Por Gonzalo Ortuño López / Mongabay Latam

Una red de tráfico de mercurio ha operado desde México hacia Perú, Bolivia y Colombia para alimentar la minería ilegal de oro en estos países amazónicos con al menos 200 toneladas de abastecimiento de este metal en seis años.

Así lo revela una investigación realizada por la organización Environmental Investigation Agency (EIA), la cual se basa en trabajo de campo, entrevistas con presuntos traficantes, videos y fotografías, además de registros comerciales. De esta manera han logrado detectar una ruta de contrabando que comienza con la extracción en minas artesanales localizadas en el estado de Querétaro, al centro de México, donde hay una de las reservas de mercurio más grandes del mundo.

El informe Traficantes no dejan piedra sin levantar también documenta las maniobras para ocultar el mercurio entre grava o material de construcción para evadir controles aduaneros y dificultar su detección.

El mercurio, considerado una de las diez sustancias químicas más letales del mundo, es clave para la minería artesanal de oro, ya que se utiliza para separar las partículas de oro de otros materiales sólidos. Sin embargo su procesamiento libera vapores tóxicos por aire, agua y suelos que lo vuelven imposible de eliminar.

Los precios máximos históricos del oro han extendido la minería ilegal y la deforestación en los bosques tropicales de Sudamérica. Esto ha disparado el precio del mercurio, que llega a ser ofrecido por los traficantes en 330 dólares por kilo. De acuerdo con el estudio, en la Amazonía este metal llega a venderse hasta 400 % más caro que el precio en México, lo que la convierte en una actividad altamente rentable.

Especialistas e integrantes de EIA cuentan a Mongabay Latam cómo esta investigación logró identificar una ruta transnacional de tráfico ilegal de mercurio que beneficia al crimen organizado en México y a grupos armados en la Amazonía, a costa de los impactos ambientales y las consecuencias en la salud de comunidades locales e indígenas.

La zona de hornos de la mina de mercurio en Camargo, Peñamiller, Querétaro. Foto: cortesía Alejandro Saldívar / EIA

La zona de hornos de la mina de mercurio en Camargo, Peñamiller, Querétaro. Foto: cortesía Alejandro Saldívar / EIA

Una red de contrabando casi indetectable

 

Aunque la investigación utiliza testimonios de personas que se han dedicado a la minería tradicional en 19 puntos de Querétaro, se enfoca en los presuntos beneficiarios de esta red de tráfico y en los comercializadores de la red transnacional.

El estudio atribuye la coordinación de esta red al abogado Juan José Zamorano Dávila, quien —según la investigación— perfeccionó, junto con sus socios, los métodos para exportar el mercurio sin ser detectados en las aduanas, al esconder el metal en grava o piedras y declararlo como material decorativo o de construcción.

«Nadie ha podido detectar nuestra trama», dijo Zamorano a investigadores de EIA, pese a que en una ocasión las autoridades aduaneras inspeccionaron el cargamento utilizando rayos X sin identificar el mercurio.

Para Adam Dolezal, activista en temas extractivos de EIA, este elemento fue clave en la investigación, pues permitió entender el proceso para exportar el mercurio.

“El momento en que nos mandaron pruebas de su proceso, de cómo se hace la mezcla del mercurio con piedras machacadas y luego cómo se quita de nuevo este mercurio fue clave, porque no hubiéramos sabido cómo fue el proceso y cómo identificar el cargamento”, sostiene.

Mina Los Santos, al margen del río Estorax, actualmente en operación, una de las minas de mercurio más señaladas por contaminar en la zona de Bucareli, Pinal de Amoles, Querétaro. Foto: cortesía Alejandro Saldívar / EIA

Mina Los Santos, al margen del río Estorax, actualmente en operación, una de las minas de mercurio más señaladas por contaminar en la zona de Bucareli, Pinal de Amoles, Querétaro. Foto: cortesía Alejandro Saldívar / EIA

Luis Fernández, investigador del Centro Sabin para el Medio Ambiente y la Sostenibilidad de la Universidad Wake Forest, en Carolina del Norte, Estados Unidos, explica que este proceso es relativamente sencillo porque el mercurio no está mezclado de forma química, por lo que revertirlo también es simple, pero requiere mano de obra que generalmente se expone a riesgos por el constante contacto con el metal.

