Culiacán, Sin.- Aunque las banquetas del centro histórico han recibido intervenciones en los últimos años, estas obras han quedado lejos de cumplir con el ideal de una ciudad incluyente. La razón, según Simei Cebreros, directora del Instituto Municipal de Planeación Urbana (IMPLAN) es clara: la falta de recursos.

“Lo ideal es que las calles se intervengan de manera completa, no solo en puntos aislados. Pero la realidad es que los recursos no alcanzan y muchas veces se hacen obras parciales que terminan resolviendo solo de forma técnica, pero no en la vida real de las personas con discapacidad”, reconoce.

En Entrevista con Revista ESPEJO, Cebreros explicó que cuando se instalaron rampas en banquetas del centro, estas se construyeron principalmente para cumplir con la norma, sin contemplar la continuidad de las aceras.

El resultado: rampas que conducen a banquetas en mal estado o con obstáculos que obligan a las personas usuarias de silla de ruedas o con perro guía a bajar a la calle y exponerse al tráfico.

LA FALTA DE DINERO, EL  MAYOR OBSTÁCULO

 

Desde hace varios años, el IMPLAN mantiene en la mesa la rehabilitación del primer cuadro de la ciudad, lo que llevaría a mejorar las vialidades urbanas. No obstante, el proyecto depende de un esquema de financiamiento tripartita (federación, estado y municipio) que por ahora luce distante de concretarse.

“Siempre lo que buscamos es que las intervenciones sean continuas y completas, pero el principal obstáculo es el recurso. En 2010 y 2012 se lograron mejoras gracias a aportaciones conjuntas. Ahora seguimos tocando puertas para que esto vuelva a suceder”, expuso.

El instituto proyecta que para 2030 el centro histórico de Culiacán pueda contar con calles accesibles y seguras para todas las personas. Pero el propio IMPLAN reconoce que los avances han sido lentos.

La funcionaria señala que los manuales federales de diseño urbano, como la Norma 004 y el Manual de Calles (2019), ya establecen cómo deben ser las banquetas y calles incluyentes. Sin embargo, llevar esos lineamientos al espacio público depende de que haya inversión suficiente.

“Nos gustaría decir que en dos años Culiacán tendrá un cambio físico real, pero la verdad es que hablamos de un proceso de aquí a 2030. Aunque en lo técnico ya sabemos cómo deben hacerse las calles, la falta de recursos nos frena, ”, expresó Cebreros.

 

Simei J. Cebreros, directora de nstituto Municipal de Planeación Urbana de Culiacán (IMPLAN)

Ante la ausencia de grandes presupuestos, el IMPLAN ha buscado alianzas con organizaciones civiles como Mapasin y fundaciones internacionales que apoyan con proyectos de “arte en el asfalto”. Estos consisten en intervenciones temporales con pintura, bolardos y mobiliario urbano que buscan hacer más seguras las zonas escolares y peatonales.

“Sabemos que no sustituyen a una obra integral, pero ayudan a reconfigurar espacios y a generar conciencia. La meta es que sociedad civil, gobierno y especialistas empujen juntos estas transformaciones”, concluyó la directora.

 

 

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