Mazatlán, Sin.- A veces la paz comienza con un acto silencioso: cruzar una puerta, entregar un arma y recibir a cambio algo más que dinero. Con ese espíritu concluyó en Mazatlán la Campaña de Desarme Voluntario 2025, una iniciativa que, más allá de los números, busca desactivar el riesgo en los hogares y sembrar otra idea de seguridad.

En total, durante las dos semanas que duró el programa, se entregaron de manera anónima 88 armas de fuego, 4,035 balas, 49 piezas de dinamita y 4 granadas. Todo fue destruido en presencia de autoridades. A cambio, el Gobierno Municipal, en conjunto con el SESESP y la Secretaría de la Defensa Nacional, otorgó 470 mil 604 pesos en efectivo a quienes participaron.

El módulo de recepción, instalado en el Palacio Municipal, se convirtió en un espacio de confianza para quienes decidieron dejar atrás armas que, en muchos casos, solo significaban una amenaza latente dentro de casa. Tan solo en el último día de campaña, el viernes 23 de mayo, se entregaron 21 armas, 4 dinamitas y 149 balas, con un desembolso de 121 mil 287 pesos.

Más allá de la cifra, lo que se está construyendo es una cultura distinta: una que apuesta por la prevención antes que por la reacción. “Sí al desarme, sí a la paz”, no es solo un lema, sino una estrategia de seguridad pública que involucra al Estado, pero también a la comunidad.

Este tipo de acciones reafirman que la seguridad no solo se construye con patrullas en las calles, sino también con confianza, participación ciudadana y decisiones individuales que, en conjunto, hacen comunidad.

 

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