“El mercurio siempre está evaporando y estos trabajadores no tienen filtros especializados. Es peligroso para el trabajador y para su salud. Especialmente si se están lavando toneladas de mercurio”, dice a Mongabay Latam.

Este proceso ya ha sido reportado incluso por autoridades mexicanas. El pasado 16 de abril, la Procuraduría Federal al Ambiente (Profepa) inmovilizó un cargamento de cinco toneladas de mercurio líquido que pretendía ser enviado en botes de pintura a Bolivia, el cargamento más grande detectado en los últimos cinco años.

Consultada por Mongabay Latam, la Profepa sostuvo que entre 2011 y 2025 realizó 25 visitas de inspección, 16 clausuras e impuso 15 sanciones en tres puntos de la Reserva de la Biósfera Sierra Gorda de Querétaro por minería ilegal de mercurio.

La Procuraduría detalló que desde 2020 a la fecha, junto con la Agencia Nacional de Aduanas (ANAM), ha decomisado seis cargamentos de mercurio con destino a Uruguay, Chile, Colombia y Bolivia.

Actualmente, la dependencia confirmó que mantiene varios procesos abiertos por tráfico de mercurio en México.

Mongabay Latam intentó contactar al abogado Zamorano Dávila mediante la Unión de Mineros del Estado de Querétaro. Sin embargo, hasta el cierre de esta nota no se tuvo respuesta.

Crimen organizado controla minas de mercurio

 

Las 19 minas artesanales que extraen el mercurio para la red de tráfico investigada por EIA se ubican dentro de un área protegida, la Reserva de la Biósfera Sierra Gorda de Querétaro. Pese a estar protegidas por la UNESCO, la investigación advierte que las minas son controladas en su mayoría por el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), uno de los grupos delictivos más poderosos y peligrosos de México.

Fotografías de los investigadores de EIA muestran edificaciones y tecnología para vigilar, así como para cercar los yacimientos de mercurio en minas como La Peña, Cristo Vive y La Fe.

Incluso, el informe señala que en una visita de campo, los investigadores recibieron una amenaza: “Un gesto de degollar acompañado de palabras como ‘vete’ por parte de uno de los individuos ubicados en la puerta”.

La investigación detectó 19 minas artesanales de las que se está explotando mercurio para su contrabando hacia la Amazonía. Foto: cortesía Alejandro Saldívar / EIA

La investigación detectó 19 minas artesanales de las que se está explotando mercurio para su contrabando hacia la Amazonía. Foto: cortesía Alejandro Saldívar / EIA

Mineros advirtieron a los investigadores que los yacimientos controlados por el grupo delictivo han disparado su producción a un nivel casi industrial.

En tanto un comercializador de Colombia declaró a los investigadores de la EIA que una vez recibido el mercurio se le vende a grupos armados, como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y el ELN (Ejército de Liberación Nacional).

Un decomiso histórico en Perú

 

Julia Urrunaga, directora del programa de EIA para Perú, sostiene que a partir de los testimonios de los trabajadores de las minas y los propios traficantes realizaron un análisis empresarial y de comercio internacional para verificar la conexión de empresas con casos de exportación de mercurio.

Los autores, quienes por sigilo en las investigaciones no revelan nombres o empresas, señalan que este análisis les permitió identificar un total de 50 cargamentos exportados desde México, con posible cargamento de mercurio escondido entre 2019 y 2025. Del total, 37 cargamentos tenían como destino Perú, 10 Colombia y tres Bolivia.

La detección del mercurio ha sido escasa en las aduanas. La colaboración entre investigadores y autoridades frenó la llegada de toneladas de mercurio a Perú este mismo año. Foto: cortesía Alejandro Saldívar / EIA

La detección del mercurio ha sido escasa en las aduanas. La colaboración entre investigadores y autoridades frenó la llegada de toneladas de mercurio a Perú este mismo año. Foto: cortesía Alejandro Saldívar / EIA

Urrunaga explica que uno de los patrones que permitió identificar a las empresas involucradas en la red es que se han utilizado a ciertas compañías solo para comercializar aparente material de construcción donde va oculto el mercurio. Además, añade que la información de los testimonios ayudó a detectar procedimientos y volumen, así como fechas de importaciones y exportaciones.

