A dos años de su inauguración, el Gran Acuario Mazatlán Mar de Cortés se ha convertido en una de las atracciones más destacadas del país. Su propuesta es trascender el entretenimiento, consolidando tareas de conservación y educación ambiental con el objetivo de aportar para forjar una nueva generación de personas conscientes de la importancia del cuidado de las especies.

Al frente está Simon Norris, director general, con más de 25 años de experiencia en el diseño y operación de zoológicos y acuarios alrededor del mundo. Comenta que tiene proyectos relacionados con el Gran Acuario para los siguientes 10 o 15 años, con el objetivo final de lograr estar entre los 10 mejores acuarios a nivel mundial. Rafael Lizárraga, quien forma parte del equipo directivo, comentó a Espejo que el proyecto tiene un plan financiero que se extiende 26 años hacia el futuro.

“El Acuario necesitaba una perspectiva distinta, internacional, porque se crea una atracción turística seria, con calidad de estándares muy altos internacionales y también con un mensaje fuerte de educación y conservación del medio ambiente”, explica Norris en entrevista para Revista Espejo.

 

Desde su primer año, el acuario recibió más de un millón de visitantes, y mantiene un promedio anual de entre 700 y 800 mil. Este éxito, asegura Norris, no depende solo del atractivo del acuario en sí, sino de su capacidad de reinventarse con nuevas exhibiciones, proyectos de conservación y experiencias interactivas.

gran acuario mazatlán exterior

El Gran Acuario Mazatlán Mar de Cortés se consolida como referente turístico y de conservación en Latinoamérica, con visión internacional a largo plazo.

Uno de los añadidos posteriores a la apertura ha sido, por ejemplo, El Nido, un aviario que rehabilita aves víctimas del tráfico ilegal, o el Encuentro Animal, donde los visitantes conocen especies rescatadas en el hospital de fauna del acuario. También se aperturó recientemente un hábitat de capibaras, donde las familias pueden convivir con la tan querida especie.

Trascender más allá del entretenimiento

 

El Gran Acuario también se ha convertido en un espacio de ciencia y formación. Genera más de 200 empleos directos, muchos de ellos especializados en biología y veterinaria, y colabora con universidades y centros de investigación para impulsar proyectos en torno a la fauna silvestre de Sinaloa.

El boleto que el público pague está ayudando también a las investigaciones, al rescate y al cuidado de los animales en peligro de extinción”.

 

Con instalaciones de clase mundial y una estrategia de constante innovación, el Gran Acuario Mazatlán apunta a consolidarse como motor turístico del puerto, pero también como un referente internacional en conservación.

“El Acuario no es solo una atracción turística que da una experiencia de diversión a la familia, también se está contribuyendo a un futuro más seguro para la biodiversidad en México.”, concluye Norris.

 

El Gran Acuario Mazatlán Mar de Cortés se trata de una institución público-privada que no recibe una parte del presupuesto público, sino que se sostiene por medio de inversiones y donaciones del sector privado y su taquilla.

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