¿Qué es el dumping del tomate mexicano?

¿Alguna vez te has preguntado por qué el precio de tus tomates favoritos puede fluctuar, o por qué se habla de “dumping” en el comercio internacional? El caso del tomate mexicano es un claro ejemplo de cómo las políticas comerciales pueden afectar directamente a productores, exportadores y, en última instancia, al bolsillo de los consumidores.

Si nada cambia, a partir del 14 de julio de 2025, las exportaciones de tomate fresco de México a Estados Unidos dejarán de estar protegidas por el Acuerdo de Suspensión, y enfrentarán un arancel del 20.91%. Esta medida, notificada por el Departamento de Comercio de EE. UU. en abril, pone en jaque un pacto de décadas y redefine el futuro de uno de los productos agrícolas más importantes del país.

Entendiendo el dumping en el caso del Tomate Mexicano

En el mundo del comercio internacional, el dumping es una práctica donde un producto se vende en un mercado extranjero a un precio inferior a su costo de producción en el país de origen, o a un precio menor al que se vende en su propio mercado. Generalmente, el objetivo es ganar una mayor cuota de mercado o, en situaciones extremas, eliminar a la competencia local.

Cuando hablamos del tomate mexicano, Estados Unidos acusó a nuestros productores de vender su producto por debajo del costo de producción en el mercado estadounidense. Estas acusaciones, impulsadas principalmente por la industria tomatera de Florida, argumentaban que esta práctica dañaba seriamente a sus productores locales, dificultando que pudieran competir en precio.

El “Acuerdo de suspensión”: una solución en riesgo

Para abordar las acusaciones de dumping, el Departamento de Comercio de Estados Unidos y los exportadores de tomate mexicano llegaron, en 2019, a lo que se conoce como el Acuerdo de Suspensión. Este pacto permitía a los exportadores mexicanos vender sus tomates por encima de un precio de referencia o “precio mínimo”, evitando así la imposición de aranceles antidumping.

Sin embargo, la situación ha tomado un giro crucial. Recientemente, en abril de 2025, el Departamento de Comercio de Estados Unidos notificó su intención de retirarse del acuerdo de suspensión firmado en 2019. Esto significa que, de concretarse, a partir del 14 de julio de 2025, se impondría un arancel del 20.91% sobre el valor de las exportaciones de tomate fresco mexicano hacia el mercado estadounidense. México, por su parte, ha manifestado su firme interés en entablar un diálogo para buscar la renovación del acuerdo y evitar este impacto.

El dumping del tomate mexicano y el Acuerdo de Suspensión tienen consecuencias significativas en diversos ámbitos:

Para los productores mexicanos: La imposición de un arancel del 20.91% representaría un golpe considerable, encareciendo su producto y dificultando la competitividad en su principal mercado. Esto podría traducirse en menores ingresos, presiones para reducir costos y, en algunos casos, la búsqueda de nuevos mercados o la diversificación de cultivos. La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México ha expresado su preocupación y el compromiso del gobierno para apoyar a los productores.
Para los productores estadounidenses: Aquellos que impulsaron la medida verían una protección adicional ante lo que consideran competencia desleal, aunque también podrían enfrentar desafíos si la oferta mexicana disminuye y los precios internos aumentan.
Para los consumidores: Es probable que los precios del tomate fresco en Estados Unidos aumenten debido al arancel, lo que podría afectar el bolsillo de los consumidores. La disponibilidad de ciertas variedades o el abastecimiento fuera de temporada también podrían verse impactados.
Para las relaciones bilaterales: Este tema añade una nueva capa de tensión a la ya compleja relación comercial entre México y Estados Unidos, siendo un punto clave en la agenda de negociaciones actual.

El Acuerdo de Suspensión del tomate es un tema dinámico y sujeto a revisiones y debates constantes, especialmente con los cambios en las administraciones gubernamentales de ambos países. La industria tomatera mexicana continúa esforzándose por ser más competitiva y sostenible, sin importar las regulaciones impuestas.