Culiacán, Sinaloa.- El general de División Francisco Jesús Leana Ojeda fue designado como nuevo comandante del Ejército Mexicano, en sustitución del general Celestino Ávila Astudillo, quien pasó a situación de retiro tras 48 años de servicio.

El anuncio fue hecho el lunes 1 de julio de 2025 por el general Arturo Coronel Flores, jefe del Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional, y ratificado por la presidenta Claudia Sheinbaum. Leana Ojeda asumirá el liderazgo de las Fuerzas Armadas en medio de una compleja situación de seguridad, marcada por enfrentamientos entre grupos del crimen organizado y fenómenos naturales como huracanes e incendios forestales.

Con más de 40 años de trayectoria en las Fuerzas Armadas, el nuevo comandante es egresado del Heroico Colegio Militar y ha ocupado cargos clave como comandante de la Primera, Tercera y Octava Regiones Militares, así como de las zonas militares en Veracruz, Michoacán y Estado de México. También fue agregado militar en Canadá y ha sido distinguido con múltiples condecoraciones por su labor en campañas contra el narcotráfico.

Su paso por Sinaloa

Francisco Leana Ojeda estuvo al frente de la Tercera Región Militar, con sede en Mazatlán y jurisdicción en todo el estado de Sinaloa. Durante ese periodo, su nombre resonó en Culiacán por una declaración que generó amplio debate.

El 16 de septiembre de 2024, durante un evento oficial por el Día de la Independencia, el general declaró ante medios locales que la paz en Sinaloa “no dependía del Ejército, sino de que los grupos antagónicos dejaran de pelear entre sí”. Sus palabras fueron interpretadas por sectores de la sociedad como una postura de resignación ante el dominio del crimen organizado, especialmente en un contexto de tensiones entre facciones del Cártel de Sinaloa.

La declaración provocó molestia en la ciudadanía y en el gobierno federal, por lo que días después fue removido de su cargo y reasignado a la Primera Región Militar, con sede en la Ciudad de México. Esta decisión fue considerada por analistas como un intento de la administración federal por mantener el control político y discursivo sobre el rol de las Fuerzas Armadas en la estrategia de seguridad nacional.

Ahora, al frente del Ejército Mexicano, Leana Ojeda deberá enfrentar no solo la violencia generada por el narcotráfico, sino también la gestión de la Guardia Nacional, recientemente formalizada como parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, y los embates de fenómenos naturales que han puesto a prueba la capacidad de respuesta militar.

El nuevo comandante asume el cargo en un momento clave para la administración de Claudia Sheinbaum, que ha prometido mantener la presencia militar en tareas de seguridad pública, pero también hacer ajustes en la coordinación con autoridades civiles y fortalecer los derechos humanos.