Texto: Camilo Ocampo
Foto: Graciela López / Cuartoscuro

 

CIUDAD DE MÉXICO. – ¿De dónde viene el pescado que comemos? La respuesta podría parecer simple; sin embargo, Oceana, una organización dedicada a la protección de los océanos, alerta que aproximadamente el 40% de la pesca en México es ilegal y pasa como legal a través de un fenómeno conocido como “lavado de pescado”.

De acuerdo con la misma organización, el lavado de pescado ocurre mediante los avisos de arribo, “documento que, por ley, debe presentarse a la autoridad para comercializar el producto. En él se reportan datos derivados de la actividad pesquera, como volúmenes de captura y especies”.

Sobre el tema, Esteban García-Peña, coordinador de Investigaciones y Política Pública de Oceana en México, señala que “la falta de un sistema efectivo de trazabilidad no solo afecta a los más de 300 mil pescadores mexicanos que compiten en desventaja frente a productos de origen dudoso, sino también a los consumidores, que merecen acceso a información confiable sobre sus alimentos”.

Pesca: un sector estratégico para la soberanía alimentaria

La ONG también enfatiza otra problemática: la sustitución de especies en pescaderías, supermercados y restaurantes. Según estudios realizados por Oceana desde 2019, el porcentaje promedio de sustitución en productos del mar a nivel nacional es del 44%.

La sustitución de especies consiste en vender un tipo de pescado bajo el nombre de otro, lo que va en contra de los esfuerzos para proteger algunas variedades de peces amenazadas. Su principal causa es la falta de un sistema de trazabilidad eficaz en el país.

Por ello, Oceana señala que se debe reconocer a la pesca como un sector estratégico para la soberanía alimentaria, además de garantizar transparencia en la cadena de valor, proteger las economías costeras y asegurar que los consumidores accedan a información confiable sobre el origen de sus alimentos.

Para consumir pescado de forma informada, de acuerdo con la asociación, se deben seguir algunos pasos, como identificar el pescado fresco, saber cuál es el pescado de temporada y, sobre todo, hacer preguntas clave al vendedor: ¿De dónde proviene este pescado? y ¿Cómo fue capturado o cultivado?

Vendedores desconocen de dónde viene el pescado

Bajo esa lógica, en Pie de Página conversamos con dos vendedores de pescado en uno de los centros de distribución más importantes de la capital: la Calzada de la Viga. En el sitio se vende pescado al mayoreo y al menudeo, de distintos tipos, nacional e internacional.

Uno de los vendedores, de nombre Edson Contreras, quien lleva tres años dedicándose al negocio de la pescadería, aseguró que adquiere su producto a través de la Central de Abastos y que ya tiene un proveedor que le vende al mayoreo.

Al ser cuestionado sobre si conoce la forma en que fue capturado o cultivado el pescado, admitió que lo desconoce, pero reiteró que su distribuidor cuenta con todos los permisos necesarios para operar y que el negocio que le vende el producto también lo adquiere al mayoreo.

En la misma avenida, la señora Gabriela tiene un puesto más grande. Según explica, su familia lleva 20 años dedicándose a la pescadería, y la forma en que adquiere su pescado es mediante un mayorista que trae el producto desde Sinaloa. Sin embargo, desconoce cómo son capturados o cultivados. De lo que sí está segura es que busca que sus productos sean de primera calidad y que estén frescos.

De acuerdo con Esteban García-Peña, la Semana Santa “es una oportunidad ideal para visibilizar los desafíos que enfrenta nuestro sector pesquero, uno de ellos es la falta de una Norma de Trazabilidad de Pescados y Mariscos que permita saber el recorrido de los productos del mar, desde el barco hasta nuestro plato”.