Culiacán, Sin.– Las calles de Culiacán ya no lucen como antes. Soldados resguardan esquinas, instalan retenes a plena luz del día y su presencia se ha convertido en parte de la rutina cotidiana. En medio de este nuevo paisaje urbano, la revista ESPEJO realizó un sondeo entre habitantes de la ciudad para conocer su opinión sobre la llegada de militares.

Desde el 9 de septiembre, Sinaloa ha enfrentado violencia constante ligada al crimen organizado. La presencia militar se ha incrementado para combatirla, aunque genera tanto seguridad como preocupación entre la población.

Las respuestas de los entrevistados reflejan una opinión dividida: mientras algunos respaldan la medida como necesaria para recuperar la seguridad y otros temen por su presencia.

Marissa*, ama de casa de 29 años, apoya la presencia de los militares en la ciudad. Declaró para ESPEJO que se siente más segura al ver soldados en las calles, ya que considera que pueden reaccionar con mayor rapidez ante una situación de violencia.

“Algunos pueden sentirse protegidos y respaldados por la presencia militar, ya que hemos vivido mucha inseguridad últimamente. (…) Nos sentimos más seguros al saber que se van a mover más rápido”, agregó.

Otras personas, aunque se mantienen al margen del tema, reconocen que la constante presencia de soldados puede generar una sensación de seguridad entre los civiles, permitiéndoles caminar con mayor tranquilidad por las calles.

“Casi no me muevo mucho por las calles, pero se nota que la gente se siente más segura con los militares”, comentó brevemente una joven antes de abordar su transporte.

Sin embargo, otro sector de la población manifiesta preocupación por la movilización militar, motivada por el temor a quedar en medio de un operativo o a que ocurra “algo malo” en cualquier momento. Tal es el caso de Emma, de 26 años.

“Yo digo que es porque no estoy acostumbrada, ¿verdad? ¡O bueno!, porque ya me acostumbré a que cada vez que pasan así, en grupos grandes, es porque andan buscando a alguien o están en operativo. Pero sí, sí me da algo de nervio verlos”, comentó entre pequeñas risas.

Mientras esperaba en las bancas de la central camionera, Dinora* compartió que, a pesar de no sentir plena confianza hacia los militares, considera que su presencia podría ser una estrategia efectiva frente a la creciente inseguridad que se vive en el estado.

“No me dan tanta confianza, pero sí sientes como más tranquilidad al ver que hay militares. Creo que malo fuera que no hubiera, porque si antes, aun habiendo algunos, la gente aquella (los grupos delictivos) hacía sus cosas, a lo mejor ahora, viendo más soldados, se la piensan más para moverse.” Dijo.

A pesar de las opiniones encontradas, queda claro que la militarización de las calles de Culiacán ha cambiado la vida cotidiana de sus habitantes. Entre quienes se sienten más protegidos y quienes experimentan incertidumbre, la realidad es que la presencia de soldados se ha convertido en una constante inevitable.

 

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