Culiacán, Sin.- El arranque del ciclo escolar 2025-2026 en Culiacán no estuvo marcado por mochilas nuevas ni listas de útiles, sino por la incertidumbre y el miedo. A pesar de que este lunes 1 de septiembre se espera que hayan asistido 586 mil 281 alumnos y alumnas en Sinaloa a las escuelas, en la capital del estado la sombra de la violencia reciente, como el registro de ataques armados contra hospitales durante el fin de semana, acompañó a padres y madres en el trayecto hacia la escuela.

Isela Ramírez, madre de un niño que inicia cuarto grado, admite que el temor es constante.

La verdad no me siento segura, pero tiene que venir a clases. Ya el ciclo escolar pasado ya fue mucha pérdida, muchos días sin clase. Mi niño terminó de panzazo tercero. Ahora toca llevarlo y traerlo y eso es lo que temo, el traslado”.

Para Jesenia Barrón, la decisión de llevar a su hija también fue difícil. Dice que el recuerdo de un ciclo escolar bien pesado todavía pesa en la rutina.

Ya me había sentido segura y tranquila, días atrás. Pero esta semana, con todo lo que ha pasado, me la pensé. La traje, pero si se pone feo otra vez yo creo que no la traeré. Al menos esta escuela está más cerrada, pero yo vivo muy retirado y el transporte me da miedo. Ojalá termine completo este ciclo porque a ella le tocó la pandemia y ahora esto de la violencia; no le ha tocado estar en la escuela normal”.

La presencia del Ejército en las calles es para algunas familias un respiro temporal. Nicté-Ha, otra madre de familia, explica que la tranquilidad es frágil, pero al menos le da consuelo ver a los grupos policiales y de seguridad recorriendo las calles.

Por lo que se ha visto de movimiento del Ejército en las calles, sí estoy un poco tranquila y con fe en Dios de que todo estará bien. El ciclo escolar pasado fue tenso y pesado; algunos días decidí no traerla para no exponerla. Apenas acabó segundo y espero que este año sea mejor”.

Diana Acosta comparte la misma sensación: esperanza mezclada con miedo.

Ojalá sea un ciclo escolar más tranquilo, pero se ve difícil. Traje a mi niña con temor, porque este fin de semana estuvo pesado. Vine con miedo, pero a mi niña le gusta venir a la escuela. Espero que sea un mejor año”.

Así, el regreso a clases en Culiacán revela no solo el compromiso de madres y padres por garantizar la educación de sus hijos, sino también el peso de la violencia en la vida cotidiana. La escuela, que debería ser espacio de certeza, arranca una vez más bajo la sombra de la inseguridad, pero con la esperanza de que sea un mejor año para las infancias en la capital y en Sinaloa.

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