Por Anashely Elizondo / @Anashely_Elizondo
Ilustración: Daniel Luna / @automaticdan
¿Lo vemos todxs, no es cierto? Vemos que crece y se fortalece, desde el norte hasta el sur, asciende como una serpiente en nuestras piernas, muta, toma formas diferentes; un centro para migrantes rodeado de cocodrilos, niñxs muriendo de hambre entre las balas y la destrucción, rostros de diez, cien, miles, de personas desaparecidas tapizando la ciudad, el agua corriendo de manera frenética e imparable por nuestras calles mientras cientos de hogares sufren el desabasto, lagos tan contaminados que enferman a aquel que lo respire, más fosas, más cuerpos, más muerte, tampoco hay casas, buenos salarios, trabajos dignos, horarios flexibles para vivir, amar y ser humano.
Tener que seguir, a pesar de que todo (tal vez no todo) se encuentra atrapado entre el más feroz caos, me parece egoísta. ¿Tengo que seguir trabajando, produciendo, yendo a nadar, tomar mis medicamentos, ver el sol? ¿Es egoísta gozar del privilegio que esta falsa libertad me otorga? ¿Es egoísta pensar en mí cuando todo lo demás merece tanta atención?
A veces pienso que sí, que es egoísta y me paralizo y dejo de escribir y me dedico a leer todo lo que puedo sobre lo que ocurre, lo almaceno en mi cabeza y pienso y pienso y pienso, pienso que soy afortunada de ser un testigo lejano (a algunas cosas más, a algunas cosas menos) y sin embargo, golpea en mi humanidad de manera personal, propia. La vida y los sucesos me impactan y entiendo, que aunque esto duela, es mejor saber, educarse, hablar con las personas, soñar que todo puede cambiar (tal vez no pronto, tal vez no lo veamos nunca).
“Como hacer que todo trate de mi”, leo en redes cuando la gente dice sentirse agobiada, cuando las malas noticias las rebasan, las hunden en la cama, les cause ataques de pánico, les hace tener miedo y llorar. En lugar de atacarlas, las entiendo, porque vivir en este mundo hostil siempre es un reto, sobrevivir día a día, y para combatir las luchas internas, se requiere fortaleza, paciencia y ganas.
Todos los días, de manera egoísta, elijo resistir, sobrevivir al caos, navegarlo, entregarle de mí lo que puedo a todas esas causas que afectan y dañan el espíritu humano de todxs los que estamos vivos. Todos los días, sin falta.
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