Culiacán, Sin. – Con solo 32 años, pero con más de una década de experiencia dentro del Poder Judicial, Luis Fernando Ríos García busca convertirse en juez del Distrito 1 en Sinaloa.

Su propuesta se construye desde una perspectiva crítica pero propositiva: humanizar la justicia, eliminar los formalismos innecesarios y ofrecer un trato digno y empático a quienes buscan ser escuchados.

Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Durango (UAD), campus Mazatlán, y maestro en Amparo por la misma institución en su campus Culiacán, Ríos García inició su carrera judicial el 11 de abril de 2013. Desde entonces ha desempeñado múltiples funciones dentro de los juzgados: fue oficial administrativo, secretario particular y actualmente funge como secretario de juzgado, cargo que ha ocupado de manera continua desde 2019, acumulando más de seis años de experiencia en esa función clave.

“A pesar de mi edad, tengo la experiencia suficiente para ser juez. Lo que me impulsa es la necesidad urgente de cambiar ciertas actitudes dentro del Poder Judicial”, señala.

UNA JUSTICIA MÁS HUMANA, MÁS CERCANA

Desde su perspectiva, el mayor desafío que enfrenta la justicia federal no está en las leyes, sino en la actitud con la que se aplican. Ríos García ha sido testigo del trato indiferente que, en muchos casos, reciben los ciudadanos al acudir a un juzgado.

“Las personas no son expedientes. Vienen con su vida, sus derechos, su salud en juego. Lo mínimo que podemos hacer es escucharlas”, afirma. Lamenta que algunos juzgadores ni siquiera se tomen el tiempo de atender personalmente a quienes acuden a buscar justicia y denuncia también la falta de dignidad en el trato incluso hacia los propios trabajadores del sistema judicial.

Critica los excesivos formalismos que entorpecen el acceso a la justicia y retrasan innecesariamente los procesos: “Las personas quieren ayuda, no obstáculos. La justicia no debe perderse en el papeleo. Hay que estar pendientes de los expedientes y evitar que la negligencia se normalice”, enfatiza.

UNA VISIÓN DE SERVICIO, NO DE PODER

Más que reformas estructurales, Ríos García propone una transformación desde dentro, desde la conciencia de que el trabajo en los juzgados es un servicio público que implica responsabilidad, cercanía y vocación.

“Lo que me motiva a ser juez es esa necesidad de cambio. Hay gente muy capaz en el sistema, pero a veces el tiempo hace que uno deje de cuestionarse y de ver los errores. Necesitamos jueces que no olviden que detrás de cada expediente hay una persona”, concluye.

 

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