Culiacán, Sinaloa.- Mantener a niñas, niños y adolescentes en las escuelas es la mejor estrategia para prevenir y disminuir el riesgo de desaparición forzada de personas, indicó Nuria Alejandra González Elizalde, directora de Mexicanos Primero Sinaloa.

Durante el conversatorio “Desaparición Forzada de Personas: Memoria, Verdad y Derechos Humanos”, González Elizalde hizo hincapié en la necesidad de atender desde la prevención el delito de desaparición forzada, siendo los jóvenes unos de los grupos más afectados.

“Nos hablan (medios de comunicación) que hay más de 1800 personas desaparecidas (de septiembre a la fecha) y al analizar los datos, me encuentro con que aproximadamente 172 son personas desaparecidas menores de 16 años y 28 entre 16 y 20 años. (…) pero si ampliamos el rango de análisis nos vamos a encontrar que más del 57% de los desaparecidos desde septiembre de 2024 a la fecha corresponden a personas de entre 0 a 30 años de edad”, dijo.

Estos casos, agregó, deben entenderse como resultado de una violencia estructural y no de delincuencia juvenil, pues entre las causas documentadas de la desaparición está el reclutamiento forzado por parte del crimen organizado, trata con fines de explotación sexual o laboral y la privación ilegal de la libertad como una estrategia de control territorial o castigo.

Expresó que la desaparición forzada no es un fenómeno coyuntural, sino el producto acumulado de generaciones marcadas por la violencia y la exclusión, por lo que hizo el llamado a evitar la criminalización y estigmatización de las víctimas.

Explicó que la deserción escolar, que en Sinaloa está por encima del promedio nacional, es un factor de riesgo para el reclutamiento forzado y por consiguiente la desaparición forzada.

“Casi una cuarta parte, el 24% de los adolescentes de 12 a 17 años de edad en Sinaloa ya no asiste a la escuela, frente al 22.5 que es el promedio nacional, estamos muy por encima del promedio nacional. Esta brecha educativa coincide con la etapa en la que son más vulnerables las personas frente al reclutamiento o frente a la delincuencia”, dijo.

Ante esto, hizo el llamado a reconocer que los jóvenes desaparecidos son víctimas estructurales del reclutamiento por grupos criminales, son víctimas estructurales, por lo que se tiene que se tiene que focalizar a la educación como un mecanismo de prevención, reforzando las políticas educativas y la protección juvenil y creando espacios de protección.

“La agenda que propongo construir junto a los colectivos de búsqueda, madres, padres con hijos desaparecidos, es clara y concreta, asegurar que las niñas, niños y jóvenes en Sinaloa no abandonen la escuela, que aprendan en ella, es la forma más eficaz de cortar el ciclo que hoy convierte a estudiantes en desertores, a los desertores en reclutados y a los reclutados en desaparecidos”, dijo.

Sinaloa enfrenta una crisis generacional, pues muchas de las hoy víctimas directas de la desaparición forzada provienen de una generación que nunca vivió en paz prolongada y que fue expulsada de los espacios de protección como la escuela, mencionó Nuria González.

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