Culiacán, Sin.– En plena temporada de lluvias, cuando los baches reaparecen como una postal inevitable de la capital sinaloense, el alcalde Juan de Dios Gámez Mendívil aseguró que las quejas ciudadanas por este problema han disminuido en comparación con años anteriores.

Según el primer edil, la reducción se debe a los trabajos de bacheo y reencarpetado que el Ayuntamiento de Culiacán ha realizado de manera permanente durante los últimos tres años.

El número de reportes ha disminuido porque hemos dado un mantenimiento constante. Hoy tenemos cinco cuadrillas de bacheo y dos de reencarpetado trabajando los siete días de la semana”, afirmó.

Sin embargo, el propio Gámez reconoció que no existe un presupuesto fijo destinado al combate de baches: los recursos se asignan conforme las necesidades lo van demandando. En otras palabras, la estrategia se sostiene más en la reacción que en la planeación.

El problema se agudiza durante la temporada de lluvias, cuando las calles recién reparadas vuelven a deteriorarse y la molestia ciudadana se multiplica. A esto se suma otra de las quejas recurrentes: las fugas de aguas negras. Para atenderlas, el Ayuntamiento destinó este año 400 millones de pesos a infraestructura hidráulica, un gasto que, de acuerdo con el alcalde, busca atacar el problema de raíz.

Gámez destacó también la participación de la ciudadanía, que con sus reportes ha permitido atender con mayor rapidez los puntos críticos de la ciudad. No obstante, los reclamos persisten. Avenidas altamente transitadas como la Álvaro Obregón y calles en colonias periféricas mantienen tramos intransitables, reflejo de que la realidad aún dista de la versión oficial.

Mientras el Ayuntamiento insiste en que los trabajos son permanentes y los resultados visibles, para los culiacanenses la rutina de esquivar baches, soportar encharcamientos y convivir con fugas de drenaje sigue siendo parte de la vida cotidiana.

 

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