“Cosas que ellos nos decían verbalmente coincidieron a la hora que pudimos acceder a la data de comercio internacional. Las empresas involucradas (en tráfico de mercurio) no han estado comercializando otros productos”, dice la investigadora sobre la relación entre exportaciones de piedra machacada o material de decoración con los contenedores que esconden el metal para su contrabando.

Urrunaga explica que la coordinación con autoridades de Perú, en este caso con la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT), permitió decomisar un cargamento ilegal de 4 toneladas de mercurio ocultas en cerca de 20 toneladas de piedra para construcción.

“Pasamos la información a través de una vía anónima que tiene SUNAT, del recibo de información anónima, y eso dio la alerta para que ellos empezaran a estudiar a esas empresas que estaban involucradas, los nombres que nosotros compartimos, los ciudadanos, las empresas, y empezaron a monitorear y a ver el flujo”, explica la investigadora.

Fernández, especialista consultado para la medición de mercurio en ese cargamento, explica que la concentración de vapor de mercurio en ese contenedor era de aproximadamente 14 000 nanogramos por metro cúbico de mercurio, cuando la medida normal en el aire es de 4 a 6 nanogramos por metro cúbico, por lo que se confirmó una concentración muy alta y potencialmente peligrosa para la salud.

“Nuestro encargo era para ver si había mercurio en ese cargamento, y ahí se demostró que sí había. Hicimos varias mediciones para confirmar que no era solamente un caso, pero confirmamos varios”, detalla.

El destino del mercurio mexicano extraído por esta red de contrabando es la Amazonía. Foto: cortesía Alejandro Saldívar / EIA

El destino del mercurio mexicano extraído por esta red de contrabando es la Amazonía. Foto: cortesía Alejandro Saldívar / EIA

Convenio sobre mercurio, ignorado

 

La investigación destaca fallas estructurales en el Convenio de Minamata sobre el mercurio, un tratado internacional adoptado en 2013 y en vigor desde 2017, para frenar las emisiones por este metal.

Uno de los vacíos señalados por EIA es que el convenio prohíbe la apertura de nuevas minas de mercurio, pero otorga un “período de gracia” de hasta 15 años para cerrar las minas existentes, lo que en países como México permite que sigan operando legalmente hasta 2032.

Si bien México firmó el acuerdo y se comprometió a eliminar gradualmente su producción primaria de mercurio, EIA documenta que contrario a lo que dicen los reportes oficiales que indican producción cero desde 2019, la extracción continúa a gran escala en Querétaro.

Incluso, menciona en el informe que en 2022, el propio gobierno mexicano rectificó su reporte al admitir que “la producción de mercurio persiste en varias partes del país, particularmente en la Sierra Gorda”.

El mercurio es considerado una de las sustancias químicas más peligrosas del mundo. Foto: cortesía Alejandro Saldívar / EIA

El mercurio es considerado una de las sustancias químicas más peligrosas del mundo. Foto: cortesía Alejandro Saldívar / EIA

Para los integrantes de EIA, México debe mostrar mayor compromiso con la convención.

“Se convierte más en una obligación formal de reportar. Es necesario ir un poco más allá, tener una convicción y un compromiso real con la Convención que solo reportar las cifras que se pueden ver bonitas”, expone Urrunaga.

Dolezal sostiene que sin control en las regiones de minas no habrá forma de regular a los grandes comercializadores del mercurio.

“No hay ningún control de lo que sale de esta región de minas. Existen las condiciones para evitar que los más grandes comerciantes compren este material. Las incautaciones son solo para apaciguar”, dice a Mongabay Latam.

La organización recomienda que en la próxima Conferencia de las Partes del Convenio de Minamata se elimine la minería artesanal como uso permitido del mercurio, se prohíba todo comercio internacional del metal y se acorte drásticamente el periodo de gracia para el cierre de minas primarias.

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Este trabajo fue realizado por Mongabay Latinoamérica. Si deseas leer el reportaje original, da clic aquí.