El secretario de seguridad pública federal, Omar García Harfuch, se reunió este fin de semana con algunos representantes del empresariado de Sinaloa, en la ciudad de Culiacán, a más de 10 meses de iniciada la crisis de inseguridad y violencia que azota al estado desde septiembre de 2024, y que ha herido a las actividades productivas y comerciales de la entidad.
Sin embargo, y pese a ser un gesto simbólico cuya importancia reconoce, la presidenta de la Confederación Patronal de México en Culiacán, Martha Reyes, considera que la visita de Harfuch no cambia de manera significativa la ardua situación a la que se enfrentan las industrias locales, ni tampoco mejora el panorama a futuro del sector empresarial.
“Me llevo una buena sensación. No puedo decir que hubo un compromiso de algo, pero los vi muy abiertos, muy receptivos. Presentaron los informes de sus datos […] Lo reconoce Harfuch que todo esto fue provocado por la detención del Mayo Zambada el 25 de julio”, relata.
En la reunión estuvieron presentes cerca de una decena de representantes del sector privado de Sinaloa, así como algunos lideres nacionales de instituciones patronales, y el gobernador Rubén Rocha Moya. El secretario de economía, Ricardo Velarde, no formó parte del encuentro.
Entre las demandas que se pronunciaron a la autoridad federal por parte de los empresarios, Reyes menciona la exigencia de mejor videovigilancia, con un presupuesto asignado a ampliar las capacidades de detección y prevención del delito.
También se pusieron sobre la mesa los problemas que el motor agrícola de gran parte del estado padece, y la petición de los patrones para la condonación de impuestos. A ver de la líder empresarial sinaloense, la mayoría de los representantes federales se mostraron abiertos y empáticos, pero le pesa que la atención se haya demorado tanto.
“Nos dio mucho gusto que por fin se acercaran, pero como siempre lo digo, siempre llegan cuando ya tenemos el agua hasta el cuello. Ya para cuando queremos corregir, va a llevarnos más tiempo la atención y corrección de la seguridad”, lamenta.
En esta reunión, Martha Reyes comenta haber echado en falta la invitación a sectores claves de la sociedad que han sido atravesados por la crisis, como las madres de los desaparecidos, los representantes de pequeños comercios y la academia.
Con todo, remarca a modo de opinión personal una incomodidad producida por ciertas declaraciones de la empresaria Altagracia Gómez, quien funge como consejera dentro del gabinete de la presidenta Claudia Sheinbaum y estuvo presente en el encuentro en Culiacán.
Gómez Sierra habría adoptado una postura poco empática para con el empresariado sinaloense, especialmente para aquellos representantes que han expresado inconformidades y exigencias de manera más constante hacia el ejecutivo estatal y federal.
A ver de Reyes, Altagracia buscó promover una actitud de pasividad entre un sector empresarial de Sinaloa que viene de resentir 10 meses de crisis de violencia, con comentarios que dejaron a la sinaloense con “un muy mal sabor de boca”
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