La marcha convocada para el domingo 7 de septiembre, que partirá de la Lomita a las 8:30 de la mañana, deber contener y blindar el carácter ciudadano para que sea la exigencia de seguridad pública de los sinaloenses que han sufrido los diferentes modos de pérdidas debido a la violencia que durante un año ha mostrado consecuencias que hoy nos urgen a salir a las calles para buscar desde allí lo que las autoridades no han podido lograr del todo.

Los intereses y apetitos de políticos o grupos de poder deberán reservarse para sacar a relucir en otro momento algo que a la sociedad civil no le interesa porque será hasta el 7 de junio de 2017 cuando llegue el momento de estructurar mediante el voto emitido a conciencia los gobiernos que creamos darán mejores resultados que los actuales.

Cuidar la ciudadanización de la manifestación logrará que la población tome confianza para participar y se disponga también a inmiscuirse en el movimiento de construcción de paz, el cual sin la acción cívica no tendría razón de ser, al requerir la pacificación de Sinaloa de la unión de la sociedad civil, sectores productivos, gobierno y liderazgos que en su autenticidad ciudadana posean credibilidad y señalen rutas de certidumbre.

Con la participación de 36 asociaciones civiles y organismos patronales y gremiales, la dificultad mayor está en concentrar la fuerza ciudadana en el mismo sentido que cualquier persona o familia de bien lo haría: reforzar las estrategias militares y policiacas para contener a la delincuencia, invertirles a la educación, cultura, generación de empleo y combate a la pobreza, así como diseñar en consenso el modelo de sociedad para el futuro.

Hoy no hay espacio para mentalidades que intenten lucrar políticamente con el dolor que sufren miles de hogares al ser víctimas de homicidios dolosos, desapariciones forzadas, despojo de vehículos, extorsiones, robo al comercio y el terror como el común denominador. Los convocantes y organizadores de la marcha tienen la responsabilidad de lograr que se escuche la indignación de la gente y silencien las ambiciones de poder o promotores del caos.