El esperado humo blanco surgió este jueves de la chimenea instalada en el tejado de la Capilla Sixtina, señal que los 133 cardenales encerrados en su interior lograron escoger al sucesor del papa Francisco en el segundo día del cónclave, quien será el próximo líder espiritual de mil 400 millones de católicos en el mundo.

Miles de fieles y curiosos rompieron en aplausos y vítores en el Vaticano al ver la esperada fumata blanca, que estuvo acompañada del redoble de las campanas de la basílica de San Pedro, constataron periodistas de AFP.

Todas las miradas están puestas ahora en el balcón de la iglesia más grande del mundo para conocer la identidad del 267º pontífice y sucesor de Francisco, el primer pontífice latinoamericano.

En los próximos minutos, el cardenal protodiácono, el francés Dominique Mamberti, desvelará su nombre con el anuncio “Habemus papam”, antes de que el nuevo pontífice imparta su bendición “urbi et orbi” (A la ciudad y al mundo).

Estos son algunos de los desafíos que enfrentará el nuevo papa

El nuevo papa asumirá su nuevo papel tras 12 años del pontificado de Francisco, quien fue objeto de críticas internas de una virulencia inédita.

Una franja conservadora, especialmente en el episcopado estadounidense y africano, le reprochó a Francisco su apertura hacia los laicos y las mujeres, así como su decisión de abrir la vía a la bendición de las parejas homosexuales a fines de 2023, lo que provocó una fuerte reacción.

En esta óptica, el próximo papa deberá limar los roces entre las diferentes corrientes al interior de una Iglesia, donde cohabitan sensibilidades culturales muy diversas.

El asunto de la sinodalidad, implicación de los protagonistas de la Iglesia a todos los niveles, será también central.

De igual forma, hay expectativa por la postura que tomará sobre las mujeres en la iglesia. Su antecesor abrió puertas al nombrar mujeres en puestos claves, como a la primera prefecta (número uno) de un departamento de la Curia en enero. Pero las esperanzas de las asociaciones feministas de una apertura al diaconado femenino se desinflaron con los resultados de la última asamblea mundial sobre el futuro de la Iglesia.

Otro de los asuntos pendientes que deberá atender el nuevo papa es la pedocriminalidad.

Pese a las muchas medidas para luchar contra la este problema en la Iglesia, como el levantamiento del secreto pontificio y la obligación de señalar los casos a la jerarquía, las asociaciones de las víctimas se mostraron decepcionadas por la acción del papa Francisco.

Este tema es uno de los mayores desafíos para la Iglesia y los escándalos podrían seguir sacudiendo a las instituciones religiosas en las conferencias episcopales de diversos países.

Muchos países asiáticos y africanos consideran ese problema como un tabú. Inclusive en Europa, donde Italia no ha iniciado una investigación independiente de los casos.

La ONG Bishop Accountability, que documenta la violencia clerical, pide leyes que ordenen la destitución de cualquier agresor comprobado y la publicación de los nombres de sacerdotes condenados por la ley canónica.

Las finanzas también serán clave, en los últimos años se reformó profundamente el manejo de las finanzas de la Santa Sede, que no obstante enfrenta un déficit presupuestario crónico y una disminución de las donaciones de los fieles. Además, los escándalos de malversaciones han afectado su imagen, incluso durante el pontificado de Francisco.