Chiapas.- La Secretaría de Salud informó que se han confirmado dos casos de personas con miasis (infestación parasitaria) de gusano barrenador; ambos casos se reportaron en Chiapas, de acuerdo con lo notificado en el Boletín Epidemiológico de la semana 17, correspondiente del 20 al 26 de abril.

El documento detalla que una mujer de 77 años, residente del municipio de Acacoyagua, se encuentra en el Hospital Regional de Alta Especialidad “Ciudad Salud”, por la presencia de miasis.

Durante el interrogatorio, la paciente refirió convivir con bovinos y caninos. Asimismo, mencionó que una cabra y un becerro presentaron “gusanera” en el ombligo dos semanas y cinco meses previos, respectivamente.

Inició con sintomatología el 31 de marzo luego de caerse y tener un traumatismo craneal y una herida en la región parietal derecha. El 10 de abril presentó fiebre y al siguiente día acudió al servicio de urgencias.

El 13 de abril se le realizó lavado quirúrgico y desbridamiento, se le observó una herida de 3×3 centímetros en la región parietal derecha, con exposición ósea sin trazo de fractura aparente, disecada hasta 6 centímetros alrededor, con presencia de miasis, las cuales no se pudieron recuperar.

Posteriormente, el 16 de abril, se le realizó un nuevo lavado quirúrgico obteniendo dos larvas las cuales fueron enviadas al Centro Nacional de Referencia en Parasitología Animal y Tecnología Analítica del Senasica donde se confirmó el diagnóstico de miasis por larvas de gusano barredor. Hasta ahora la mujer se reporta como estable.

El segundo caso, un hombre al que lo mordió un perro

El segundo caso se trata de un hombre de 50 años residente del municipio de Tuzantán. Inició con sintomatología el 19 de abril, luego de que un perro lo mordiera en la pierna izquierda.

El 23 de abril observó salida de larvas a través de la herida, acompañado de sensación de movimiento, dolor intenso, eritema y fiebre. Sin embargo, acudió hasta el 25 de abril al doctor, donde fue referido al Centro de Salud de Huixtla, en donde se le extrajeron seis larvas.

El personal del Senasica realizó el telediagnóstico taxonómico confirmando miasis por hominivorax. Asimismo, se realizó el envío de muestras al Laboratorio Estatal de Salud Pública para su confirmación taxonómica por parte de la Secretaría de Salud.

El paciente fue referido ese mismo día al Hospital General de Huixtla para realizar lavado quirúrgico de la herida.

Las miasis humanas son más frecuentes entre pobladores rurales, especialmente en zonas y temporadas con alta densidad de moscas C. hominivorax.

¿Qué es el gusano barrenador del ganado?

El gusano barrenador es una infestación provocada por las larvas de la mosca Cochliomyia hominivorax, que se alimentan del tejido vivo de los mamíferos, y en raras ocasiones de las aves.

Dichas moscas depositan sus huevos en heridas superficiales y las larvas eclosionan en un periodo de 12 a 24 horas, las cuales luego se alimentan del tejido durante 4 a 8 días, causando graves daños al animal.

La miasis en humanos comparte características clínicas con las observadas en animales.

¿En qué consiste la miasis por gusano barrenador en animales?

De acuerdo con el portal de Senasica, la miasis por gusano barrenador consiste en la infestación producida por larvas de mosca que se alimentan de tejido vivo de los mamíferos y rara vez de las aves.

Existen dos especies de mosca que causan esta miasis: la mosca del nuevo mundo (Cochliomyia hominivorax) y la mosca del viejo mundo (Chrysomya bezziana).

La infestación se da cuando una mosca deposita sus huevos en una herida superficial de un mamífero, entre 12 y 24 horas después las larvas eclosionan y se alimentan de tejido vivo durante 4 a 8 días, una vez desarrolladas caen al suelo para transformarse en pupas, emergiendo de 7 a 10 días después como moscas.

Las larvas pueden infestar diversas heridas, incluso tan pequeñas como la picadura de una garrapata; no obstante, las infestaciones más frecuentes se presentan en el ombligo de los neonatos, en las heridas generadas por la castración o el descorne, así como en las regiones vulvares o perineales de las hembras.

Cuando inicia la infestación se puede observar un movimiento leve dentro de la herida, la cual se extiende y se hace profunda conforme las larvas se alimentan de los tejidos, produciendo supuración serosanguinolenta. Generalmente los animales afectados se separan del grupo y manifiestan depresión, falta de apetito y molestia en la herida; los animales que no reciben tratamiento pueden morir de 7 a 14 días después por toxicidad o por infecciones secundarias.