Culiacán, Sinaloa.- Cuando Alma Rosa Rojo comenzó a buscar a su hermano Miguel Ángel, desaparecido el 4 de julio del 2009, recibió una llamada de alguien prometiendo información a cambio de dinero. Ella, a pesar del dolor, sintió desconfianza y decidió no caer.
Con el tiempo y las recomendaciones de activistas de derechos humanos, se dio cuenta que se trató de una llamada de extorsión, algo que muchas familias con personas desaparecidas han tenido que vivir.
“Yo no caí en el juego de ellos, no creí que me lo fueran a dar porque diera dinero (…) si mi hermano no era un delincuente, entonces aunque yo no sabía nada no caí en ese juego. Y ya cuando conocí a más personas como el profesor Óscar Loza me aconsejaron no poner los números de teléfono personales en las fichas de búsqueda”, explicó.
Han pasado 16 años desde que Alma Rosa comenzó a buscar a su hermano y desde entonces ha visto como las extorsiones se han vuelto cada vez más comunes, por lo que, desde el colectivo que lidera, “Voces Unidas por la Vida”, suelen recomendar a las familias no colocar su número personal en las fichas de búsqueda, pues hay quienes se aprovechan del dolor y desesperación para obtener dinero.
“Cuando recién nos desaparece un familiar siempre estamos a lo que nos llaman y con la ilusión de que si les soltamos el dinero (…) nos lo van a regresar, entonces nosotras hemos aconsejado a varias familias que no hagan eso, que no les hagan caso, que nunca nos lo van a dar, que es nada más porque ponemos el teléfono familiar y ahí se aprovechan del dolor de las familias”, dijo.
Indicó que ha escuchado de casos donde a las familias les piden hasta 10 mil o 50 mil pesos con la promesa de regresar a su familiar o dar información de su paradero.
“Hay personas que se están dedicando a esto, a tratar de sacar provecho de la situación de las familias, del dolor, porque en ese rato de dolor las familias lo que quieren es encontrarlo y no importa dar dinero, no importa dar lo que sea, cuando tienes la manera y cuando no la tienes vendes lo que sea, muchas personas se han quedado sin nada por dar ese dinero que le piden para que le regresen a su familia y nunca le regresan nada”, agregó.
Por su parte, Alejandra Martínez Carrizales, del colectivo “Por las Voces sin Justicia” de Mazatlán, mencionó que de septiembre a la fecha no solo han incrementado los casos de desaparición, también se ha documentado un aumento en las extorsiones.
Agregó que a diario, por lo menos tres familiares reciben una de estas llamadas o mensajes de extorsión. En el caso de las primeras, suelen venir de números con lada de fuera del Estado, como de Tijuana o Durango, mientras que los mensajes están llegando por redes sociales a través de perfiles falsos.
“También te das cuenta porque piden cantidades pequeñas, por ejemplo mil 500, mil pesos, 500 pesos y casi siempre los extorsionadores hablan por messenger, es lo que ha estado pasando más, que a las familias les mandan mensaje por messenger y son los mismos perfiles, con la misma información”, explicó.
Además, señaló que han percibido que estas extorsiones llegan justo después de que la familia o el colectivo compartió la ficha de búsqueda, lo que hace pensar que los delincuentes están al pendiente de las páginas donde se comparten las fichas de búsqueda para abordar a las familias cuando se encuentran vulnerables.
Ante esto, ambos colectivos recomendaron que en lugar de compartir el número personal en las fichas, se coloque el de la Comisión Estatal de Búsqueda o se busque el apoyo de los colectivos de búsqueda, para así evitar caer en una extorsión.
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