Culiacán.- El Santuario Ostok, un refugio independiente dedicado al rescate y conservación de fauna silvestre en Sinaloa, cerró oficialmente sus puertas en Culiacán tras ocho meses marcados por la violencia en la ciudad.

La decisión implica el traslado de 90 especies, entre ellas jaguares, monos, aves y los emblemáticos elefantes Big Boy y Beraki, quienes hasta ahora vivían en condiciones de semilibertad o se encontraban en proceso de rehabilitación. Cabe destacar que en el recinto habitan alrededor de 700 animales.

El anuncio se dio entre jaulas vacías y un aire de despedida. Según el presidente del Ostok, Ernesto Zazueta, la inseguridad en la zona se volvió insostenible, al punto de poner en riesgo no solo la vida del equipo humano durante los traslados, sino también la integridad de los animales rescatados.

Por ejemplo, cuando la elefanta Beraki sufrió un malestar en una de sus patas, conseguir a un médico veterinario que estuviera dispuesto a atenderla fue casi imposible. Nadie quería ir a Culiacán.

Entre otros sucesos vividos, destaca el robo de una de las camionetas de rescate, la cual se encontraba totalmente equipada —con rifles y redes—, así como el bloqueo de carreteras, que ha impedido que los alimentos para los animales lleguen al santuario.

Según Ernesto Zazueta, el nuevo hogar de los animales será el Bioparc “El Encanto”, ubicado en la sindicatura de El Habal, en Mazatlán.

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