A trece meses de su captura en un aeródromo privado de El Paso, Texas —en un operativo rodeado de versiones encontradas—, este lunes en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva YorkIsmael “El Mayo” Zambada le notificaron una orden de decomiso por 15 mil millones de dólares. Los fiscales calcularon que esa cantidad corresponde a las ganancias netas de la actividad criminal que, según él mismo reconoció, inició en 1969.

De acuerdo con los documentos judiciales, el Cártel de Sinaloa, bajo la dirección de Zambada, introdujo a Estados Unidos cargamentos de cocaína, heroína, metanfetaminas y, en años recientes, fentanilo.

“El Mayo” admitió que su cártel pagaba sobornos a funcionarios mexicanos para operar con impunidad. Policías locales y funcionarios federales habrían facilitado el paso de cargamentos y alertaron al Cártel sobre operativos militares o investigaciones en curso.

Con la sentencia prevista para el 13 de enero de 2026, fiscales del Distrito Este de Nueva York buscan determinar qué activos de “El Mayo” pueden rastrearse para cubrir la abultada multa. De la cooperación que ofrezca el acusado para ese fin dependerá si Zambada García puede aspirar a una negociación adicional. Por el momento, el juez Brian Cogan dijo este lunes que pese al acuerdo podría ser sentenciado a cadena perpetua.

Para dimensionar lo dinámico del proceso de “El Mayo”, los tiempos de otros integrantes de la familia Zambada para aceptar su responsabilidad han variado: a Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”, le tomó tres años; a Ismael Zambada Imperial, “El Mayito Gordo”, diecisiete meses; y a Jesús Zambada, “El Rey”, casi cinco años.

Sin embargo, la presión mediática y política que se ha ejercido sobre el caso de Zambada García tanto en México como en Estados Unidos, su edad, 75 años, —en la audiencia de este lunes aclaró que tenía 19 años en 1969 cuando empezó a traficar—, y lo rápido que avanzan en paralelo los procesos contra Ovidio y Joaquín Guzmán López, los llamados “Chapitos”, presuntos testigos en su contra, ha llevado a “El Mayo” y a su abogado Frank Pérez a buscar un pronto arreglo con las autoridades. “No tenía caso (ir a juicio)”, dijo Pérez afuera de la corte tras la audiencia.

Pérez también indicó que “la información que tiene el señor Ismael Zambada se queda con el señor Ismael Zambada”, en respuesta a quienes deseaban y aseguraban que iba a delatar a más personas. “El acuerdo al que ha llegado con las autoridades estadounidenses es de dominio público y no se trata de un acuerdo de cooperación”, remató, ante las preguntas de la prensa.

Aunque en cartas dirigidas a la opinión pública, “El Mayo” denunció haber sido secuestrado y solicitó la intervención del gobierno de México, ahora ha dejado de pelear ese asunto y se concentra en los procesos que continúan.

El decomiso anunciado es un elemento central para dimensionar lo que enfrentará en la audiencia de sentencia. El juez ya señaló que, en este momento, es acreedor a cadena perpetua y posiblemente a su envío a la prisión de máxima seguridad Supermax, en Colorado, donde se encuentran Joaquín “El Chapo” Guzmán y Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo”. No obstante, el proceso aún puede dar giros inesperados.

La carrera de “El Mayo”

Ismael Zambada García es uno de los dirigentes del narcotráfico con mayor permanencia en México. Guiado bajo la disciplina del bajo perfil, pasó más de cinco décadas de actividad criminal en total impunidad, pero fue detenido tras una operación en la que “El Chapito” Joaquín Guzmán López, en coordinación con el FBI, le habrían tendido una trampa a finales de julio de 2024.

Procesado inicialmente en una corte texana, donde también enfrentaba cargos, al final autoridades del Departamento de Justicia decidieron llevarlo a Nueva York para enfrentar la misma acusación (que, curiosamente, lleva el nombre USA v. Beltrán-Leyva) y que ya envió al mismo “Chapo” Guzmán a prisión.

Las expectativas de “El Mayo” se basan en que algunos de sus familiares detenidos y procesados en Estados Unidos han obtenido beneficios tras ofrecer cooperación y recursos económicos.

Aunque no se especificó el monto de la multa impuesta a Jesús Zambada, “El Rey”, antes de obtener su libertad, se confirmó que dos hijos de “El Mayo” —Ismael Zambada Imperial, “El Mayito Gordo”, y Serafín Zambada Ortiz, “El Sera”— pagaron 5 millones y 250 mil dólares, respectivamente, antes de ser liberados.

Del decomiso de 1.3 billones de dólares impuesto a “El Vicentillo” como condición para recibir una sentencia reducida de 12 años, no se precisó finalmente cuánto pudo ser recuperado. El acuerdo posterior del Departamento de Justicia con “El Príncipe de Sinaloa” indica que alcanzaron un buen arreglo.

De ahí que las expectativas de “El Mayo” Zambada de ser trasladado a una prisión de mediana seguridad para cumplir el resto de su condena podrían aumentar si se compromete a colaborar con los fiscales, ya sea proporcionando información que conduzca a nuevas detenciones o, principalmente, aportando recursos que puedan ayudar a financiar las operaciones de las agencias estadounidenses.