Esta semana, y a raíz de la publicación de resultados del Índice Trimestral de Actividad Económica Estatal elaborado por el INEGI, un boletín difundido por la Secretaría de Economía de Sinaloa y replicado por medios locales y nacionales celebra los resultados del estado bajo la afirmación: “Sinaloa encabeza el crecimiento económico nacional en el primer trimestre de 2025“. ¿Qué tan cierta es dicha premisa?
“Sinaloa registró el mayor crecimiento económico del país durante el primer trimestre de 2025, con un incremento del 7.0% respecto al trimestre anterior […] En su comparación anual, la economía sinaloense también reportó un crecimiento de 2.0% respecto al mismo periodo de 2024, manteniéndose en terreno positivo y con una tendencia sostenida“, se puede leer en el boletín elaborado por la autoridad.
Aunque las cifras expuestas están de acuerdo con los resultados que arrojó la más reciente publicación del ITAEE, esto no refleja una recuperación estructural ni un alza sostenida en la economía estatal, como asegura el comunicado. Tampoco implica un beneficio uniforme para todos los sectores económicos.
En el desagregado, igualmente proporcionado por el INEGI, es posible observar los componentes del indicador. De esta manera se determina que, a tasa anual, solo el sector primario tuvo una mejora en su producción, mientras que el primario y terciario tuvieron caídas.
Fuente: INEGI
¿Por qué es más importante el dato a tasa anual sobre la variación mensual? La economía es cíclica, y la sinaloense en particular, lo es aún más al estar fuertemente influenciada por la temporalidad agrícola. En el caso del periodo de comparación, coincide con la temporada con más alta exportación de tomate hacia Estados Unidos, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía. Este repunte en las ventas internacionales provoca que, año con año, Sinaloa arroje resultado de actividad económica positiva el primer trimestre.
Sinaloa muestra cifras positivas cada primer trimestre no por un crecimiento estructural, sino por su estacionalidad agrícola. Por eso, la tasa anual es más útil para evaluarla.
Además, existe un factor externo primordial que beneficia al indicador: el tipo de cambio. En el primer trimestre de 2024, el precio del dólar en México oscilaba entre 16 y 17 pesos por unidad. Por otro lado, en el mismo periodo del presente año, osciló entre 19 y 21 pesos.
Esto significa que este año los agricultores de exportación sinaloenses recibieron más pesos por la misma cantidad de tomates que en 2024. Y, aunque benéfico para el sector, la subida en el precio del dólar no es un logro de la economía de Sinaloa ni puede considerarse como un indicador genuino de “dinamismo económico” local.
Cristina Ibarra, presidenta de la Federación de Colegios de Economistas de la República Mexicana, explica lo siguiente:
“La agricultura, con respecto al 2024, muestra un crecimiento igual o incluso menor a lo que muestra cada trimestre del año. Esto, debido a la parte cíclica de esta actividad.
[…] En el índice de volumen físico, la mayoría de los estados están por encima del volumen de referencia, que es el promedio de 2018. Sinaloa está casi siempre por debajo y apenas roza ese volumen.
¿Qué nos indica? Nos indica que Sinaloa es un estado estancado, que no está creciendo en términos de producción, y todo eso, en parte, nos explica lo que vemos: bajos salarios, pérdida de empleos, pérdida de productividad; aunado obviamente a la situación a la que se enfrenta Sinaloa con la perdida de todas las empresas que están cerrando y que la gente está ganando menos.”
¿Y los resultados a tasa anual? El boletín dice que la actividad económica de Sinaloa creció 2.0% a tasa anual, sin embargo, este se trata de la variación nominal, es decir, sin ajustar a la inflación.
En el mismo documento publicado por el INEGI se especifica que la variación porcentual real para Sinaloa es de 1.5%, que lejos de “encabezar el crecimiento nacional”, se encuentra en el quinceavo lugar de la tabla.
Sinaloa no encabezó el crecimiento en el primer trimestre de 2025, quedó en quinceavo lugar a nivel nacional, impulsado por la temporalidad agrícola.
¿Hay una tendencia sostenida de crecimiento? Tampoco, si damos por hecho que la Secretaría de Economía se refiere a los años que lleva en el poder la actual administración del ejecutivo estatal, que tomó cargo en 2021.
El Colegio de Economistas de Sinaloa reaccionó a la manera en que la autoridad estatal trató el resultado. El presidente de la institución, Guillermo Aarón Sánchez, escribió en un comunicado institucional:
“El INEGI dio a conocer su boletín “Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal” (ITAEE), donde destaca que durante el primer trimestre el 2025 la economía de Sinaloa tuvo un crecimiento de 7.0%, la tasa más elevada del país. Ello ha dado pie a exclamaciones de triunfo desde el gobierno estatal. Sin embargo, dicho crecimiento es una simple ilusión. Tan solo recordemos que el último trimestre de 2024 el ITAEE contabilizó una caída del 6.78%”.
En el posicionamiento, el académico recuerda que lo adecuado en el análisis es acudir a las tasas de crecimiento anualizado para impedir que picos como el del primer trimestre produzcan una falsa ilusión de crecimiento. “Las cifras anualizadas son más objetivas porque eliminan la distorsión que introduce un periodo extraordinariamente bueno“, expone.
¿Por qué esto es importante?
No es la primera vez que resultados económicos sesgados por la estacionalidad agrícola se utilizan para alimentar una narrativa distante de la realidad por parte del Gobierno de Sinaloa.
Ya en el 2016, por ejemplo, un caso similar se presentó bajo la administración de Mario López Valdéz, quien en su sexto informe de gobierno aseguró que la economía de Sinaloa crecía más que China.
“Eso era verdad, pero solo si consideramos únicamente el primer trimestre del año. Algo similar está sucediendo ahora. Ante la falta de resultados reales en materia económica, crecer en un trimestre se ha convertido en motivo de júbilo en las oficinas gubernamentales“, escribe Sánchez en el texto antes citado.
Actualmente, la economía de Sinaloa se encuentra atravesada por la baja productiva generada por una sequía extrema que azotó al estado en 2024, un desaceleramiento económico desde el fin de la pandemia y, desde septiembre de 2024, una crisis de seguridad que lacera la actividad comercial.
En este contexto, resulta problemático que el gobierno del estado construya una narrativa triunfalista a partir de un dato coyuntural y estacional, mientras el tejido económico de Sinaloa continúa debilitándose. El crecimiento de un solo trimestre, influido por factores temporales como la exportación agrícola y el tipo de cambio, no puede utilizarse como evidencia de dinamismo ni mucho menos de una tendencia sostenible.
Esto es especialmente problemático viniendo de una fuente oficial, y en un momento en que la ciudadanía enfrenta una economía frágil, insegura y con pocas señales de transformación estructural.
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