Culiacán.- Jorge Luis Casillas Torres, policía municipal de Culiacán, fue asesinado la noche de este 1 de septiembre. Un grupo armado lo atacó cuando llegaba en su vehículo al fraccionamiento Villa Bonita, al sur de la capital del Estado.

El hombre es el policía número 50 en ser asesinado en poco menos de un año, desde que inició la cruenta guerra entre dos grupos criminales del cartel de Sinaloa, cuya violencia ha alcanzado a cualquiera, incluyendo a niños, mujeres, médicos, rescatistas, militares y policías. No se ha discriminado a nadie.

Casillas Torres tenía 42 años de edad, 18 de esos fueron de servicio en la Policía Municipal de Culiacán. La Secretaría de Seguridad y Tránsito Municipal señaló en un comunicado que el elemento “fue víctima de una agresión con arma de fuego mientras circulaba en un vehículo”.

El elemento no alcanzó a llegar a su casa. Su cuerpo quedó dentro del carro, aparcado en medio de la calle Monte Atos, casi frente a su casa. Dos horas más tarde del hecho, el Servicio Médico Forense (SEMEFO) recogía su cadáver en medio de una treintena de policías y militares, cuyo trabajo ha sido, desde que comenzó la guerra, de “primeros respondientes”, una forma de decirle a quienes hacen el registro de los crímenes hasta que lleguen los agentes de la Fiscalía.

“La gente malvada la tenía en su pinchi vista y él solo quería ver a sus hijos”, expresó una de las familiares del policía.

“Esta Secretaría condena este crimen y expresa su más profundo pesar por la irreparable pérdida de nuestro compañero y manifiesta que se brindará todo el apoyo y acompañamiento a sus familiares conforme a la ley y a los protocolos institucionales”, señaló la dependencia municipal en su comunicado.

La familia de Jorge Luis Casillas Torres acudió a la zona del ataque, pidiendo poder verlo antes de que su cuerpo fuera llevado al SEMEFO.

“No se puede entrar, no nos dejan ni pasar a nosotros. Era nuestro compañero, salió apenas ahorita a las 8 de la noche”, le dijo uno de los comandantes de la Municipal a los familiares.

El asesinato no es un hecho aislado, sino que representa el ataque continuo a la Policía Municipal, una corporación dolida de señalamientos, desconfianza y el estigma social de una posible colusión con el narco.

Es también la misma policía que se ha convertido en el eslabón más débil en la seguridad pública de Sinaloa y la confrontación de grupos del cartel de Sinaloa.

Otros policías asesinados

Armando Roberto Meraz Angulo, el policía número 47