Culiacán, Sinaloa.- El biólogo José Miguel Flores Calvillo camina cada mañana por el margen izquierdo del río Culiacán. No está ahí como paseante, su tarea es vigilar que la construcción del nuevo malecón, la obra más grande del plan de recuperación económica del Gobierno de Rubén Rocha Moya, no dañe lo que queda del ecosistema ribereño.
Para él, toda obra pública en Sinaloa debe de llevar un acompañamiento y auditoría ambiental, como ya se hace a nivel federal en obras como las de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
“Y a nivel estatal aquí en Sinaloa es algo que se pretende aplicar ya en todas las obras. O sea que todas las sobras tengan una supervisión ambiental y que justamente se cuide esta parte del impacto”, explicó.
Flores Calvillo es parte del equipo de la consultoría ambiental KAPPA, empresa a cargo de la supervisión ambiental de los tramos uno y dos de la obra.
En entrevista para ESPEJO, explica que su trabajo incluye desde la revisión del cumplimiento de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) hasta el monitoreo y reubicación de fauna silvestre, además de recomendar medidas de mitigación.
“Nuestra función es asegurar que las condiciones ambientales se respeten. Esto no solo significa vigilar que las empresas tengan los permisos, sino también que se minimicen los impactos a la flora y fauna. Estamos aquí todos los días”, afirma el biólogo, egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana y actual estudiante de maestría en Ciencias en la UAS.
El acompañamiento ambiental en la obra ha permitido detectar y reubicar iguanas y boas en la zona de obra. Mediante cámaras trampa y recorridos diarios, el equipo de KAPPA también mantiene vigilancia sobre otras especies que podrían estar presentes pero evitan el área debido al ruido y la actividad humana.
“Lo ideal es que no se acerquen”, dice Flores. “Eso evita accidentes y nos indica que los programas de ahuyentamiento están funcionando”.
Otro de los puntos clave en los trabajos de la consultora ha sido el tratamiento de las especies vegetales.
Aunque ya se ha retirado vegetación exótica como neem (Azadirachta indica) y moringa (Moringa oleifera), la propuesta de reforestación que acompañará al proyecto busca corregir la mala práctica de sembrar árboles que no pertenecen al ecosistema local.
“Entonces pedimos que se introduzcan especies nativas, especies que vamos a encontrar aquí y que están adaptadas a nuestro nuestro ecosistema”, advierte Flores.
El contar con plantas locales, añadió, permitirá también que poco a poco la fauna local vuelva a estos espacios, de los que fueron alejados por el crecimiento de plantas como el árbol de Neem.
A solicitud del gobernador
La intervención en esta parte del río no toca directamente el bosque de galería del río, pero sí se ubica en su colindancia. De ahí que, a solicitud del biólogo José Dehesa Mitre, presidente de la asociación civil Guaiacum, el gobernador Rubén Rocha Moya haya dado la instrucción de prestar especial atención a la conservación de este ecosistema.
Para el equipo de supervisión de KAPPA, comenta Flores Calvillo, esto impulsa que cada vez más obras públicas se hagan tomando en cuenta el entorno natural.
Al finalizar la obra, el equipo de KAPPA será responsable de verificar que no se haya afectado el entorno más allá de lo autorizado y que se cumplan las acciones de mitigación previstas. Esto incluye dejar registro fotográfico, bitácoras y un informe final.
“La supervisión ambiental no solo sirve para cumplir un requisito, sino para entender que cada decisión en una obra impacta en cadena: en el suelo, en el agua, en las especies, en la temperatura. Hoy más que nunca, con la crisis climática y la escasez de agua, tenemos que hacer las cosas de otra manera”, puntualizó.
Biólogo Miguel Flores Calvillo.
Cultura ambiental en la construcción
A través de pláticas con trabajadores, programas de educación ambiental y un trabajo constante de campo, la consultoría también ha logrado generar una cultura de respeto hacia el entorno entre los trabajadores de la obra.
“Nos han dicho que no es común que una obra tenga este tipo de supervisión. Afortunadamente hemos encontrado apertura, incluso nos comparten avistamientos de fauna y eso fortalece nuestros monitoreos”, dijo el biólogo.
Sin embargo, el equipo de KAPPA reconoce que aún queda mucho por hacer en el área de obras públicas del estado y los municipios, pues en realidad, las constructoras no están acostumbradas a tomar en cuenta consideraciones ambientales, a pesar de que estas formen parte de la Ley.
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