3 semanas, y la verdad la maestra sí se miraba con ganas de llorar. A todos nos entró miedo porque dice que fue literal entrando al edificio, y todos estamos expuestos a ese tipo de cosas. (…) Estamos bien cerquita de la puerta del estacionamiento y cualquiera puede entrar.”, Alumna de primer año de Ciencias de la Comunicación.

El edificio K, construido en 2024, es el más reciente de la universidad. Se encuentra muy cerca de la entrada del estacionamiento, lo que —según los estudiantes— lo hace propenso a ser un blanco para este tipo de crímenes. Algunos, como medida de seguridad, han evitado acercarse a lugares como el estacionamiento o las áreas deportivas.

Quizá no sea novedad saber que, para ingresar a planteles universitarios como los de la UAS, el Tec de Culiacán y la UAdeO, no se necesita una identificación. Cualquiera puede entrar, sin importar si es estudiante o no, lo cual llega a generar una sensación de inseguridad en los futuros profesionistas.

Aunque este panorama se repite en distintas instituciones educativas, la experiencia de los alumnos de la Universidad Autónoma de Occidente puede resaltar un poco, ya que comentan sentirse vulnerables.

“Sí, sientes que la falta de una barrera de seguridad nos vulnera de cierta manera que no debería, puesto que estamos dentro del plantel y, aparte, es un albergue. (…) El interior de una escuela debería ser un espacio seguro para todos los alumnos, pero al estar abierta en todo momento, cualquiera puede entrar. No hay una regulación.”
Estudiante de Comunicación en la UAdeO.

Todos los estudiantes entrevistados coinciden en señalar un ineficaz sistema de seguridad en las entradas. Narran que, durante un tiempo, dichos sensores estaban en funcionamiento y se requería la credencial estudiantil para poder entrar a la universidad; sin embargo, dejaron de funcionar y, hasta el momento, no han vuelto a estar en operación.

“Siempre está una puerta abierta porque los sistemas de las tarjetas no funcionan generalmente, y en la salida nunca hay vigilante. Incluso por ahí hay otra salida que tampoco tiene vigilancia nunca.”, Asegura Daniel, estudiante de séptimo semestre de Mercadotecnia.

La falta de obstáculos en la entrada ha generado quejas en la comunidad estudiantil, ya que facilita el ingreso de personas externas con intenciones no claras. Algunos ingresan para hacer negocios, aprovechando la cultura de los micronegocios de autocobro en la comunidad Lince y el éxito de esta. Teresa, estudiante de Psicología, comenta:

“No hay control ni registro de quién entra, y muchos se aprovechan para poner sus puestos de autocobro, viendo que a los estudiantes les funciona.”

Todos los nombres fueron cambiados u omitidos a petición de los entrevistados

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