Culiacán, Sinaloa.- Sinaloa tiene el potencial para destacar en la producción de bioenergía a partir de los desechos de la industria agrícola. En particular, el estado puede disponer de 1 millón 300 mil toneladas de residuos del maíz al año, los cuales podrían soportar la operación de dos plantas que generarían hasta 500 mil litros de etanol al día (150 millones de litros al año). Está producción proveería al país del 20 por ciento de sus necesidades actuales de este bioenergético.
Los cálculos, realizados por economista especialista Energías Renovables y Sustentabilidad, Luis Armando Becerra Pérez, revelan un alto potencial de Sinaloa para el aprovechamiento de biomasa lignocelulósica, es decir, aquella contenida en residuos agrícolas como la paja o el rastrojo de maíz. Esto, incluso tomando en cuenta el porcentaje de biomasa que se debe de dejar en el suelo para que este no pierda nutrientes y fertilidad.
“Cuando hablo de residuos de maíz me refiero a la paja o al residuo que queda en la tierra después de levantar el grano. Podemos utilizar lo que queda después de levantar la cosecha. Y además, dejando sobre la tierra el porcentaje que se recomienda para que la tierra no sufra una desnutrición o no pierda fertilidad”, explicó.
Luis Armando Becerra. Doctor en Economía, postdoctorado en Energías Renovables y Sustentabilidad.
El especialista indicó que con dicha biomasa sería posible instalar dos plantas de producción en el estado, una en la zona centro (Navolato o Culiacán) y otra en Guasave. Juntas, ambas plantas podrían generar medio millón de litros diarios de etanol, un volumen equivalente al 20 por ciento de la demanda nacional actual, indicó el economista.
El potencial de Sinaloa en esta materia es reconocido también por la Secretaría de Energía, que en su Atlas Nacional de Zonas con Alto Potencial de Energías Limpias, publicado en 2023, identifica a Culiacán, Guasave y Ahome como los municipios con mayor capacidad del país para generar bioenergía a partir de residuos agrícolas.
A nivel nacional, solo Río Bravo, en Tamaulipas, se encuentra al mismo nivel de aprovechamiento potencial.
A pesar de esto, Sinaloa sigue sin figurar entre las entidades con mayor producción de bioenergía, rezagado frente a estados como Veracruz, Oaxaca, San Luis Potosí e Hidalgo. En 2022, estos generaron entre 31 y 192 Megawatts de bioenergía, mientras que Sinaloa aún no ha consolidado proyectos significativos en la materia.
Mientras tanto, en Sinaloa, los productores afiliados a la Asociación de Agricultores del Río Culiacán (AARC), solo han utilizado los residuos del maíz y granos para hacer compostas y lixiviados de lombriz, reconoció su presidente, Roberto Bazúa Campaña.
Además, México tiene compromisos internacionales en materia de energías renovables, especialmente en el sector aeronáutico. Para 2030, el país debe garantizar que al menos el 5 por ciento de la turbosina utilizada en aviones provenga de fuentes renovables como el etanol.
“Eso es muy importante notarlo, pues Sinaloa tiene un gran potencial”, puntualizó Becerra Pérez.
Metanol y Etanol
Actualmente, en Sinaloa avanza la puesta en marcha de una planta para producir Metanol Verde y Azul, los cuales han sido promovidos por autoridades estatales como energías limpias, a pesar de que estas utilizan un combustible fósil como el gas natural para su producción.
El proyecto, Pacífico-Mexinol, está ubicado en el puerto de Topolobampo, donde aprovechará el gasoducto Corredor Norte para obtener este gas natural desde Estados Unidos, producir el etanol y sacarlo por el puerto para comercializarlo en el mercado internacional. Para esto, ya se ha firmado un acuerdo de comercialización con Mitsubishi Gas Chemical (MGC) de Japón.
A diferencia del etanol, producido exclusivamente de biomasa como los residuos agrícolas; el metanol puede utilizar también gas natural, carbón, dióxido de carbono o hidrógeno.
En este sentido, la industria energética ha denominado metanol verde a aquel que se produce a partir de Co2 capturado de la atmósfera e hidrógeno verde, generado por electrólisis del agua usando electricidad de fuentes renovables.
Mientras que el metanol azul es el producido a partir de gas natural fósil, pero teniendo como parte de su proceso la captura del carbono generado.
Tanto metanol como etanol, ambos pueden utilizarse como biocombustibles; sin embargo el etanol es más utilizado como aditivo de gasolinas, mientras que el metanol es más eficiente en motores industriales.
¿Cómo se usa el Etanol?
Contrario a la idea común de que el etanol sustituye a la gasolina, Becerra precisó que este compuesto actúa como oxigenante, es decir, se mezcla con la gasolina para elevar su octanaje.
Actualmente, esta función la cumple el MTBE (metilterbutiléter), una sustancia prohibida en varios países por su carácter cancerígeno, pero que se ha usado desde los años 1980 como aditivo para incrementar el octanaje de la gasolina sin plomo.
“Las personas piensan que el etanol va a sustituir a la gasolina y van a producirse carros que van a funcionar con puro etanol. Pero no, el etanol sería para oxigenar las gasolinas sustituyendo al MTBE, el metilterbutiléter”, explicó Luis Armando Becerra.
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