Javier Arturo Rodelo Ruíz es vendedor ambulante en un punto fijo en el centro de Culiacán. De hecho, tiene 25 años ejerciendo el comercio en la calle en la esquina de Antonio Rosales y Juan Carrasco. Afuera de un banco muy concurrido es donde ofrece sus productos y pasa sus días.
Es originario de Pericos, municipio de Mocorito. De ahí que cuando decidió a dedicarse a la compra-venta, pensó en primera instancia en mestizas y galletitas originarias de esa comunidad.
Con el tiempo, al ver que parte de su faena era estar en el mismo lugar por horas, otros vendedores independientes le ofrecieron dejar sus artículos en su punto de venta, dejándole a don Javier una comisión o porcentaje. De esta manera, también vende frascos de miel artesanal del municipio de Cosalá y otros productos medicinales.
Pese a que estudió la carrera de administración de empresas, lo que realmente le apasiona a este comerciante es la venta mediante la atención al cliente.
En entrevista para Espejo, comparte que su primer emprendimiento de este tipo fue en las oficinas de la Secretaría de Educación Pública y Cultura del Estado (SEPyC). Posteriormente, una conocida de Pericos le ofreció dejarle la concesión de su permiso de comerciante en ese lugar donde actualmente se instala todos los días.
“Primero se me presentó una oportunidad de vender carros, ahí en la SEP. En eso una conocida me dijo que iba dejar su negocio en la calle en el centro, y como sí dejaba dinero, me dedique a esto. Me dejó la concesión una señora de Pericos, me dijo, ponte tú”, recuerda.
“Inclusive mi abuelo fue panadero, entre mi esposa y yo quisimos iniciar el negocio. Se nos dio. Luego me dediqué a la compra-venta. Yo ya tengo una proveedora, pero ya les he comprado y vendido casi a todos los panaderos de Pericos”, comenta.
Aunado a lo anterior, Javier también vende boletos del Sorteo del Tec de Monterrey, por lo cual su punto de venta se ha convertido en un lugar muy popular para los asiduos a estos premios.
A lo largo de estos 25 años ha conocido mucha gente, tomando en cuenta que por esa zona miles de culichis van y vienen para llegar a sus centros de trabajo. Inclusive don Javier llegó a ser el secretario de la Asociación de Vendedores Ambulantes del Centro de Culiacán cuando recién se creó.
Recuerda que bajo esta organización lideró un movimiento de comerciantes ambulantes debido a que el Ayuntamiento intentó reubicarlos y a otros hasta desplazarlos, hace unos años. Pese a que logró que el gobierno municipal los dejara en su lugar de siempre, tras esa lucha, optó por dejar de ser parte de esa asociación y volverse independiente.
“Cuando nos desalojaron un tiempo, luchamos nosotros, inclusive yo fui secretario de la organización, pero como hay muchas envidias, se empezó a dividir la gente y yo me independicé, ya no soy parte de ellos”, menciona.
“Pero sí me rijo bajos sus estatutos, de los permisos, acatar las órdenes de los inspectores y estar pendiente de los acontecimientos, porque sí es bueno estar en ese ambiente, pero por ciertas razones yo me independicé”, explica.
La narco guerra también golpea al comercio ambulante de Culiacán
Javier Arturo Rodelo Ruíz comenta que en sus 25 años de trayectoria nunca había tenido un altibajo en sus ventas como en el presente. Es en lo que se denomina en Administración de Empresas una caída prolongada de ventas o simplemente estar estancado en una crisis comercial.
“De la violencia para acá mis ventas han decaído un 70 por ciento”, comparte a Espejo.
“Ahorita está muy bajo, al grado de que me cuestiono si ir o no ir a mi puesto de trabajo. A veces me levanto con el ánimo muy bajo, no hay ventas y me pregunto, ‘¿Para qué voy?’ Aparte el sol está muy caliente”, se pregunta.
Afortunadamente, continua, de faltar un solo día a su punta de venta hay quien le pregunte: “¿Qué pasó? ¿Por qué no viniste ayer?”.
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