Culiacán, Sinaloa.- En el cierre del ciclo escolar 2024-2025, Mexicanos Primero Sinaloa advirtió que la educación en el estado atraviesa una crisis profunda de aprendizajes, agudizada por la violencia, la falta de condiciones de infraestructura, y una ausencia alarmante de diagnóstico y evaluación por parte de las autoridades.
“Eso tendría que ser lo primero, que partiéramos de un reconocimiento y de un planteamiento muy estructurado sobre la ruta que se que se va a implementar para atender todas estas circunstancias”, señala Nuria González, presidenta del organismo.
En entrevista para Espejo, advierte que sin este reconocimiento, cualquier intento por implementar estrategias de recuperación será endeble.
“No sabemos si la estrategia (de recuperación de aprendizajes) que se anunció en noviembre de 2024 partió de un diagnóstico. De lo contrario, pues nosotros suponemos que es una estrategia emergente y que no está construida de una manera organizada, sostenida, sustentable, con presupuesto, con con indicadores, etcétera”.
Aprendizajes deteriorados
Desde el inicio de la crisis de inseguridad en septiembre de 2024, cientos de escuelas en Sinaloa han tenido que cerrar, dejando sin clases a miles de estudiantes. Tan solo en Culiacán, 582 de las 978 escuelas cerraron durante las primeras semanas posteriores al estallido de violencia, con asistencias tan bajas como el 10% en preescolar, 11% en primaria y 27% en secundaria.
Aunque la asistencia mejoró hacia diciembre, aún persistían 97 planteles cerrados y un 19% del alumnado sin clases presenciales o recibiéndolas en línea.
“Tenemos un estimado que, de septiembre a enero en Sinaloa se pudieron haber perdido por lo menos 30 días de clases, sin contar días inhábiles y consejos técnicos, que es el último viernes de cada mes. Esto sin duda alguna tiene efectos negativos en la educación”, explica González.
Pero lo más grave, reconoce Mexicanos Primero Sinaloa, es la lamentable cifra de más de 50 menores de edad asesinados en Sinaloa hasta este mes de julio.
A ello se suman afectaciones psicoemocionales severas, donde niñas, niños y adolescentes han tenido que tirarse al piso por balaceras cercanas, escuchar operativos y lidiar con el miedo constante. Y la ciencia, indica Nuria, muestra que en condiciones de estrés, ansiedad o miedo, no se puede aprender.
Infraestructura precaria
Mexicanos Primero Sinaloa también identificó una grave carencia en la infraestructura educativa, que complica aún más el ambiente escolar. Tras una solicitud de acceso a la información, detectaron que:
- 18% de las escuelas no tienen agua potable
- 4% carecen de electricidad
- 12% no cuentan con espacios adecuados para lavado de manos
- 13% no tienen sanitarios adecuados
- 74% no son accesibles para estudiantes con discapacidad
- 62% no cuentan con computadora
- 65% no tienen conexión a internet
Además, en enero de este año, la Comisión Federal de Electricidad restringió el servicio eléctrico a 39 escuelas por problemas de sobrecarga. “A esas cifras de carencia habría que sumar las que tienen electricidad, pero cuyas instalaciones no soportan la carga”, remarca González.
Evaluaciones canceladas
A nivel nacional, la desaparición de organismos como el Coneval y Mejoredu, que ofrecían evaluaciones de la política educativa, ha dejado un vacío que impide conocer la magnitud real del rezago.
Los datos más recientes, obtenidos al arranque del ciclo escolar, revelan que los estudiantes de Sinaloa siguen sin alcanzar ni el 60% de aciertos en matemáticas y lectura. En primaria, los aciertos en matemáticas fueron del 53% y en secundaria, del 51.9%. En lectura, los porcentajes fueron del 54% y 53.2%, respectivamente.
“Esto nos confirma que seguimos frente a una crisis profunda de aprendizaje”, alerta González.
Ante la ausencia de evaluación a nivel nacional, Mexicanos Primero propone que el estado de Sinaloa tome la tarea de medir aprendizajes, desarrollar un sistema de información confiable y coordinar una estrategia clara con presupuesto, objetivos medibles y prioridades específicas.
“Proponemos que el estado instituya un área que evalúe los logros y las áreas de oportunidad, que fortalezca la formación de docentes y que reduzca su carga administrativa. Necesitamos una estrategia de recuperación que garantice aprendizajes fundamentales como lectura, escritura, operaciones básicas matemáticas e inteligencia emocional”, detalla González.
También subraya la urgencia de atender las condiciones mínimas de infraestructura escolar, como acceso a energía eléctrica, agua potable, baños funcionales y espacios seguros.
Y ante la violencia, ¿Qué hacer?
“Y ante la violencia, ¿Qué hacer?”, se le cuestionó.
“De repente creemos que no hay nada que hacer o que hay poco que hacer. Pero siempre en las crisis, tenemos que encontrar las oportunidades, y yo creo que ahorita es momento. Tenemos que ir de manera conjunta, pero quien tiene que encabezar una política pública educativa, pues necesariamente es la autoridad educativa. Y tendríamos que sumarnos todos. Insistiendo, docentes, padres de familia, medios de comunicación, organismos de la sociedad civil, tendríamos que acompañar porque creemos que sí hay mucho que hacer”, respondió.
“Claro que la escuela puede ser un entorno seguro”, añadió.
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